Moscú (EFE). Los servicios secretos de Rusia mataron a Shamil Basáyev, jefe militar de la guerrilla separatista chechena, cuando junto con sus hombres preparaba un atentado de cara a la cumbre del G8, anunció hoy el jefe de los servicios secretos rusos, Nikolai Pátrushev.
La televisión mostró el momento en el que Pátrushev informaba personalmente al presidente ruso, Vladímir Putin, de la muerte del "terrorista número uno" del país, cuando supuestamente preparaba un atentado terrorista "para presionar a Rusia durante la cumbre del Grupo de los Ocho".
Basáyev y sus hombres fueron sorprendidos en la República Ingush, vecina de Chechenia.
"Este es el castigo que los bandidos merecieron por nuestros niños en Beslán, en Budiónovsk, por todos los actos terroristas que perpetraron en Moscú y otras regiones de Rusia, incluidas la República Ingush y Chechenia", subrayó Putin.
Pátrushev explicó que los servicios secretos dieron con la pisa del "terrorista número uno" gracias al trabajo realizado "en países donde se reunían armas" para la guerrilla chechena.
Putin pidió a Pátrushev transmitir sus felicitaciones a todos los participantes en la operación, a los que prometió condecorar.
Al mismo tiempo, dijo que "la amenaza terrorista sigue siendo muy grande" y que, por tanto, no se puede bajar la guardia.
Tras la muerte el 8 de marzo de 2005 de Aslán Masjádov, el líder de los separatistas chechenes, en una operación de los servicios de seguridad rusos, Basáyev se convirtió de hecho en el principal jefe los secesionistas islámicos.
Basáyev saltó a la primeras planas de los periódicos en junio de 1995, cuando al frente de un comando chechén tomó el hospital de la ciudad rusa de Budiónovsk e hizo rehenes a más de un millar de personas, en una acción que causó 129 muertos y 415 heridos.
Desde entonces su nombre ha estado vinculado a todos los ataques chechenes que se cobraron centenares de muertos, incluidas las tomas de rehenes en el teatro Dubrovka de Moscú y en la escuela número uno de Beslán, ciudad de la república norcaucásica de Osetia de Norte.
En septiembre de 2004, tras la masacre de Beslán, el Kremlin anunció una recompensa de diez millones de dólares por toda información que le permitiese capturar o matar a Basáyev.