La noche del martes, el ska fue el género más escuchado en el parqueo del estadio Ricardo Saprissa.
El protagonista fue la banda española Ska-P, quien deleitó con sus consagrados éxitos y su nuevo material ( Lágrimas y gozo ) a los más de 4.000 asistentes que se dieron cita en el lugar, según datos de los organizadores del concierto.
Con Ni fu ni fa , la agrupación –encabezada por Joxemi y Pipi– dio el banderazo de salida a su primera presentación en suelo tico, a eso de las 8 p. m.
“Buena noches Costa Rica”, gritó Joxemi a un público que se mostró eufórico al ver cara a cara a la legendaria banda. “Por fin en Costa Rica, jamás pensaba que vinierais tantos”, agregó sonriendo.
Fuerza. Bajo una amenaza de lluvia que se mantuvo presente durante todo el recorrido musical de los de Ska-P, la agrupación entregó descargas de energía y dramatismo en cada interpretación.
Dramatismo, porque Pipi, como es su costumbre, se convirtió en el showman de la presentación. En cada canción, la segunda voz de Ska-P representó a varios personajes desde un sacerdote, un bufón escocés, un policía y hasta un prisionero, entre otros.
Aunque la noche ofreció a otras bandas (una nacional y otra extranjera), la gente sin duda quería ver y escuchar a los españoles. Canciones colmadas de inconformismo, cuyas letras son un respaldo a los derechos humanos y críticas al capitalismo y al racismo, fueron coreadas, brincadas y hasta pateadas, como parte del slam –tipo de baile entre los fanáticos, donde predominan los brincos y los choques cuerpo a cuerpo–.
Tío Sam , Welcome To Hell , Cannabis , Derecho de admisión y El vals del obrero fueron algunos de los temas que más animaron a los presentes, quienes no perdieron ni un detalle, abrigados de pies a cabeza.
Casi dos horas después de iniciada su presentación, Ska-P dio por concluida su actuación con Gato López a eso de las 10 p. m., en medio de una oleada de innumerables “¡Otra, otra!” de un público que aún quería que la noche le diera más.
Previos. El encuentro musical comenzó horas antes, cuando la banda nacional La Milixia hizo lo suyo sobre el escenario. A los nacionales les fue bien, prueba de que cada vez más ganan experiencia en los escenarios.
Donovan Camacho, cabeza de la agrupación, y su colega Esteban Ramírez, de Percance, disfrutaron de los artistas foráneos.
A eso de las 6:30 p. m., el ska tico le cedió espacio al punk .
Los alemanes de Die Toten Hosen dieron rienda suelta a un género que en el país cuenta con gran cantidad de seguidores. La mayoría de estos fans prefirieron escuchar al grupo en las afueras del lugar.
Los europeos calentaron a los presentes con temas en su idioma y otros aportaron la sorpresa, como una versión del clásico La bamba (original de Los Lobos).
Este concierto realmente les cumplió a los amantes del ska y punk .