Vuelve la fiesta taurina a Guatemala

Los rejoneadores Fermín Bojorquez de España y Gastón Santos de México lidiaron seis arrogantes toros de pura sangre de la ganadería guatemalteca Cruz de la Mora, descendientes de madres y sementales españoles.

Bojorquez y Santos alternaron con los matadores mexicanos Carlos García Méndez y Rubén Ortega, y cinco forcados de la misma nacionalidad, en una jornada que arrancó !olé¡ tras !olé¡ a las más de 2.000 personas que acudieron a la actividad taurina.

Con una inversión que supera los 75.000 dólares, según dijo a ACAN-EFE uno de los organizadores de la actividad taurina, una empresa guatemalteca trajo desde México la infraestructura necesaria para instalar la Plaza de Toros La Ronda, la cual está ubicada en un exclusivo sector del sur de la capital.

La misma tiene un aforo de 2.700 personas y será utilizada exclusivamente para corridas de toros.

La antigua Plaza de Toros Guatemala, propiedad del Estado, fue destruida en 1997 para construir en ese lugar un polideportivo el que además de actividades deportivas internacionales ha sido escenario para la presentación de artistas y espectáculos extranjeros.

La fiesta taurina ha provocado críticas por parte de organizaciones defensoras de los animales, que califican de "salvaje" la actividad por el sufrimiento a que son sometidos los toros.

"Detrás del colorido, música y alegría (de la fiesta brava) queda un animal sacrificado, muerto con dolor y lentitud, y que siempre está en desventaja ante el hombre", escribió la activista Claudia Ponce en una carta de opinión publicada hoy en un diario local.

"Es increíble que existan personas dispuestas a ver este tipo de espectáculos. Hemos avanzado tanto tecnológicamente pero seguimos siendo los mismos salvajes de la época del hombre prehistórico", agregó Ponce. ACAN-EFE

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