Taipei . El presidente taiwanés, Chen Shui-bian, en desafío al cerco diplomático que impone China a la isla, viajó hoy hacia Roma para asistir a los funerales del Papa Juan Pablo II, en los que participará al mismo nivel que el resto de los jefes de Estado asistentes.
Chen aseguró que el objetivo de su visita es "rendir tributo al difunto Pontífice en nombre de Taiwán y de sus 23 millones de habitantes", aunque en la isla también se resalta la importante dimensión diplomática del viaje.
Dijo que este viaje es de "paz y homenaje", y añadió que espera que "los cuatro principios de Juan Pablo II -el valor conquista el temor; el amor, la venganza; la paz, el conflicto; y la reconciliación elimina la disputa-", se puedan poner en práctica para lograr la paz y estabilidad permanente en el estrecho de Formosa".
El mandatario taiwanés tendrá oportunidad de encontrarse con el presidente estadounidense, George W. Bush; el primer ministro británico, Tony Blair; el secretario general de la ONU, Kofi Annan, y otros muchos dirigentes mundiales.
Con ello, el funeral del Papa se convierte en la ocasión de mayor importancia diplomática protagonizada por un presidente taiwanés desde 1971, fecha en que China arrebató a la isla su puesto en la ONU.
El Vaticano, el único aliado diplomático de Taiwán en Europa, invitó a Chen al funeral y la diplomacia taiwanesa logró que Italia, que mantiene lazos diplomáticos con China, le permita aterrizar en su territorio.
Pekín exige al Vaticano que rompa sus lazos diplomáticos con Taiwán si quiere establecerlos con China, donde se calcula que existe unos 10 millones de católicos, mientras que en Taiwán no llegan al medio millón.
El Gobierno de Pekín anunció hoy que no enviará a ningún representante al funeral de Juan Pablo II.
Taiwán teme que si el Vaticano rompiese sus lazos diplomáticos con la isla se desencadenara una cadena de defecciones entre sus 25 aliados diplomáticos, muchos de ellos países de mayoría católica.
El cardenal taiwanés, Paul Shan, de 83 años y nacido en China, declaró que "sea quien sea el nuevo Pontífice no intensificará los lazos con Pekín, a menos que China permita la libertad religiosa".
Shan es el único cardenal de origen étnico chino y se espera desempeñe un papel importante como consejero del nuevo Pontífice en asuntos relacionados con China.
Pekín, al expresar su condolencia por la muerte del Papa Juan Pablo II, reiteró sus intención de restaurar los lazos con el Vaticano.
"China está dispuesta a mejorar las relaciones con el Vaticano y espera que la Santa Sede, bajo el liderazgo de un nuevo Papa, haga algo que lleve a la mejora de las relaciones bilaterales", dijo un portavoz chino.
Las diferencias entre el Vaticano y China se centran en el derecho de la Santa Sede a nombrar obispos y en la insistencia de Pekín en negar al Vaticano autoridad sobre los asuntos religiosos de sus fieles en China.
En Taiwán, el Gobierno es consciente de que el Vaticano está interesado desde hace tiempo en establecer lazos más estrechos con China, y que un mínimo de concesiones por parte de Pekín supondrá la ruptura de relaciones entre la Santa Sede y la isla.
El mandatario taiwanés tiene prevista su llegada a Roma, en un vuelo especial de la aerolínea taiwanesa "China", a las 02.00 hora local del viernes.
Después de asistir a la misa funeral por el Papa, Chen será el anfitrión de un banquete para los taiwaneses residentes en Italia, los miembros de la delegación y personalidades italianas y extranjeras.
Tras realizar una gira por Roma, volverá a Taiwán el mismo viernes por la noche.
El Gobierno italiano concedió el visado a Chen el miércoles y otorgará al mandatario taiwanés el tratamiento de cortesía similar al que el Gobierno italiano ofrece a los presidentes de otros países, al entrar en el aeropuerto de Roma.
La comitiva del presidente taiwanés incluye al ministro de Relaciones Exteriores, Chen Tan-sun; el imán de la Mezquita de Taipei, Ma Shiao-chi; los padres Jan van Aert y Hsin Chao-ming, de la Casa de Santa Ana; altos funcionarios y miembros de la comunidad católica en Taiwán.
El presidente taiwanés se alojará en el Hotel Excelsior de Roma, según informó la Oficina Presidencial.