Nueva York. La estrella estadounidense del rap Sean Puffy Combs fue absuelto este viernes en Nueva York de los cargos de posesión de arma robada y soborno, por los que podría haber recibido una pena de hasta 15 años de cárcel.
Tras 22 horas de deliberaciones, el jurado dictaminó que el magnate del rap "es inocente" de los cinco cargos de los que fuera inculpado tras un tiroteo en una discoteca de Manhattan, el 27 de diciembre de 1999, el cual dejó tres heridos.
"Le doy gracias a Dios, por protegerme", declaró Combs a la salida del tribunal, donde era esperado por decenas de reporteros, camarógrafos y fans .
"Estoy agradecido con la gente de Nueva York, que me apoyó", dijo el magnate del rap, que dio gracias también a su madre, quien estuvo a su lado durante las siete semanas que duró el juicio.
El rapero que dirige un imperio que incluye el sello disquero Bad Boy Records y la línea de ropas Sean John, con ingresos de $300 millones (¢96.600 millones) anuales agradeció también a sus juristas, Johnnie Cochran y Benjamin Brafman, dos de los más famosos abogados defensores en Estados Unidos.
Probada inocencia
"Hemos probado su inocencia", dijo a la salida del tribunal Johnnie Cochran, quien defendió al exjugador de futbol americano O.J. Simpson acusado de asesinar a su ex esposa y a un amigo de ella.
Cochran agregó que la defensa hizo una buena decisión al no llamar a declarar a la exnovia del rapero, la actriz y cantante Jennifer López, quien se hallaba con Combs la noche del tiroteo.
El jurado absolvió, asimismo, al guardaespalda de Puffy , Anthony Wolf Jones, que también estaba acusado de posesión de arma de fuego, tras el tiroteo registrado en diciembre de 1999 en el Club Nueva York.
En cambio, declaró culpable a un protegido de Combs, Jamal Shyne Barrow, un joven rapero hijo de un político de Belice, por los cargos de asalto y de haber puesto en peligro de manera imprudente a los clientes de la discoteca.
Una de cal y otra de arena
El jurado exoneró, sin embargo, a Barrow del cargo intento de homicidio, que era el más grave en su contra, por el que habría podido recibir 25 años de cárcel.
Una treintena de testigos tomó la palabra en el juicio, que se abrió el 17 de enero, un año después de que la policía detuviera a Combs, a López, al chofer y al guardaespaldas del rapero, cuando huían del club a toda velocidad.
Los agentes hallaron en el coche, y en una calle cercana, dos armas de fuego.
Combs fue inculpado también de tratar de sobornar a su chofer, Wardell Fenderson, para que dijera que era él quien había lanzado el arma del vehículo. En cambio, López fue exonerada de todos los cargos, tras una noche de interrogatorios por parte de la policía.