Es tuya, pero no la conocés a fondo. Es natural, pero pocos hablan de ella con libertad. Está presente en cada faceta de tu vida: hablamos de tu sexualidad.
¿Cómo abarcar un término que causa tantísima polémica? En su primer intento, el diccionario de la Real Academia Española ofrece una definición eficiente, pero limitada: "Conjunto de condiciones anatómicas y fisiológicas que definen a cada sexo". Bueno, por algo se empieza.
Según lo reconocen los mismos educadores, la sexualidad humana está en los primeros lugares de inquietudes juveniles. Obvio. La sexualidad es una especie de "todo" vital; y más vital cuanto más joven se es.
No empieza en la adolescencia, pero es allí donde se desata una urgencia inmediata por el misterio de los pantalones y las faldas (la curiosidad por el cuerpo humano ha hechizado a todas las culturas). Poco a poco, las diferencias anatómicas entre mujeres y hombres le dan paso a un descubrimiento más hondo del "otro". La ética y los valores aportan lo suyo. Los roles sociales, igualmente aprendidos culturalmente desde la niñez, también empujan un proceso que nunca se detiene.
La sexualidad atraviesa el territorio de las fantasías, los deseos y el placer humano; se lanza a las profundidades de lo que somos, lo que proyectamos y lo que querríamos ser. Va y viene de nosotros hacia los demás, en un camino de definiciones constantes que nos marca las pautas de convivencia social. Es una perfecta tela de araña donde habita nuestra existencia y donde cada cual elige lo que más le conviene.
Zonas de exploración
A pesar de que el refrán dice que "la curiosidad mató al gato", en este caso no mata, sino todo lo contrario. Como bien dice Efraín Valerio, asesor técnico del proyecto Educación en Población, del Ministerio de Educación Pública (MEP), "los chicos tienen todo el derecho de preguntar: es natural y sano que lo hagan".
La sexualidad no presenta una duda, sino millones. Aunque el Ministerio de Educación Pública no cuenta con un programa diferenciado de educación sexual, sí ofrece informaciones específicas sobre el tema, tanto en las escuelas como en los colegios.
El especialista del MEP explicó que en los programas de las diferentes asignaturas (ciencias, educación para el hogar, psicología, religión, etc), el ministerio ha incluido contenidos específicos que han sido pensados para la formación e información sexual de los jóvenes.
Esto significa, entre otras cosas, que es obligatorio para tus profesores hablarte al respecto, es decir: podés preguntar y exigir respuestas.
"El maestro y el profesor tienen libertad absoluta para consultar los materiales de apoyo que deseen para dar sus clases. Hay libertad de cátedra. Dentro de esta gama de materiales que existen, ellos pueden utilizar los que nosotros producimos en el proyecto Educación en Población, pero es alternativo", explicó Valerio.
"Lo que sí no tiene el docente es la opción de obviar el tema de sexualidad, cuando los contenidos de su programa de estudio así lo exigen", enfatizó.
Más allá de lo público
Javier Ortiz, conocido sexólogo y director del Instituto Holístico Gaia, ha inaugurado un nuevo desafío en busca de tu formación integral y la de tus maestros. Su programa La sexualidad es linda, es un proyecto que invita a un conocimiento desprejuiciado sobre la sexualidad humana, en el cual utiliza el libro Las cien preguntas y el arcoiris del género (escrito por él mismo) y que ha sido recomendado por el MEP.
El Instituto ofrece un taller en dos versiones: Introducción a la sexualidad humana, dirigido a la capacitación de tus maestros y otro, dirigido a jóvenes, a partir de tercer año de colegio.
"La importancia de la educación sexual ha quedado demostrada científicamente. Es la única forma de reducir las consecuencias de la irresponsabilidad y la ignorancia. Es un asunto de salud pública: ayuda a prevenir abortos, embarazos prematuros, embarazos no deseados, abuso sexual, violaciones, enfermedades de transmisión sexual, insatisfacción sexual y desintegración familiar", analizó el experto.
Vos lo sabés: en un país como el nuestro, desacostumbrado a hablar de sexualidad con honestidad y naturalidad, muchas de tus dudas se "hacen piedra" esperando respuesta. Por eso es tan importante tu actitud y tu deseo de informarte: de eso depende, en gran medida, tu felicidad y la de los que te rodean. Javier Ortiz suma un atributo final al imperativo de la educación sexual: "Para nosotros es imposible concebir una sociedad espiritualmente sana si no tiene una sexualidad satisfactoria. Al mismo tiempo, las sociedades han sido históricamente reprimidas sexualmente como un medio de manipulación masiva, para controlar la voluntad de los ciudadanos".
Así que, adelante: ¡a preguntar, sin miedo!