Para Teodoro Morca, "concierto" y "reunión familiar" se han convertido en sinónimos: tras 50 años de vida artística y 40 de ofrecer espectáculos como solista, este bailarín de origen húngaro, nacido en Los Ángeles, considera a sus compañeros de escenario como "sangre de su sangre".
El elenco de artistas extranjeros con quienes Morca compartirá Morca Flamenco en Concierto , no solo completan las tres partes imprescindibles de su arte ("el flamenco es un lenguaje compartido entre baile, cante y toque", dice), sino que le recuerdan con quiénes ha transitado con mayor frecuencia algunos de los 20 países donde se ha presentado a lo largo de su vida.
Durante hoy y mañana, el veterano bailarín celebrará su trayectoria artística, la cual ha tenido como contraparte la pedagogía. Lo acompañarán el guitarrista Gerardo Alcalá (quien vive entre Canadá y España), la guitarrista, cantaora y bailaora Marija Temo (quien vino especialmente desde Washington) y la cantaora y bailaora Chayito Champion (de origen mexicano-español, radicada en Nueva York). "Quiero enseñar más; hacer más proyectos con otras personas", dice el bailarín, con su particular acento gringo-castizo . "He bailado en muchos países y este concierto es puro puro postre para mí".
Taconeos y castañuelas
Además del aniversario, el espectáculo también celebra la maestría de un baile cuyo dominio técnico requiere años de estudio, requisito ante el cual Morca nunca tuvo reparos, mucho menos cuando inició su carrera, a los 17 años.
"No hay atajos", dice el intérprete, quien se estableció definitivamente en Costa Rica hace dos años. "No es fast-food-flamenco : esto requiere mucho tiempo", insiste. "Sea como hobby o profesional, es el mismo proceso: no hay flamenco light ".
En su opinión, el flamenco exige tanto como el ballet clásico y es solo un poco menos difícil que las danzas indias. Sin embargo, ¿cómo mantener viva una expresión tan arraigada a una zona geográfica específica, como es España, sin vivir allí?
"¿Quién piensa hoy en día que el ballet nació en las cortes de Francia?", propone Morca. "Claro que hay que ir a España: para un artista del flamenco es como ir a la Meca", dice. "Fuera de España, se pueden aprender los pasos y la técnica, pero si no se tiene curiosidad por la cultura, es pura imitación", aclara. "La ventaja es que todos los bailes del flamenco son facetas de la emoción humana y eso es universal".
Formado también en el ballet clásico y el clásico español, Morca vivió la mayor parte de su vida en Estados Unidos donde, por 25 años, tuvo su propia compañía y su propia escuela de baile. Su espectáculo de estas noches incluirá un número con castañuelas ( Asturias , de Albeniz), propio de una de sus técnicas más ejercitadas: el clásico español.
"Hacer un concierto solo, de dos horas, es como hacer un menú de comida y es mucho trabajo: no todo puede ser carne o drama", anticipa el bailarín, quien tuvo su última presentación en grande el año pasado, cuando bailó junto a la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Florida.