LOS ANGELES (AFP) - Después de 18 años en la televisión, Los Simpson se presentan esta semana en los cines del mundo entero, con el desafío de realimentar la idolatría de sus fanáticos y cautivar a los nuevos espectadores de esta familia amarilla que se convirtió en un ícono popular.
Al saltar al cine, Homero Simpson no podía dejar de tener obligaciones de héroe: debe salvar al planeta de una catástrofe ambiental ocasionada por él mismo con la complicidad de su mascota nueva, un cerdo.
Con la ironía que caracteriza a esta familia disfuncional de animación, su esposa Marge y sus tres niños: Bart, Lisa, y la bebé Maggie, se ven obligados a ayudar -y despotricar también- a Homero, quien por su egoísmo mete a su mundo de Springfield en problemas que llevan al presidente de Estados Unidos, Arnold Schwarzenegger, a intervenir con un gran despliegue armamentista.
"Con Los Simpson yo diría que definitivamente nos gusta comentar lo que está pasando en el mundo (...) y tratamos de que sea de una forma divertida", dijo en una conferencia de prensa en Beverly Hills el creador de la serie, Matt Groening, al ser consultado sobre lo "políticamente correcto" de haber elegido en estos momentos el tema del calentamiento climático.
La familia de ojos saltones que entre el jueves y viernes llegará a los cines se tardó más de 400 episodios en pasar al celuloide y la expectativa es tan grande como la generada por superhéroes opuestos a Homero, como "El Hombre Araña", "Superman" o incluso "Harry Potter".
"Nos tomó 18 años porque somos flojos", confesó Groening. "Nos hemos hecho esa pregunta varias veces y no tenemos una buena respuesta".
Para el otro productor y creador para televisión de Los Simpson, James L. Brooks, realizar la película fue un desafío mayor al que imaginaban.
"Algo que teníamos en común era que todos hemos trabajado con Los Simpson, la otra cosa en común es que no teníamos ni idea cómo hacer la película", comentó Brooks, acompañado además de Groening, del realizador David Silverman y los guionistas Al Jean y Mike Scully, en un ambiente tan distendido como si se encontraran en el Bar de Moe, la taberna donde Homero suele pasar sus ratos libres.
Para el cine, los perfectos Flanders llegan con más peso que en la televisión, Bart puede verse además de desnudo, cuestionando su figura paterna, Marge hace amagos de separación, y Lisa, como era de esperar, cree en la posibilidad de un mundo libre de contaminación en clara oposición a las acciones de su padre.
"En el programa de televisión trabajamos muy rápido con los tiempos justos y el presupuesto justo", contó Groening al narrar lo agotador y novedoso que resultó hacer el filme.
"En la película pudimos trabajar en el guión hasta que lo teníamos bien, y nos tomó mucho tiempo escribir el guión y luego nos tuvimos que meter en la producción y probamos con la animación que es hasta ahora lo más ambicioso que hayamos hecho", señaló entre suspiros.
Para Brooks, la fama que ganaron Los Simpson en el mundo entero en estos 18 años fue producto de un trabajo "prácticamente a ciegas": "Del trabajo a casa y ya".
Pero con la película, "ver la promoción, particularmente en el Kwik E-Mart, con las largas colas afuera, estamos asombrados", dijo Brooks refiriéndose a la campaña publicitaria que convirtió 12 mercados en Estados Unidos en el almacén de la serie, y donde pueden comprarse desde las rosquillas que matan la ansiedad de Homero, hasta "Las aventuras del hombre radioactivo" que entretienen a Bart.
Además, el sábado, los creadores asistieron a una premiere especial en un Springfield de verdad, una ciudad de 9.300 habitantes en el estado de Vermont (noreste) que ganó un concurso a una decena de pueblos homónimos que están en varias partes de Estados Unidos.
"Fue increíble, casi que cada persona nos abrió la puerta de su casa", ironizó Groening sobre esta competencia organizada por el diario USA Today y los estudios Twentieth Century Fox.
A pocos días del estreno mundial y las expectativas de una industria que apuesta sus fichas a una serie completamente integrada a la cultura estadounidense, los creadores lucen ajenos a esa ansiedad por ver millones en la taquilla y marcan distancia con la idea de que ya estén pensando en una "segunda parte".
Pero los 87 minutos de la película reservan sorpresas hasta en los créditos finales, cuando la bebé dice su primera palabra...: "Secuela" ¿Un guiño o una ironía hacia Hollywood de parte de esta familia de 'outsiders'?
© 2007 AFP