Desde el comienzo de esta administración, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega Saavedra, nombró como su secretario y asesor privado para asuntos internacionales a Mohamed Lashtar, ciudadano libio que estuvo vinculado a los servicios de inteligencia de su país y es sobrino del presidente Muammar Gadafi.
El parentesco con el gobernante libio lo reveló el exembajador de Estados Unidos en Nicaragua, Paul Trivelli, en cuatro cables confidenciales que suscribió en el 2007 y que son dados a conocer ahora por un acuerdo de
En sus comunicaciones internas, los diplomáticos de EE. UU. expresaban una fuerte preocupación por la presencia de Lashtar en el círculo íntimo del presidente Ortega y efectuaron reiteradas consultas con distintos funcionarios del Gobierno nicaraguense, incluyendo al canciller Samuel Santos, sobre las razones de su nombramiento.
Paul Trivelli, quien fue embajador de EE. UU. en Nicaragua entre setiembre del 2005 y agosto del 2008, asegura que Lashtar, conocido también como Mohamed El-Ashtar Ferrara, es sobrino del presidente de Libia, Muammar Gadafi y que formó parte de su red personal de inteligencia.
Una investigación de
Lashtar trabajó en la Embajada de Libia en Managua y se afincó como representante de las inversiones que el gobierno de Gadafi hizo en la región de Tisma y San Francisco Libre, Nicaragua.
Hoy, Mohamed Lashtar es suplente del diputado Jacinto Suárez al Parlamento Centroamericano (Parlacen), es secretario privado del presidente Daniel Ortega, con un nombramiento que le otorga rango de embajador y dispone de una oficina en la Cancillería de Nicaragua, según confirmó el canciller de ese país, Samuel Santos.
Lashtar dirige, además, la empresa Agropecuaria Nicaraguense Árabe Libia (Anilib), que se fundó con capital del gobierno de Gadafi, y también está vinculado a la firma Celeste S.A., la cual hace pocos días resultó adjudicada con la frecuencia del canal 47 de televisión.
En tanto, un excolaborador de Ortega durante los años 80 indicó que Lashtar siempre fue una persona muy vinculada al grupo de Gadafi y una pieza clave para Ortega, durante sus años de opositor (1990-2006), pues le permitió canalizar dinero de Libia, para sostener sus actividades en Nicaragua y sus viajes internacionales.
Las quejas de Trivelli contra el secretario privado de Ortega eran compartidas también por el Gobierno de España.
Según un miembro de la Cancillería ibérica, un viaje que Ortega hizo a Madrid junto a Lashtar generó fricciones ya que la inteligencia española tenía identificado al secretario privado del presidente como agente de Gadafi.
En su comentario, Trivelli identifica a cuatro personas que integrarían el círculo de poder de Ortega: el vicencanciller Manuel Coronel Krautz; el director de la Corporación de Zonas Francas, Álvaro Baltodano; el excanciller de Nicaragua y aspirante a representar a Libia ante la ONU, Miguel D’Escoto; y el secretario privado del presidente, Mohamed Lashtar.
Para Trivelli, la figura de Lashtar y su influencia sobre el presidente Ortega era un tema de quejas y preocupaciones recurrentes que, además, compartía con dirigentes de la oposición, como el ministro de la Presidencia durante la administración de Violeta Chamorro (1990-1997), Antonio Lacayo.
Precisamente, en uno de esos cables, Trivelli reseña un encuentro con Lacayo en el que el ministro le indicó que
Entrevistados por separado, Lacayo y Matus confirmaron la semana pasada lo expuesto por Trivelli.
Matus afirma que Lashtar, durante sus años como diplomático libio, administraba las inversiones de ese país en Nicaragua y que tenía más poder en la embajada que el propio embajador.
“En su presencia el embajador de Libia adoptaba, incluso, una actitud sumisa”, recuerda Matus.
Según el exdirigente de la “Contra”, a mediados de los años 90 Lashtar se casó en Trípoli con una ciudadana libia a quien no conocía, en una boda que su madre organizó especialmente para él.
“Él me había invitado a su boda en Libia y yo quería conocer su país, pero doña Violeta (Barrios de Chamorro, entonces presidenta de Nicaragua) me dijo que mejor no fuera. Había invitado a cuatro personas de aquí, pero ninguno fue”, relató Matus a este diario.
Aseguró que cortó su relación con Lashtar por instrucciones de Gary Williams, contacto de los servicios de inteligencia estadounidenses con la “Contra” .
“Gary no me dio muchas explicaciones, dijo que sabía que yo tenía contacto con Mohamed y que me recomendaba no tener ningún vínculo con él”, recordó.
En las personas del entorno de Lashtar, como el gerente de la empresa Anilib, Salvador Abdalah, los señalamientos de Trivelli provocan una reacción que va de la hilaridad a la negativa tajante.
Según Abdalah, las declaraciones del embajador Trivelli son falsas y carecen de todo sustento.
Otro empresario cercano a Lashtar lo describió como un hombre hábil a quien le gusta alardear de sus contactos con el poder. “Mohamed se jactaba de que desayunaba con Ortega, almorzaba con Alemán y cenaba con Bolaños”.