Cuando algo no gusta, se disimula, o al menos se intenta, porque la percepción de los demás es clara: la procesión se lleva por dentro. Esto le sucedió a José Giacone, técnico de Saprissa, en su primera conferencia de prensa, tras haber dirigido su primer partido, con derrota 0-2. Giacone se veía molesto, no sé si enojado, quizá frustrado y con ganas de estar en cualquier otro lado, menos ahí, explicando por qué Saprissa volvió a perder, esta vez frente a Guanacasteca.
Fue la tercera caída seguida del cuadro morado. De los últimos 15 puntos que disputó el equipo, solo ganó cuatro, incluidos los dos juegos de la Copa Centroamericana de la Concacaf, contra Antigua. José Giacone fue autocrítico, no buscó excusas y expresó que el pésimo estado de la cancha afectó a los dos equipos. Indicó que deben prestar más atención en defensa a las jugadas de balón parado y, en ataque, culminar en gol las opciones creadas. También mencionó un aspecto que me pareció muy acertado y que es un mal que Saprissa ha exhibido en los últimos encuentros: cuando recibe un gol o está contra la pared, el equipo se desarma. Es un desorden. Con la intención de empatar o buscar la anotación, se va desesperado al ataque, lo toman mal parado y le concretan, tal y como hicieron Guanacasteca, Puntarenas y Antigua.
Sin embargo, hubo un punto donde creo que Giacone no acertó, o tal vez debió cambiar antes de que iniciara el encuentro contra los pamperos. Sin duda, José tenía lista la alineación, la pensó uno o dos días antes, algo debió trabajar con la formación que usó, pero al ver las condiciones del terreno de juego, creo que ahí tuvo que hacer unos retoques.
El timonel debió echar mano de gente “4x4″ y no salir con todos los 11 que tenía en mente; hacer algunas variantes al grupo estelar. Para empezar, considero que la cancha no se prestaba para Mariano Torres: su calidad y técnica de poco o nada iban a servir si en ese barreal; no se podía jugar a ras del suelo. Gino Vivi es otro que gusta de jugar con pelota al pie y buscar el uno contra uno; llevaba las de perder ante rivales fuertes y de choque. Vivi casi no se notó en el compromiso. Caso similar, el de Deyver Vega, que ante un campo complicado fue presa fácil de la marca cuando el juego se volvió físico.
Veamos los cambios que hizo Giacone: en el minuto 52 salieron Ulises Segura y Gino Vivi, e ingresaron Jefry Valverde y Ariel Rodríguez. También entraron Eduardo Anderson y Rachid Chirino, quienes jugaron poco más de 15 minutos.
Para mí, Valverde, Ariel y Anderson debieron ser titulares y, ante la pesada cancha y viendo lo que el timonel usó y tenía en banca, quizá hubiera alineado así: Esteban Alvarado, Pablo Arboine, Óscar Duarte, Kendall Waston, Ryan Bolaños, Ulises Segura, Eduardo Anderson, Jefry Valverde, Luis Díaz, Ariel Rodríguez y Javon East.
Poco hubiera importado tratar de jugar bonito, sino sacar algo, llevarse al menos un punto. Tirar el equipo atrás, cederle la iniciativa al rival y buscar contragolpear con la velocidad de Javon y Luis Díaz. Atrás, sin contemplaciones de nada, porque había que jugar largo, brincarse el mediocampo, sacar el colmillo, poner doble tracción y sacudirse el barro. La cancha del Chorotega de Nicoya no estaba para finos trazos, pases elegantes y jugadas de dos o tres toques, mucho menos para escribir un cuento de hadas.
Que yo recuerde, solo he visto a un futbolista en una cancha embarrealada jugar como si estuviera en una mesa de billar. Hizo fintas, se quitó a uno y hasta tres rivales de encima. Es más, anotó un gol, y alguna gente se metió a la cancha a celebrarlo con él. Fue el ídolo con pies de barro.
Yo apenas tenía 17 años y el ídolo, en contra del deseo del presidente del equipo, quien temía que su estrella terminara fracturada por jugar en el barro, le dijo: “Jugamos porque jugamos”. Lo hizo por una buena causa: para recaudar fondos para un niño que necesitaba una operación. El crack terminó cubierto de barro, irreconocible, pero feliz. Maradona, el ídolo con pies de barro, se salió con la suya dentro y fuera de la cancha. Pero Maradona era Maradona, y en nuestra realidad futbolística, creo que aplicar la doble tracción era el recurso más acertado de Giacone contra Guanacasteca. Quizá pensó en el “tome y deme”, voy y vengo, cuando en realidad la cancha frenaba cualquier idea futbolística.
Si desea seguir el Blog de Saprissa, Actualidad Morada, aquí encontrará el enlace directo. Además, si quiere recibir El Boletín Morado en su correo electrónico, puede registrarse gratis aquí.
Milton Montenegro
Empezó su carrera periodística cuando los hoy técnicos Mauricio Wright y Hernán Medford eran jugadores de la Selección Nacional de Costa Rica y el Paté Centeno apenas un jovencito tratando de hacerse notar en el fútbol nacional. Creció en el periódico Al Día y hoy mezcla en La Nación su espíritu de reportero y la experiencia de casi 30 años.
En beneficio de la transparencia y para evitar distorsiones del debate público por medios informáticos o aprovechando el anonimato, la sección de comentarios está reservada para nuestros suscriptores para comentar sobre el contenido de los artículos, no sobre los autores. El nombre completo y número de cédula del suscriptor aparecerá automáticamente con el comentario.