Damasco. AFP y EFE. El presidente, Bashar al-Asad, advirtió ayer de que está decidido a “vivir y morir en Siria”, y también de los riesgos de una intervención extranjera, en momentos en que los rebeldes desafían su régimen en la capital.
“Soy sirio y debo vivir y morir en Siria”, dijo al-Asad, según una transcripción publicada por el canal ruso en árabe Rusiya al-Yaum.
La declaración se dio luego de que el primer ministro británico, David Cameron,evocó esta semana que “podría arreglarse” una salida segura de su país para al-Asad, aunque expresó el deseo de que el presidente sirio rinda cuentas ante la Justicia.
Al-Asad advirtió además de que una intervención extranjera en Siria podría tener “consecuencias mundiales”, provocando un “efecto de dominó” desde el océano Atlántico hasta el Pacífico.
El presidente presentó a su país como el “último bastión de la laicidad, de la estabilidad y de la coexistencia en la región”, y estimó que “el coste de una invasión extranjera sería tal que el mundo entero no estaría en medida de asumirlo”.
Buscan acuerdo. Por su parte, representantes de las diferentes facciones de la oposición siria iniciaron ayer en Doha, Catar, una reunión en presencia de responsables árabes e internacionales que los presionan para unificarse.
Inicialmente, la reunión debía debatir de una moción apoyada por Estados Unidos que propone la creación de un “comité de iniciativa nacional siria” que reúna a las diferentes corrientes de la oposición y permita formar un Gobierno en el exilio.
Esta iniciativa plantea también una serie de objetivos como proteger la soberanía nacional y buscar una solución que pase por el derrocamiento del régimen de al-Asad y el juicio a quienes tengan las manos manchadas de sangre.
“Necesitamos una dirigencia responsable, que tenga un poder ejecutivo, una jefatura militar y un poder judicial ” , subrayó el exdiputado Riaf Seif.
La cumbre de Doha es de vital importancia para evitar la paulatina pérdida de credibilidad del Consejo Nacional Sirio (CNS) y tratar de lograr, tras meses de intentos frustrados, la unión en las filas opositoras.
En este sentido, el secretario general de la Liga Árabe, Nabil al-Arabi, que participó ayer en las reuniones en compañía de varios ministros de Exteriores de la región, exhortó a la unidad de la oposición siria porque, en su opinión, el régimen de al-Asad no continuará por mucho tiempo.