Vuelve el hombre delgado que no flaqueará ¡jamás!

  Enrique Bunbury dio el paso más exótico de su vida: quedarse en casa. Ahí nació Hellville de Luxe, el quinto disco que demuestra que el vaquero-ranchero espantó al Héroe

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Vuelve el hombre delgado que no flaqueará ¡jamás! - 1

Ahí donde se crucen un siglo y un segundo y haya algo que cantar, ahí se encontrará cualquiera a Enrique Bunbury. No lo digo yo, lo dice el vaquero-ranchero-cabaretero que espantó al Héroe del Silencio.

No hay canción que se ajuste tan bien al cuerpo del nuevo personaje que es Bunbury, desde que dejó de ser cerebro y voz principal de los Héroes que El hombre delgado que no flaqueará jamás . El primer sencillo del que es su quinto disco, Hellville de Luxe , cuenta en seis minutos y 45 segundos más de la vida, la actitud y el pensamiento de este español de lo que pueden retratar sus biografías, autorizadas o no.

Es más: no hay canción en la larga vida de Héroes del Silencio que dé tan en el clavo sobre sí mismo como El hombre delgado... y los demás temas de este quinto disco

Ahí están Porque las cosas cambian , donde Bunbury confiesa que prefiere bailar un charlestone , que se deja querer, que prefiere cantar rock and roll donde hay que quedase callado y que lo suyo es contradecir mientras la policía del otro reino vigila las buenas costumbres de hoy.

Sí, en Radical Sonora , Pequeño , Flamingos , El viaje a ninguna parte e incluso en el colorido disco en directo Pequeño Cabaret Ambulante Bunbury siempre dio un boleto al voyerismo.

En todos esos discos puso pequeñas ventanas por las cuales la gente metió sus narices en porciones de su vida y su pensamiento e incluso en sus creencias espirituales (él no es un fulano de creer en religiones monoteístas mucho menos en iglesias. Cree en la reencarnación).

En pijama. El natalicio del Hellville de Luxe lo hace por definición, un disco íntimo. Fecundación, gestación y parto fueron casi que en pijama.

Es el único disco creado por el Bunbury como solista en su casa y por eso el nombre: así se llama una casita que él tiene en el Puerto de Santa María (Cádiz).

“Ahí es donde tengo mi guitarra, mis pianos, mi grabadora para los demos . Antes (los otros discos) fueron en movimiento cuando he andado de gira, así que buscaba sitios para recluirme en esas temporadas. Esta vez fue como hacerlo en pijamas y pantuflas”, confesó Bunbury, en una entrevista en Nueva York para el programa Hoy por Hoy América .

Y es que todo apunta a que cuando se ha sido un ambulante, quedarse quieto es novedad. “Hay una frase en el disco: ‘Al final para un hombre de mundo es muy exótico volver a casa y lo más exótico que me ha pasado a mí es quedarme tanto tiempo en casa’”.

Como el primer día. Como en sus otros discos, Bunbury se desgranó, solo que ahora es mucho más evidente. Va sacando frases relacionados con sus actitudes y filosofías en cada canción. Es estar desnudo como el primer día .

Bien podría decirse que El hombre delgado que no flaqueará jamás basta y sobra para confesiones personales. Pero en este desnudarse también hace lo suyo Hay muy poca gente : me gustaría celebrar y brindar por la Navidad / celebrar vacaciones en familia y prepararles la comida/ una barbacoa al sol y tardes de televisión / pero ese no es mi estilo y es tarde ya para cambiar .

Si hay alguien que ha dicho que la Navidad y el San Valentín son fechas que no tiene presentes porque tienen evidente afán comercial, ese es Enrique Bunbury.

Canción cruel le tira a como los demás pueden destrozar a alguien con la lengua y la tinta. Cualquiera puede escribir y decir lo que piensa sin pensar (...) una línea sacada de contexto es un buen pretexto para poder lanzar tu arma arrojadiza contra el resto de la humanidad .

¡Qué ironía! la canción es casi premonitoria. Un periodista acusó a Bunbury de haber hecho un plagio en El hombre delgado... de dos estrofas del poeta madrileño Pedro Casariego. Eso armó escándalo y a Bunbury le desató ira y pena.

“La gente que ha hablado de mí lo ha hecho con sorna y ‘mala baba’, con una intención maligna. El plagio está estipulado en la ley y no lo he cometido y están poniendo mi nombre al lado de esa palabra no sé más que hacer que irme a casa a llorar”, dijo Bunbury en el programa televisivo de entrevistas de Buenafuente, en España.

Peso y pozo. Bunbury está claro en que en este disco hay cierto “peso y pozo de madurez”.

¿Como no va verse su estado de crecimiento? Lleva 20 años haciendo discos y haciendo música.

Empezó en esto a los 12 años de edad, tenía 14 años cuando compuso Maldito duende –casi que el himno de los Héroes del Silencio– y para el 11 de agosto de este año su carne alcanzará los 42 años.

Desde que fue un Héroe , y con muchas ganas luego en solitario, este hombre ha ido a parar a África, Oceanía, Europa, América...

Lugares como Túnez, Marruecos o Jordania le han alucinado. Nepal, México, Cuba, Guatemala y Nicaragua le han dado material para su obra. Ha bebido tanto de la cultura de otros países que hasta aprendió a tocar la sgira bereberen Marrakech, el sitar en Benarés y los bongos en Cuba.

En Hellville de Luxe , aunque no está ajeno a otras músicas que le corren en la sangre como si fueran parte de su ADN, hay un claro regreso al rock and roll de la vieja escuela.

Doscientos huesos y un collar de calaveras es la muestra más clara. Va cargado de un sonido Hammond enternecedor y tiene segundas voces bien puestas.

Canción cruel sostiene un sonido vaquero gracias al bajo y las intervenciones de la armónica.

Y aquella influencia que la música mexicana ha tenido sobre Bunbury también reaparece, sutilmente. Él, que es un amante de las rancheras, el son veracruzano, las cumbias, los corridos, la música norteña y la prehispánica, pone en este disco la música fronteriza entre Estados Unidos y México en temas como Ven y camina conmigo , que aparece solo en la versión vinilo de este material. Es que tiene tres ediciones: el vinilo, solo on line y en digital. Cada obra es distinta.

Si algo reafirma Bunbury en este disco es que es artista por convicción. Bien podría estar en un cabaret tocando al piano sus canciones sin fama alguna y no le molestaría.

“El disco tiene que ser una necesidad previa a tus logros. Hay que hacer las cosas por sí mismas y no por los resultados que puedes conseguir. Todos agradecemos ser queridos y que nos aplaudan y poder comprar una casa más grande con un perro y todo, pero si no pasara así sería igual. La pasión es la misma”, dijo al programa Hoy por Hoy América.

Ese lado de cabaré tan presente en la obra de Bunbury desde su primer disco en solitario, el Radical sonora y explotado en Pequeño cabaret ambulante , no es tan evidente en el Hellville de Luxe pero no es que no está presente tampoco. Está implícito porque “cabaré” es un concepto y que Bunbury lleva dentro desde que era joven.

Se iba de adolescente con identificaciones falsas para entrar a los cabarés y gozar sus músicas, sus shows y uno que otro streaptease .

“Yo soy así (cabaré). He demostrado que sigo disfrutando de lo mío con muy poco público. La gira de reunión con Héroes fue espectacular, llenamos estadios; y ahora voy a lugares pequeños, sitios para 1.000 personas ó 500 y me encanta. Pienso que en las distancias cortas gano. Me gusta verle las caras a los demás y que vean las arrugas”.

Aquí es el cierre perfecto. Entre mandolina y efectos vocales Bunbury interpreta 25 estrofas métricamente acomodadas, que comienzan con la palabra “aquí”.

Va afirmando aquí donde ninguno de vosotros se atreve . Es que solo quien no flaquea podría sobrevivir siendo invalido en el desierto .

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