El famoso protagonista de la no menos popular serie Los héroes de Hogan (1965-1971) era, hasta 1964, un disjockey de radio, casado y con hijos. Al principio no le pareció la idea de hacer una comedia sobre el Holocausto, pero finalmente aceptó. Apenas un año después, se convirtió en un actor mundialmente famoso. Mientras la serie estaba al aire, Bob conoció a un técnico llamado John Carpenter, con el que estableció una cercana amistad que giraba en torno a la farra, los clubes de striptease y especialmente sobre un nuevo invento: las cintas de video. Ambos se involucraron en la filmación de películas pornográficas caseras y Bob empezó a perder el control de su vida: su mujer y sus hijos lo abandonaron y él, a su vez, se abandonó a lo que pronto se convertiría en una fatal adicción: la pornografía.
Al acabar la serie, Crane despilfarró todo el dinero que había ganado en equipos de video y terminó haciendo giras por el país con una obra de teatro, pero siempre con Carpenter y la pornografía como compañeros inseparables. Crane tuvo una muerte trágica en 1978, cuando apareció asesinado en un motel, con la cabeza destrozada por el golpe de un trípode. Carpenter se convirtió en el principal sospechoso del homicidio e incluso fue llevado a juicio, pero no se pudieron recolectar suficientes pruebas en su contra. Así, el crimen del otrora famoso Coronel Hogan permanece, hasta la fecha, impune.