En una decisión unánime que redundará como eco por hospitales y hogares, la Corte Suprema de Estados Unidos decidió ayer que las personas terminalmente enfermas no tienen derecho constitucional alguno para un suicidio asistido por un médico.
El presidente de la Corte Suprema, William H. Renquist, cuya esposa falleció en 1991 tras un larga batalla contra un cáncer ovárico, escribió la decisión final. Indicó que la idea de que alguien ayude a poner fin a la vida de otro entra en conflicto con "las tradiciones legales, históricas y prácticas de nuestra nación".
De esta forma, la corte mantiene vigentes las leyes en los estados de Nueva York y Washington, que definen como crimen si un doctor da medicamentos para poner fin a la vida de los pacientes mortalmente enfermos y mentalmente competentes que no desean seguir viviendo. Las cortes de instancias inferiores habían anulado esos estatutos.
La decisión del Supremo no afecta al famoso médico Jack Kevorkian, conocido popularmente como "Doctor Muerte", quien es un ferviente partidario de la eutanasia activa.
Kevorkian, quien ha ayudado a morir a más de 40 personas en los últimos años, actúa en el estado de Michigan, donde las leyes no están muy claras, y los esfuerzos de sucesivos fiscales de distrito no han logrado una condena judicial contra él.
Mientras tanto, el médico colombiano Ernesto Pinzón Reyes, acusado de inyectar una dosis letal de drogas a un paciente moribundo de cáncer para causarle una muerte piadosa, fue declarado ayer inocente.
La reacción ante la anulación de la eutanasia, por parte de la Corte Suprema, fue mixta. En la convención de la Asociación Médica de Estados Unidos que se celebra en Chicago, los 475 delegados se pusieron de pie y aplaudieron tan pronto se dio a conocer la noticia.
Sin embargo, la Sociedad Hemlock, vinculada a los temas relacionados con el derecho a la eutanasia, dijo que se sentía decepcionada pero no sorprendida con la decisión de la Corte.
"Nosotros volveremos a nuestras actividades como de costumbre", expresó Faye Girsh, presidente de la organización, en una declaración por escrito.