Toronto (Canadá), 24 jun (EFE).- El gesto amigable de un perro evitó una posible matanza en Toronto cuando un individuo provisto de armas de largo alcance y pistolas desistió de usarlas en las calles de la ciudad ante las caricias del can.
El hombre, James Stanson, de 43 años y originario de la provincia de Nueva Brunswick, que compareció hoy ante un juez de Toronto, se entregó ayer a las autoridades después de que uno de los perros que paseaba una mujer se le acercase para jugar con él.
Según la policía, la actitud del perro hizo que Stanson se olvidase de su plan original al considerar como "buena gente" a los habitantes de Toronto.
Stanson había acudido a la mayor ciudad canadiense con la intención de "matar tanta gente como pudiese" -según confesó a la policía- para lo que disponía en el maletero de su coche de varios rifles con mira telescópica, un revólver calibre magnum .357 y una pistola semiautomática de 9 milímetros, así como 6.000 balas.
Cuando el perro de la desconocida se le acercó en uno de los parques de la ciudad, Stanson ya había cargado las pistolas y estaba dando los últimos toques a los rifles.
En su primera comparecencia, el juez solicitó una evaluación de la salud mental de Stanson antes de proseguir.
La policía ha indicado que Stanson había planeado cometer una matanza en Nueva Brunswick, pero que decidió cargar todo el armamento en el coche y dirigirse hacia Toronto por considerar a los habitantes de su provincia como demasiado buenos para ser asesinados.
Tras su encuentro con el perro en el parque de Toronto, Stanson buscó un policía para entregarse y cuando encontró a uno le dijo que necesitaba ayuda psiquiátrica "o cometería algún acto muy serio".EFE
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