La noche del sábado 8 de diciembre quedará para siempre en la memoria de la bailarina costarricense Victoria Arrea, de 15 años. Ese día, debutó junto a la legendaria compañía American Ballet Theatre (ABT), en el montaje del espectáculo El Cascanueces , en Nueva York, Estados Unidos.
Ella es una de las bailarinas del denominado elenco infantil e interpreta a la pequeña Clara. Luego de su intervención, la célebre Paloma Herrera asume el personaje, como una versión más madura de Clara.
Con sus zapatillas listas, la orquesta ubicada dentro del BAM Howard Gilman Opera House (sala con capacidad para 2.000 almas) y el público ocupando todas las butacas, se acercaba la hora del debut aquel sábado.
Fueron muchas las veces en que ensayó su parte, pero los nervios estaban ahí, recordándole que estaba a punto de dar un gran salto.
“Una vez que puse un pie en el escenario, desaparecieron (los nervios); solo lo disfrute, muchas veces lo disfruté”, recordó la bailarina, vía telefónica, desde Nueva York.
Cuando llegó el momento de salir al escenario para recibir el aplauso del público, la felicidad era el sentimiento que mejor describe lo que vivió entonces.
Agradecida. La vida cambió mucho para esta joven. Luego de varios años de ser parte de la compañía Danceworks , de tener amigas a las que veía con frecuencia y de estar acostumbrada a que la llevaran donde necesitaba, ahora, todo es nuevo.
Actualmente, reside en Nueva York, donde aprendió a trasladarse caminando por la ciudad, a usar el subterráneo y, en especial, a asistir a sus clases en la Jacqueline Kennedy Onassis School of Ballet. Este centro de enseñanza es un programa de entrenamiento preprofesional del ABT, para estudiantes con edades entre los 12 y los 20 años, al cual se ingresa solo por audición.
Cuando recién llegó a Nueva York, desconocía parte importante de la trayectoria del ABT, esa compañía que albergó al mítico primer bailarín Mijaíl Baryshnikov , el mejor del mundo para muchos.
No obstante, con cada día que pasó en la ciudad, aprendió lo que significa esa compañía en la historia del ballet del siglo XX y XXI para los Estados Unidos.
“Ahora, me siento muy feliz por estar haciendo esto (bailando con el ABT). Es un honor estar bailando con Paloma Herrera; nunca me imagine poder estar con ella; no puedo creer que estoy bailando con una bailarina como ella, ¡este es el sueño de toda bailarina!”, añadió la joven costarricense.
Ahora que el espectáculo se estrenó, los integrantes del elenco asisten todos los días al teatro, repasan la coreografía; además, realizan una clase para calentar previo a la función.
Una vez que están listas, recordó, los profesores y otros responsables del ABT se acercan y les desean buena suerte.
A Victoria le gustaría que sus amigas y compañeras de baile de Costa Rica la pudieran ver, pero se conforma con los mensajes en que le dicen que están muy orgullosas y que la extrañan.
Una buena noticia que recibió recientemente es que María Laura Pardo , su profesora y directora en Danceworks, asistirá el fin de semana a verla bailar.
Por ahora, le esperan dos funciones, el sábado y domingo. Luego, sus planes son seguir viviendo en Nueva York y estudiar para consolidarse como una verdadera artista.