Una buena ración de jazz, salsa y boleros de la mano del trompetista cubano Arturo Sandoval y del quinteto del español Albert Sanz, con Antonio Serrano y Perico Sambeat como artistas invitados, abrieron la noche del viernes recién pasado el II Festival Internacional de Jazz de San Javier, en Murcia.
En su única actuación en España, Sandoval, que es fundador de la legendaria y explosiva banda cubana Irakere, presentó al público español a los miembros de su nuevo grupo, que toma el nombre de su último disco, Hot House (Grammy 1999 al mejor álbum latino), que se estrenaron Ðen lugar de hacerlo al final del concierto, como suele ser habitualÐ encadenando, uno tras otro, solos de trompeta, saxo, piano, bajo y batería.
Después de interpretar algunas piezas del disco Hot House virtuosamente, como corresponde a un "alumno" de Dizzy Gillespie Ðde cuya United Nations Orchestra formó parte durante varios añosÐ, este cubano nacionalizado estadounidense abrió un hueco para las versiones con la recreación del English man in New York, de Sting.
Un cubano en San Javier, la rebautizó Sandoval, aprovechando su única escala en España (viene de Estambul y parte hacia Oporto) para hacer uso de su idioma materno, en el que se recreó con la paradójica anécdota de la recomendación de su padre para que no se dedicara a la música.
"Era un mundo lleno de desgraciados, locos y mujeriegos que siempre están con drogas", contó Sandoval que le decía su padre.
El Hombre Orquesta
"El piano sigue siendo mi primer amor", añadió el trompetista tras lo que ocupó la silla del de cola para tocar el tema del mexicano de Armando Manzanero Esta tarde vi llover. Con esta interpretación Sandoval demostró su dominio de las teclas, pasando inteligentemente de la inicial tranquilidad del bolero original al frenético ritmo del tumbao salsero.
No solo tocó el piano además de la trompeta (con y sin sordina), sino que además echó mano de las baquetas del percusionista y del arpa de boca y realizó floridos juegos vocales a lo Bobby McFerrin, incluso cantó y meneó las caderas cuando interpretó Sandunga, el tema que cerró el concierto (no hubo bises) y durante el que el percusionista Eguie Castrillo "obligó" al público con aspavientos de brazos a levantarse de sus sillas por primera y única vez en su actuación.
A Sandoval y la Hot House Band les precedió en el escenario el Albert Sanz Quinteto, que reunía por primera vez a este pianista, al saxofonista Perico Sambeat (considerado uno de los mejores de Europa) y a Antonio Serrano, que ha puesto su armónica al servicio de Ana Belén, Pedro Guerra, Rosario y Joaquín Sabina, entre otros artistas.
Todo un detalle comenzar su concierto con un tema intimista llamado Balada para Aranjuez, que el grupo dedicó al maestro Joaquín Rodrigo que murió el martes de esta semana.
Siguieron canciones compuestas por Sandoval, Sambeat y Serrano como Yesterday, Benet on o Ultimas preguntas, que dieron paso a varios boleros (Fuimos y Encadenados) e incluso a una samba.
La encargada de cantarlos fue la madre de Albert Sanz, Mamen García, momentos en los que la banda se puso al servicio casi exclusivo de la solista con un acompañamiento sin demasiadas florituras.