Bogotá. Las Fuerzas Armadas y la Policía de Colombia desplegarán como nunca antes un operativo de seguridad que permita celebrar, el próximo miércoles, la ceremonia de posesión de Álvaro Uribe Vélez como nuevo presidente de la República.
La escalada terrorista desatada la última semana principalmente en Bogotá, presumiblemente por la guerrilla de las FARC, hizo que las autoridades militares y policiales sostuvieran el domingo una reunión de emergencia para adoptar nuevas medidas.
El encuentro se decidió tras la explosión de un coche - bomba la noche del sábado en una zona financiera y comercial del norte de Bogotá, en la que una mujer resultó herida y hubo daños menores.
"Existían dos bombas, la que estalló primero, muy pequeña, y la otra, que fue desactivada. Haremos ajustes al plan para incrementar la seguridad", dijo a periodistas el comandante policial de Bogotá, el general Héctor Darío Castro.
El Departamento Administrativo de Seguridad (DAS, la policía secreta colombiana) anunció que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) pretendían derribar el helicóptero en el que Uribe se iba a transportar para acudir a la ceremonia de posesión.
Por primera vez en muchos años, por motivos de seguridad, el acto tendrá lugar en el Capitolio, sede del Congreso, un recinto cerrado en el centro de Bogotá.
Los últimos gobernantes juraron al cargo en la Plaza de Bolívar, al aire libre.
El jefe de seguridad pública del DAS, Javier Ramos, reveló que las FARC planeaban lanzar un mortero desde un sector cercano al Capitolio y que se investiga si es cierto que contrataron a un piloto suicida, para que estrelle una aeronave en el lugar del evento.
Ramos advirtió que el plan incluía atentados contra altos dignatarios, autoridades militares y policiales, así como contra el sistema de transporte bogotano "Transmilenio".
A la investidura de Uribe tienen previsto acudir el Príncipe de Asturias, Felipe de Borbón; los presidentes de Ecuador, Gustavo Noboa; Honduras,
Ricardo Maduro; Panamá, Mireya Moscoso y Perú, Alejandro Toledo; además de los vicepresidentes de Costa Rica, El Salvador y Guatemala.
Estados Unidos tendrá una delegación encabezada por el representante comercial del Gobierno, Robert Zoellick, y por el secretario de Estado adjunto para el hemisferio occidental, Otto Reich.
Fuentes policiales confirmaron que hay 11.000 agentes dispuestos para patrullar Bogotá, mientras que en el resto del país se desarrollará un plan de refuerzo para salvaguardar la infraestructura energética y vial.
Seguirán los allanamientos en barrios donde las autoridades consideran que existen milicias urbanas de las FARC, y se mantendrán los retenes y controles en las entradas y salidas de las principales ciudades.
"Los controles serán mayores en la zona céntrica de Bogotá, en los alrededores de la Plaza de Bolívar y en la sede del Congreso y de la Presidencia", agregó el general Castro.
El día de la toma de posesión, además, un avión P3 tipo Orión del Servicio de Aduanas de Estados Unidos, solicitado por el Gobierno de Colombia, vigilará el espacio aéreo de Bogotá.
Álvaro Uribe Vélez, un abogado disidente del Partido Liberal, de 50 años, asumirá el poder en reemplazo del conservador Andrés Pastrana para el cuatrienio 2002-2006, tras ganar con holgura las elecciones del 26 de mayo.
Uribe es un "objetivo militar" de las FARC y ha salido ileso al menos de 15 atentados en su contra, según sus allegados. El último ocurrió el 14 de abril en la ciudad de Barranquilla (norte), que dejó cinco muertos y una decena de heridos.
El presidente electo de Colombia ha anunciado "Mano firme y corazón grande" y ha enfatizado que sólo adelantará un proceso de paz con las guerrillas siempre que se sometan a un alto al fuego.
Por ahora, las FARC muestran parte de su poder a Uribe y se han convertido en el reto de las autoridades policiales y militares para asegurar, el miércoles, una ceremonia tranquila.
Edición periodística: Gerardo González y Juan Fernando Lara . Fuente: agencias.