Los Ángeles. Woody Allen dijo una vez que el 80 por ciento de la vida es mostrarse públicamente, pero actualmente está llevando su consejo mucho más allá: el reservado y trabajólico realizador se ha visto en todas partes.
Fue a Hollywood a la ceremonia del Oscar por primera vez para presentar un homenaje a las películas filmadas en Nueva York, ahora prepara maletas para su primera visita a Cannes para inaugurar el famoso festival y ha estado dando entrevistas para promover su nueva película, Hollywood Ending.
Aunque niega tímidamente que sea un filme autobiográfico, hace el papel protagónico de anciano, neurótico e hipocondríaco director de cine.
Allen también niega que esté haciendo algo diferente, al decir que los hechos parecieron surgir al mismo tiempo, haciéndolo aparecer como que súbitamente ha salido de su guarida.
"Yo sé que es visto así. Fui al Oscar porque era una oportunidad de hacer algo por Nueva York... En cuanto al viaje a Cannes (para inaugurar el festival el 15 de mayo), los franceses han sido tan cariñosos conmigo... que quería hacer un gesto de reciprocidad", dijo Allen en entrevista con Reuters.
El crítico de cine de la revista Time , Richard Schickel, quien entrevistó al director en el canal por cable TCM (Turner Classic Movies), manifestó que a pesar de las protestas de Allen, él ve a un hombre cambiado.
"Yo sólo puedo especular, pero lo más importante es que Woody Allen tiene 66 años y aunque sostiene que nada perdura, creo que él quiere responder a su tardía y póstuma reputación", dijo Schickel.
Esa reputación ha estado subiendo paulatinamente desde que tocó fondo hace más de una década, cuando Allen y su compañera de entonces, Mia Farrow, libraron una riña pública después que Farrow se enteró que Allen tenía una relación amorosa con su hija adoptada, Soon-Yi Previn, con la que ahora está casado.
Una disputa amarga
Ese encono no ha terminado. Farrow no dio permiso para que en la entrevista-documental de Schickel se usara alguna escena en que aparece ella en filmes de Allen, por lo que el crítico tuvo que hacer muchísimos cortes y edición de último minuto para eliminar escenas de Hannah y sus hermanas y Zelig .
"Mia y yo hablamos cerca de media hora. Su posición es que no debe hacer nada para ayudar a la carrera de Woody", explicó Schickel.
En el documental, Allen da detalles sobre los orígenes de sus películas, lanzando en el camino jocosas y breves observaciones. Dice, por ejemplo, que la gente piensa que él es un intelectual sólo porque usa anteojos de marco negro.
Como explica el desertor académico: "la única razón por la que leí Crimen y castigo fue porque las chicas con las que salía lo habían hecho".
En cuanto al motivo por el que hizo la aclamada película Crimes and Misdemeanors ( Delitos y faltas ), donde un hombre comete un crimen perfecto, Allen explicó que quería realizar un filme entretenido sobre "cómo Dios no existe".
Sus glorias
La gloria del documental de Schickel y del nuevo filme de Allen, Hollywood Ending es que las dos cosas recuerdan qué divertido director puede ser Allen.
También cómo su imagen cinematográfica de una persona ingeniosa y angustiada ha pasado a ser un rasgo permanente del cine norteamericano, tal como lo fue el vagabundo para Charlie Chaplin, el bebedor para W.C. Fields o el burlón para Groucho Marx.
En Hollywood Ending , Allen hace el papel de un decadente y neurótico director de cine judío sesentón de Nueva York que tiene una segunda oportunidad de hacer una película gracias a su ex esposa, la que dirige un estudio de cine. Apenas el personaje llega al set queda ciego.
En resumen, hace el papel del personaje Woody Allen en la película, algo que según dijo en la entrevista con Reuters no le gusta hacer.
Allen afirmó que cualquiera sean sus atributos como director, guionista y cómico, no se gustaba a sí mismo como actor y que podía vivir sin ser protagonista.
Explicó, con el humor que le caracteriza, que solo trabajó en Hollywood Ending porque: uno, el papel era para una persona neurótica; dos, cobra poco; tres, conoce al director, y cuatro, Dustin Hoffman cobra demasiado.
"Habría contratado a Dustin Hoffman si hubiese trabajado por poca plata. No tengo una versatilidad realmente como actor y no tengo reparo en actuar, y me sentiría feliz si no apareciera nunca en mis películas de nuevo", agregó.