Christchurch, Nueva Zelanda. AFP. Al menos 65 personas murieron y otras muchas estaban bloqueadas entre los escombros tras el terremoto registrado ayer en la noche en la segunda ciudad de Nueva Zelanda, Christchurch, el peor en este país desde hace 80 años.
“El balance que tengo actualmente es de 65 muertos y podría ser revisado al alza. Es una tragedia absoluta para esta ciudad, para Nueva Zelanda, para la gente de la que nos sentimos cerca”, declaró el primer ministro, John Key.
El sismo de magnitud 6,3 se produjo a las 12:51 p.m. del martes (23H51 GMT del lunes) a 5 km de la ciudad y a sólo 4 km de profundidad, según el Instituto de Geofísica de Estados Unidos (USGS). Le siguieron varias réplicas que llegaron a ser de 5,6 grados de intensidad.
Christchurch, con 340.000 habitantes, ahora en estado de emergencia, fue golpeada el 4 de septiembre de 2010 por un sismo de magnitud 7 que no causó muertos aunque sí destrozos considerables.
El terremoto de ayer lunes (martes para los afectados en ese país), ocurrido a media jornada, "fue mucho peor, no tanto en intensidad como en materia de daños, y mucha gente está atrapada en los edificios", declaró un portavoz de los bomberos a Radio New Zealand.
Personas heridas y a menudo manchadas de sangre salían de los inmuebles y caminaban renqueantes por las calles, apoyándose unas en otras, según imágenes de la televisión, que había mostrado escenas de pánico poco después del temblor.
En la plaza principal de la ciudad se oían gritos y la aguja de la catedral de Christchurch se desgajó.
"Varios decesos fueron señalados en diferentes puntos del centro de la ciudad, donde dos autobuses fueron aplastados por cascotes caídos de las alturas. Un médico y los servicios de emergencia se encuentran en el lugar", indicó la policía.
Según la televisión local TV3, de los escombros de un hotel fueron retirados varios cuerpos.
El alcalde, Bob Parker, declaró el estado de emergencia, que supone el cierre de los accesos al centro de la ciudad para garantizar la seguridad pública y facilitar la labor de los equipos de rescate.
Parker contó que el temblor lo tiró al suelo. "Cuando me levanté, miré la ciudad y podía ver nubes de polvo encima de los edificios desplomados. Oía gritos en la calle", declaró a la prensa.
"Todo el mundo debe entender que se trata de un día negro para esta ciudad profundamente conmocionada", declaró.
Dijo tener información de "autobuses atrapados debajo de inmuebles desplomados, de aparcamientos muy dañados, hundidos del todo o en parte" y "de gente encerrada dentro de edificios del centro".
El terremoto se produjo en un momento del día en que "la ciudad está llena, con gente en el trabajo, los niños en el colegio", declaró el primer ministro neozelandés.
El aeropuerto de la ciudad fue cerrado y la policía indicó que estaba evacuando el centro de la ciudad.
Situada en el cinturón de fuego, Nueva Zelanda registra hasta 15.000 temblores al año.
El terremoto más mortífero desde que existen las estadísticas se cobró 256 muertos el 3 de febrero de 1931 en la bahía de Hawke, sur de la isla del Norte.