El uso del gas natural como sustituto del diésel o búnker es una alternativa factible en Costa Rica.
Traer ese producto al país y regasificarlo para alimentar las plantas térmicas del ICE en Moín, es una propuesta rentable.
Su utilización en otros sectores como el transporte y la industria requieren un mayor análisis.
Así se desprende del informe
El estudio fue contratado por la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) y el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE).
“Basándonos en el escenario medio de demanda identificado en el proyecto, se concluye que es factible pensar en una terminal de recibo y regasificación de gas natural licuado en Costa Rica y promover su uso en sectores aguas abajo de la cadena de valor”, dice el informe.
Asimismo, sugiere que en la estrategia inicial para introducir e incentivar el uso del gas natural en el país debe utilizarse la generación eléctrica como el sector ancla.
Llevar adelante esta propuesta implicaría una inversión inicial de unos $75 millones en la construcción de una terminal y una planta de regasificación en Moín, Limón.
El gas natural es más limpio. Produce un 30% menos de dióxido de carbono (CO2) que los derivados del petróleo y es más barato.
De ahí el interés del ICE de convertir el complejo térmico que tiene en Moín de 252 megavatios (MW) de capacidad en una planta a base de gas natural.
Según el análisis de SNC-Lavalin, los resultados del análisis costo-beneficio de la planta de Moín se estiman en $608,9 millones para el período de análisis del proyecto, que va del 2015 al 2037.
“En cuanto al resto de los sectores, particularmente industria y transporte, dados los beneficios potenciales que se pueden obtener a nivel de país, se recomienda una evaluación más a detalle”, indica el informe.