La Paz, 20 feb (EFE).- Las autoridades de Bolivia, en colaboración con la arqueóloga mexicana Linda Manzanilla, pretenden iniciar a partir del próximo mes de julio las labores para desenterrar una parte de la pirámide de Akapana del templo de Tiwanaku, una cultura prehispánica nacida en el año 1600 a.C.
Akapana es una pirámide escalonada, compuesta por siete plataformas que llegan a una altura aproximada de 18 metros y cuya planta es un cuadrilátero de 114 metros de lado.
La iniciativa se inscribe en el Plan de Manejo Arqueológico de Tiwanaku, que elaboran actualmente el Viceministerio de Cultura y la Unidad Nacional de Arqueología (UNAR) de Bolivia, junto con Manzanilla.
La estudiosa mexicana, que ya trabajó en esa zona en 1988 y 1989, explicó hoy en rueda de prensa que las posibles áreas de excavación serán la esquina noroeste y el muro este de la estructura.
El objetivo principal del equipo arqueológico que trabajará en el templo será recuperar el sistema hidráulico de la pirámide y sus áreas funcionales.
Estos espacios se conocen como la Sala de Culto de los Cóndores y Sala de Culto de los Pumas, dos animales de gran simbolismo para el pueblo tiwanakota, y para sus predecesores los incas, considerados los herederos de sus tradiciones y avances tecnológicos.
"El sistema hidráulico (de la construcción) es una de las cosas más sofisticadas que he visto en mi experiencia arqueológica", señaló la experta, quien relató que en la cima de la edificación existe una cavidad que, según se cree, era "un área de captación de aguas pluviales".
Desde ese lugar, que se puede observar actualmente, partían los canales de suministro de agua a las diferentes estancias del interior de la pirámide, aclaró.
Para Manzanilla, el proyecto planteado permitirá además ampliar los conocimientos sobre la religión, la iconografía del poder y la división social del centro de Tiwanaku, ubicado a escasos kilómetros de la orilla del lago Titicaca, en pleno altiplano andino.
También se podrán desenterrar los palacios que presuntamente albergaron a la elite tiwanakota, caracterizada por su avanzada forma de vida en comparación con los pueblos sudamericanos contemporáneos.
La cultura Tiwanaku surgió aproximadamente en el 1600 a.C., perduró hasta el siglo XIII d.C. y tuvo su máximo esplendor en el siglo VIII d.C. en coincidencia con el auge de Bizancio, del Islám y de las dinastías Tang y Sung en China.
El poder de esta civilización, que contó con una de las vidas culturales más larga del continente sudamericano, se basaba en una organización social formada por un amplio número de gremios artesanales que alcanzaron la más alta sofisticación y perfección en el trabajo del metal, la madera, la cerámica y los tejidos.
La propuesta arqueológica presentada hoy está sujeta a la aprobación de una misión de la Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y del Gobierno de Japón, que llegará en marzo próximo a Bolivia a firmar un convenio para reanudar los trabajos en Akapana.
Según el jefe de la UNAR boliviana, Javier Escalante, de aprobarse el proyecto podría tener un costo aproximado de 4 millones de dólares y una duración de entre cuatro y cinco años, divididos en varias fases. EFE
rac/ac