Para La Nación
No había cumplido los 30 cuando Hollywood lo presentó como el nuevo símbolo sexual en Looking for Mr. Goodbar (1977) y American Gigolo (1980). Y por la costumbre de verlo con canas desde tan joven, tampoco sorprende que Richard Gere siga conservando la misma fama cuando le faltan apenas tres años para cumplir los 60. Incluso parece mucho más joven en cine, gracias al teñido castaño que necesitó para el personaje de la nueva película The Hoax , sobre el verdadero novelista que engañó al mundo entero publicando una supuesta biografía autorizada de Howard Hughes, sin haber estado nunca con él.
Pero nosotros sí estuvimos realmente con Richard Gere, aunque hayamos tenido que tomar alguna distancia desde el principio. “No te doy la mano porque tengo una pésima gripe”, nos dijo al saludarnos en el Hotel Four Seasons de Beverly Hills. “Empezó con un resfrío el lunes pasado en Nueva York y cada día estoy peor”, se defiende un profesionalísimo Richard Gere que ni siquiera pensó en cancelar nuestra entrevista, sin ningún hoax o engaño de por medio, aunque su nueva película se llame así.
En cierta forma a usted le pagan por engañar a la gente, desde su profesión como actor.
Seguro. Me pagan muy bien por mentir. Pero tengo que ser honesto cuando miento. No funciona cuando la mentira no es honesta. Tiene que ser creíble. Y no solamente creíble, hay que sentirlo en el corazón. Si un actor no lo consigue, todo, especialmente una película, se quiebra en pedazos. No hay nada en una película que sea real. Es luz proyectada en una pantalla y usualmente hasta tiene sonido mentiroso que se agregó después; probablemente incluso la editaron fuera de tiempo. Es una ilusión; un juego. Todo es una realidad posible que se hace lo suficientemente creíble, igual que el espectáculo de un mago cuando el público se rinde al truco mágico para ser engañado.
¿Entonces detecta fácilmente cuando alguien le miente a usted?
Usualmente sí. Creo que todos lo notamos. Respiras profundo y sigues prestando atención abiertamente, pero te das cuenta.
¿Cuál ha sido la peor mentira que haya leído sobre usted?
No hay un tope. (Riéndose) Es como una pila de basura. Hay un lugar, Fresh Kills, en Staten Island, donde tiran toda la basura desde hace cincuenta años. Es algo así. ¿Cómo se puede elegir una parte de la basura que sea peor que la otra? Es todo un montón de basura.
¿Le molesta cuando la gente lo engaña a usted, en la vida real?
Constantemente, día a día.
¿Cómo reacciona cuando por ejemplo sale publicado algo sobre usted que no es verdad?
¿A este punto de mi vida? Para serte honesto, ya no me importa.
¿Pero en algún momento dice¡No aguanto más!cuando lee tantas mentiras sobre usted?
¿Sabes lo que más me molesta? Yo asumo que las revistas de menor valor o los tabloides inventan cosas. Pero cuando revistas y periódicos de buena reputación empezaron a hacerlo, es como cuando descubrimos que el Presidente de Estados Unidos es un mentiroso... porque ahora sabemos que él es un mentiroso (Se ríe). Y tuvimos otros presidentes que nos mintieron. Te duele en un nivel diferente. A ese punto ya cuestionas a tu madre o tu padre (No puede parar de reír). Se supone que tenemos que creerles a las figuras de autoridad, pero son tan humanos como nosotros.
¿Cómo lo justifica? ¿Cuánto más grande es la mentira, más queremos creer en ella? ¿Cree que nuestra necesidad por buscar cierto entretenimiento sobrepasa nuestra necesidad por buscar la verdad?
El volumen de información ha tomado el lugar de la calidad. La cantidad masiva te da la ilusión que intrínsecamente hay calidad con lo masivo, cuando no es el caso. Yo sospecharía de todo, porque lo he vivido desde adentro. Sé que la máquina miente constantemente. Sé que yo personalmente a veces miento en cierta forma, a veces a lo grande. Por supuesto. ¿Por qué voy a creer entonces? Y todo lo que pasa con Internet, si buscas en Google, lo que sea, se asume que si sale ahí es verdad. (Ríe) A ciegas. Por supuesto, si está ahí... “lo saqué de Internet”. Alguien me mostró algo sobre mí en Internet que era totalmente falso, quiero decir radicalmente falso en todo sentido. Desde la fecha de nacimiento, hasta el lugar donde me crié, lo que dije y cosas así. Todo era completamente incorrecto. Pero si Internet dice que es verdad, por supuesto es verdad. En cierto sentido, probablemente sea más verdadero que la verdad, porque la gente lo cree.
¿Quiere corregir a Internet? ¿Al menos cuál es su verdadera fecha de nacimiento?
Mi verdadera fecha de nacimiento... no me acuerdo. (Se ríe) Me acuerdo la incorrecta. La verdadera, es 31 de Agosto de 1950.
¿Alguna vez le ofrecieron escribir su propia biografía?
Creo que alguien lo hizo. Hay un par de libros publicados, pero no son autobiográficos, son biografías sobre mí.
¿Las leyó?
No.
¿No?
Son pura ficción. (Riéndose) Aún para mí, mi propia vida suena a ficción.
¿Tiene idea de lo que significa llamarse Richard Gere? ¿Se da cuenta del poder que ejerce su imagen en personas que lo admiran?
No pienso en eso. Mi visión es mucho más personal, interpersonal. No pienso en el poder (de la fama) como una pala. Le doy más importancia a la relación personal, uno a uno, son mucho más interesantes para mí.
¿No le parece que su autobiografía sería mucho más entretenida que la de Howard Hughes?
Creo que él tuvo una vida bastante increíble. Estuvo en el principio del negocio del cine y todo lo que ello significa. También estuvo en el principio del negocio automovilístico. Estuvo en el principio de la aviación. ¿Qué más? Suma las relaciones con mujeres extraordinarias que tuvo en su vida, la política, sus conexiones con presidentes, la Corte Cuprema, etc, etc. Tuvo una vida increíble.
¿The Hoaxes la clase de historia que uno no puede creer que haya sucedido realmente?
Y sin embargo, era muy conocida en aquel entonces, lo pasaban en televisión todo el tiempo, salía en los diarios. Fue portada de la revista Time y figuraba constantemente en la primera página del New York Times .
¿Imaginaba que una historia así podía influir en el derrocamiento de un presidente como Nixon?
En aquel entonces no sabíamos la conexión que había con Watergate, porque Watergate todavía no había sucedido.
¿Este tipo de hechos le hace repensar su forma de ver el mundo?
A este punto de mi vida ya no me sorprendo. Veo este tipo de cosas con regularidad, como nos mienten, como en la primer elección de George W. Bush, cuando manipularon la Corte Suprema. ¿Quién hubiera imaginado que podían manipular la Corte Suprema de los Estados Unidos? Y claramente él es el Presidente de los Estados Unidos porque la Corte Suprema fue manipulada. Ahora, si él pudo hacerlo en su nivel, no veo por qué no pudo haberlo hecho Howard Hughes o alguien más. Alguien mucho más benigno como Bill Gates o Ted Turner, gente poderosa y millonaria, puede influenciar a cualquiera en forma positiva o negativa.
¿Qué hacía usted en la época en que saltó el escándalo del libro sobre Howard Hughes? ¿Ya trabajaba como actor?
Fue en 1971. Creo que ya había dejado la Universidad. Ya trabajaba como actor, había ido a Nueva York en el 69. Antes había hecho unos años de teatro en Provincetown, Massachusetts y Seattle. Así que aquel episodio sucedió un poco después de mi viaje a Nueva York.
¿Coincide conmigo que muy poca gente escuchó alguna vez hablar de Clifford Irving?
¿Qué edad tienes?
Cuarenta y tres.
Muy jovencito... Quienes son más grandes que yo, lo recuerdan.
¿Es cierto que usted se negó a conocer personalmente al verdadero Clifford Irving cuando iba a filmar esta película?
No era algo importante. Básicamente tenía suficiente material de investigación sobre él. Está su propio libro, otros libros que se escribieron sobre él, los archivos públicos con varias apariciones en el programa de TV 60 Minutos , la película de Orson Wells de su primer libro F for Fake . Hay mucho para jugar con él. Y el guion tampoco intenta ser un documental sobre Clifford. Es un drama que trata sobre él, sobre Nixon, sobre Norteamérica, sobre las mentiras y todo lo que se teje alrededor de un drama. Por eso, no quise que me influenciaran sus ideas.
¿Qué ideas específicamente?
Bueno, él obviamente es una persona muy manipuladora, no hay ninguna duda. Creo que él lo admitiría. Y yo no quería ser manipulado, pero no fue nada importante, simplemente una decisión mía.
Sin embargo, ¿se tiñó el pelo y cambió el peinado para parecerse a Clifford Irving?
Me gustaba como se veía, sí. Me pareció que era parte de su personalidad. Es extremadamente alto y por eso yo usé tacos altos (Sonríe). Y me gustó. Cada vez que lo veía en el filme, se lo notaba por encima de la gente que lo rodeaba. También tenía una frente muy ancha y por eso me afeité un poco las entradas; usé un peinado de color oscuro con permanente y me puse algo en la nariz. Pensé que era algo bueno y me agregaron una pieza en la nariz, porque él tuvo un problema en la piel, por una operación que no se había curado correctamente. Era más que nada una manifestación física, una imperfección.
Otro rumor: Dicen que sí conoció a la verdadera amante de Clifford Irving, Nina Van Pallandt.
La había conocido en el estudio de filmación de la película American Gigoló . Ella interpretaba a mi Madama en la película. Fue en el 77 o 78 cuando la filmamos, habían pasado cinco años de aquel episodio. Ella era una dama muy agradable, me gustaba mucho. Le pregunté sobre el tema, pero tampoco la presioné. No tenía idea que eventualmente íbamos a terminar haciendo una película como esta.
¿La gente en la calle lo reconoció igual con los cambios físicos de la filmación?
Creo que me reconocieron. A cada lugar del mundo que voy, me reconocen. (Riéndose) Hace bastante tiempo que vengo trabajando...
¿Suele taparse o esconderse, cuando sale de su casa, para que no lo reconozcan?
Aunque lo hiciera... Te sorprendería ver la cantidad de veces que he tratado de ocultarme o cubrirme y siempre hay alguien que se me acerca y me reconoce.