El fantasma del fraude lleva de la mano a Nicaragua en el camino a las elecciones de este año.
Las maniobras tramposas están descubiertas en el pasado más reciente de la política nicaraguense revelado en los cables de WikiLeaks. Y el ganador sigue siendo el presidente Daniel Ortega, quien quiere reelegirse.
Según los cables internos de la diplomacia estadounidense, las prácticas fraudulentas fueron admitidas ante ellos por Rodrigo Barreto, un jerarca del Consejo Supremo Electoral (CSE), calificado como
Aunque después de conocerse estos cables Barreto negó haber hablado de fraude con el embajador, el texto de los mensajes indica que él reconoció “con una franqueza sorprendente” que el FSLN se robó las elecciones municipales de noviembre del 2008, con irregularidades comprobadas en 40 de los 153 municipios.
“Barreto sugirió que el FSLN, por medio del CSE, había manipulado el sistema electoral durante todo el año anterior a las contiendas locales, pero que los resultados del día de las elecciones no salieron como estaba planeado, lo que dio lugar a grandes alteraciones de los formularios del recuento para dar al FSLN el gigantesco triunfo que el CSE anunció” se lee en un cable del 25 de febrero del 2009.
Ese mensaje recogió una serie de señalamientos de la organización Ética y Transparencia (EyT), que incluían la falla del CSE en acreditar observadores, cierre de centros de votación temprano para evitar que simpatizantes de la oposición votaran y la expulsión de fiscales de partido de sitios de votación y de recuento. También documentó enormes irregularidades en el proceso de conteo, incluidos lugares donde se contaron más votos que votantes inscritos. Aunque se le buscó por varios días y dejó al menos ocho mensajes, Barreto no contestó.
En su momento, negó todo: “A ninguno de ellos (embajadores estadounidenses), y en ninguna de las pláticas he mencionado nunca el tema fraude, porque soy primero nicaraguense, orgulloso de serlo, orgulloso de ser sandinista, orgulloso de poder compartir, poder participar y poder aportar a las transformaciones que se están llevando a cabo en este país”.
Esto fue para las municipales del 2008, pero antes, para el 2006, cuando Ortega ganó las presidenciales, el mismo Barreto dijo al embajador Paul Trivelli –según otro cable– que el CSE ni siquiera presupuestaría una segunda ronda electoral, pues daban por seguro el triunfo del candidato sandinista en primera vuelta, como en efecto ocurrió. Eso está contenido en un mensaje enviado a Washington mes y medio antes de los comicios.
Fue Palacios quien quiso dejar sin dudas al embajador Trivelli. Le aseguró que el CSE se volvió un reducto de funcionarios sandinistas.
“Cuando le preguntamos a quemarropa si quedaba algún funcionario honesto en el CSE, Palacios contestó ‘honestamente, no’”, dice un cable de febrero del 2006.
Barreto entonces creyó exagerada la opinión de Palacios, pero tras los comicios municipales del 2008 el cable le atribuyó haber dicho que el FSLN ganó con trampa.
“El fraude gubernamental de las elecciones continúa incluso una semana después del día de las elecciones”, dijo el hoy embajador de EE. UU. en Managua, Robert Callahan en un cable del 20 de noviembre, sobre una espontánea modificación del calendario electoral.
Ese mismo CSE, formado por magistrados liberales y sandinistas protegidos por un pacto bipartidista favorable para Ortega, es el que hoy organiza el proceso para los comicios del próximo 6 de noviembre, con Ortega de candidato.
“Y no están dispuestos a hacer correcciones”, como dijo Barreto en otra charla con Callahan, según un cable del 25 de febrero del 2009.
La ley electoral sigue siendo “deficiente y partidaria” como la calificó Barreto en una conversación previa con diplomáticos estadounidenses, antes del triunfo de Ortega en las urnas.
Además de la ley invariable, la formación del CSE es la misma, gracias un decreto publicado por Ortega en enero del 2010, en el cual amplía el nombramiento de diez miembros del Consejo, un equipo que ha resultado favorable, como recoge la Embajada de en undespacho de principios del 2010.
“El CSE sigue aún en manos del FSLN y representantes del Partido Liberal Constitucional (PLC), gracias al pacto acordado por sus líderes, Ortega y Arnoldo Alemán, para controlar la política local”.
Este pacto fue el que permitió a Ortega recibir de la Corte Suprema de Justicia un fallo favorable para su reelección, el 19 de octubre del 2009, una decisión que los estadounidenses reportaron a Washington con los mismos calificativos de los grupos opositores: “ilegal”, “aberrante” e “inconstitucional”.
Ortega, sin embargo, quedaba con la puerta abierta y de inmediato recibió el apoyo público de Venezuela, como lo apuntó Callahan en un cable del 22 de octubre.
Este apoyo venezolano resultó vital para Ortega, pues ayudó a compensar la pérdida de ingresos procedentes de la cooperación internacional, que cerró la llave tras el fraude del 2008 y la decisión controversial de la reelección.
La Cuenta Reto del Milenio, fuente de cooperación estadounidense a Gobiernos de países pobres, suspendió el otorgamiento de $62 millones por el fraude electoral, de la misma manera que lo hizo la Unión Europea y varios donantes europeos en particular.
Esto afectó con dureza el presupuesto nacional y provocó un incremento del déficit fiscal, citan cables al 2008. Uno de ellos, asegura que en los primeros tres años de gobierno, Venezuela le suministró a Ortega $1.000 millones.