En su labor por averiguar los mecanismos y estructuras ligadas al agua en el Monumento Nacional Guayabo, los arqueólogos se dieron a la tarea de excavar en el lugar donde creían había un receptor de agua en las cercanías del montículo central.
Sin embargo, lo que yacía bajo la tierra era un alineamiento de rocas, colocadas en forma de semicírculo, que podrían corresponder a un fogón.
Para Gerardo Alarcón, arqueólogo de la Universidad de Costa Rica (UCR), este hallazgo permite incrementar la perspectiva que se tiene de la aldea precolombina y no solo limitar la función de sus estructuras a cuestiones ceremoniales, sino que se amplía a actividades de la vida cotidiana.
“Eso nos refiere a actividades domésticas, de élite, que nos permiten entender procesos sociales y no solo mitificar la historia, lo cual nos lleva a perder la perspectiva sobre el desarrollo precolombino”, comentó Alarcón.
Junto a las rocas, se encontró un pulidor de piedra que está desgastado de un lado y tiene golpes en los extremos. “Por eso creemos que fue usado tanto para pulir como para machacar, lo cual podría evidenciar actividades culinarias”, señaló el arqueólogo.
Asimismo, los investigadores hallaron fragmentos de metates y cerámica, así como restos de huesos de aves que serán útiles para conocer la cultura gastronómica y métodos de cocina de los habitantes de Guayabo. También se recolectaron muestras de materia orgánica carbonizada, la cual será sometida a análisis de carbono y nitrógeno 14 para conocer su datación (antiguedad).