“Yo soy Gonzalo Ramírez. Soy abogado de profesión y de oficio, pastor. Tengo 38 años y dirijo una organización para ayudar a emprender negocios a gente cristiana, para ayudarlos a que puedan multiplicar sus dones”.
Así se presenta uno de los hombres que, en este momento, tiene más posibilidades de ocupar el cargo de diputado entre el 2014 y el 2018 y mantener vivas las causas del actual legislador Justo Orozco, fuente de controversia en el Congreso .
Ramírez representa al Partido Renovación Costarricense (PRC). Él tiene casi seguro el puesto en la primera línea de la lista de candidatos a diputados por la provincia de San José, aunque aún vive en San Joaquín de Flores, pues no ha hecho la mudanza a la casa en Rohrmoser, donde atendió a La Nación .
Y continúa presentándose: “Soy casado y con dos hijos. Mi esposa es periodista, pero siempre ha atendido el llamado por los niños; su llamado es a ser mamá”.
Ramírez se prepara así para tomar la curul que dejará Orozco, si logra al menos los 20.500 votos que obtuvo el actual legislador en la provincia San José. “Estoy siendo obediente a un llamado de Dios”, contestó.
Esta es su presentación profesional y política, pero su perfil político es más impreciso. Prefiere no citar a ningún político ejemplar. Dice que no recuerda por quién votó en las elecciones presidenciales pero, puesto a escoger entre Óscar Arias y Ottón Solís, apoyaría a Arias (“al menos Liberación no va contra los valores nuestros”).
Tampoco fue capaz de mencionar el nombre de quién asumió la candidatura presidencial de su partido en el 2010: Mayra González. Sin embargo, memoria sí le alcanza para recordar que votó “sí” al TLC, en el referendo del 2007.
Antes no era tan interesado por la política. Se integró hace un año por llamado de Justo Orozco.
“No fui candidato por Heredia porque todas mis actividades son en San José, donde trabajo durante el día”, explicó antes de contar que es pastor en la iglesia evangélica Pasión por las Almas, en la capital.
Buscado. “Él nos buscó a nosotros porque nos vio potencial”, declaró Ramírez sobre Orozco, a quien describe como “una persona valiente, atrevida y firme con lo que cree”.
Se refiere sobre todo a los valores de esta comunidad cristiana, los evangélicos, que representa al 12% de los costarricenses mayores de edad (cerca de 360.000), según una reciente encuesta de Unimer.
Este es el semillero que ha permitido la existencia de al menos un diputado evangélico de manera continuada desde 1998. Ahora hay dos: Orozco y Carlos Avendaño, del Partido Restauración Nacional.
Ambos diputados defienden posiciones conservadoras en varios temas de la agenda política que rozan con la moral cristiana, como los derechos de los homosexuales o la fertilización in vitro.
Esa sería también una misión de Ramírez, calificado por Justo Orozco como “un joven bien parecido”. “Me lleva más de una cabeza a mí. (mide 1,94) Tiene una maestría y dos licenciaturas. Es un buen orador y es pastor”, dijo el actual diputado en setiembre.
Desde entonces tenía claro que Ramírez será en el 2014 el primero de la lista por San José, el elegible, a pesar de que el Partido aún tiene pendiente su asamblea para tomar estas decisiones. Será en junio.
“Ya está claro. Él ha ido sembrando y va cosechando. La iglesia a la que él pertenece ya ha sembrado bastante con nosotros. Puso cosas materiales y tiene mucha gente en esa iglesia”, argumentó Justo Orozco el 3 de setiembre.
“El pez en la pecera”. Sus planes para ser legislador los resume con una metáfora: “sacar al pez de la pecera”. Se refiere a los planes por llevar los temas del Partido más allá de los asuntos religiosos y sociales en los que dice haberse enfocado.
“Queremos decir a Costa Rica que los cristianos podemos construir con valores y principios y trabajar también por los temas de justicia social”, dijo segundos antes de subrayar que el principal problema del país son los valores.
“Nuestro tema principal es valores. Es necesario volver a poner los valores en los puestos de poder. Tenemos que ponernos las botas y entrar al barrial”, añadió.
La defensa de los “valores cristianos” es lo que hace a Ramírez citar a Orozco y Avendaño como diputados ejemplares, aunque ahí también incluye al actual presidente legislativo, Luis Fernando Mendoza, del PLN.
Para él, la homosexualidad se define como “un gusto sexual” y el proyecto de legalización de derechos de las parejas homosexuales, “un disfraz para aprobar el matrimonio homosexual”.
En la fertilización in vitro hay que acatar la sentencia de la Corte Interamericana, pero pide hacer un reglamento que no permita que “el derecho de unos a tener algo no perjudique a otros”.
Cree que contra la infertilidad lo mejor es facilitar las adopciones, opina que el salario de los diputados debe ser mayor y considera que el ministro de Educación, Leonardo Garnier, “debe acercarse a los valores costarricenses”.