Este edificio está anclado en una de las esquinas menos glamorosas de San José, pero, con su fachada recién remozada, revive su gracia de antaño.
El inmueble, conocido como Herdocia, está ubicado al costado norte del edificio de Correos y Telégrafos, y es como su “hermano” menor, pues ambos fueron diseñados por el arquitecto catalán Luis Llach Llagostera (1883-1955).
Este edificio fue construido a mediados del siglo XX y lleva ese nombre en referencia a su primera propietaria, María del Carmen Herdocia Rojas.
En sus mejores días, este caballero de concreto armado y ladrillo se pavoneaba en la esquina entre avenida 3 y calle 2 con un estilo “mestizo”, como lo define el arquitecto Andrés Fernández, pues combina influencias del art-decó y del neocolonial hispanoamericano.
Años de abandono, falta de mantenimiento, intervenciones inadecuadas y vandalismo han atentado contra la elegancia del inmueble, que, por su valor, fue declarado patrimonio histórico arquitectónico de Costa Rica en febrero del 2000.
Una iniciativa del Centro de Patrimonio del Ministerio de Cultura, avalada por los nuevos propietarios del edificio, promete devolverle el mejor de sus rostros.
“Este edificio tuvo una vocación comercial desde el principio y ha estado ocupado por muchos inquilinos durante todos estos años. Esa situación produjo que se ‘tugurizara’, pues muchos de ellos pagaban alquileres ridículos y nunca se le dio mantenimiento”, declaró el director interino del Centro de Patrimonio, Adrián Vindas.
Vindas concluyó que el estado de conservación del edifico era “pésimo”, pero tiene un buen nivel de integridad, es decir, conserva buena parte de sus elementos arquitectónicos originales. La inversión de Patrimonio alcanzó ¢90 millones y está centrada en las fachadas.
“Este edificio de cuatro niveles presentaba severos daños causados por humedad, pues el agua penetró las varillas, las esponjó y reventó el concreto. También se hará un cambio de cubiertas y pintura general. El Centro decidió invertir en este edificio debido al interés que tienen sus nuevos dueños en recuperarlo para levantarle el estatus”, afirmó Vindas.
Lujo en la capital. Desde que los empresarios colombianos Augusto Posada y su esposa, Lidia Orozco, vieron ese edificio hermoso, pero descuidado, en una zona comercial estratégica, se interesaron por él y finalmente se lo compraron a la familia Herdocia en junio del 2012. “Es un edificio bello y de alto valor histórico. Esto nos motivó como inversionistas a comprarlo para convertirlo en un espacio digno de su categoría”, opinó Orozco.
La pareja es propietaria de la empresa Inversiones Tarqui It S. A. Ellos están dispuestos a destinar altas sumas de dinero para devolverle al Herdocia su glamour de antaño. Sin embargo, se han enfrentado con varios obstáculos, el más difícil de ellos fue desocupar totalmente el edificio.
“Varios inquilinos tenían muchos años de estar ahí y estaban acostumbrados a pagar alquileres muy bajos. Nosotros soñamos con un espacio para locales comerciales exclusivos, tiendas de ropa de marca, servicios y, ¿por qué no?, un restaurante gourmet en el cuarto nivel”, dijo Orozco.