México D.F. AP. Como si nunca se hubiese ausentado de los escenarios mexicanos, el español Joaquín Sabina se presentó en el Auditorio Nacional abarrotado de un público fiel que coreó a todo pulmón sus canciones, desde sus clásicos éxitos, hasta los temas de su más reciente producción Alivio de luto .
Hacía cuatro años que Sabina no actuaba en suelo azteca debido en parte a un infarto cerebral que sufrió. Ya recuperado del episodio y mucho mejor tras la consecuente depresión que padeció, el viernes en la noche parecía que había vuelto a enamorarse del escenario.
Hasta que a mitad del concierto el sonido comenzó a fallar.
Entonces se le vio irritado, extremadamente molesto y como no se resolvía el problema --casualmente-- en medio de la canción Ruido , la situación se le hizo insostenible y gritó a boca de jarro un improperio. Como es Sabina.
Al final de la canción azotó la guitarra al suelo y salió del escenario. Las luces se apagaron de inmediato y el público, que entendió perfectamente que no era su culpa y que la falla estaba fuera de su control, estalló en aplausos de solidaridad y comenzó a gritar Sabina.
Al cabo de unos minutos el músico regresó y pidió disculpas por los accidentes de sonido y el público nuevamente le regaló un aplauso que sonó y resonó.
Y tal y como señaló a su arribo a México el lunes anterior, aprovechó para volver a criticar el muro que Estados Unidos busca construir en la frontera con México.
“Si ustedes se deciden... me apunto para tirar a ostias esa infame muralla que le están poniendo los gringos”, declaró.
En la primera parte del espectáculo Sabina, ataviado de traje gris y un sombrero del mismo color lanzó varias bromas, jugó a pegarle al pianista Antonio García de Diego y bailó con Pancho Varona.
Sabina abrió el espectáculo con Aves de paso , Ahora qué..., Quién me ha robado el mes de abril , Por el boulevard de los sueños rotos entre tras, intercaladas con poemas.
Todos sus músicos excepto el baterista interpretaron algún tema en solitario y Sabina los describió como la orquesta del Titanic, porque siguen tocando mientras “yo me hundo”, según dijo.
En la segunda parte cantó Calle Melancolía , Y sin embargo , Una canción para la Magdalena , Que se llama soledad , Contigo y La del pirata cojo. Terminó, el público lo ovacionó , volvió y cantó Donde habita el olvido , Llueve sobre mojado , Princesa , 19 días y 500 noches , Noches de boda, y cerró con Y nos dieron las 10 .