Una de las personas más felices con la llegada de Fernando Lesme a Liga Deportiva Alajuelense es la mamá del futbolista, Hilda Lesme. Ella se hizo tan fanática del cuadro rojinegro como su primogénito.
“Me siento muy contenta y agradecida con Dios y la gente de la Liga. Es un orgullo que mi hijo esté en el equipo de sus amores. Cuando él estaba en México yo siempre veía los partidos y luego le informaba los resultados a mi grandulón de oro, como yo le digo”, expresó Hilda Lesme a La Nación, desde Paraguay.
A ella le cuesta encontrar las palabras exactas para describir lo que siente como madre, al ser la testigo principal de lo que él anhelaba.
“Está en la Liga, es su sueño hecho realidad y el logro de mi hijo es el mío. Desde un principio, él me había dicho: ‘Yo voy a jugar alguna vez en la Liga’. Y se cumplió, porque la palabra tiene poder. Yo sé que él va con todo por el equipo, porque él está enamorado de Liga Deportiva Alajuelense desde que pisó Costa Rica”.
Fernando Lesme y su familia son de Piribebuy, una ciudad histórica en el interior de Paraguay, a 73 kilómetros de Asunción.
Desde muy pequeño, él dormía con la pelota al lado y era muy claro que el fútbol lo apasionaba, algo que heredó de su abuelo materno, quien era arquero del club guaraní de Piribebuy.
El delantero que milita en Alajuelense empezó en la escuela de fútbol cuando tenía cuatro años. Desde allí siempre luchó incansablemente por perseguir sus sueños detrás del balón.
“Somos de familia muy humilde, él pasó muchas calamidades en busca de sus sueños. Para él no había lluvia, calor, frío, nada... Siempre fue claro por lo que quería y yo siempre decía que él iba ser un gran futbolista”.
Ella está convencida de que él nació con ese don para ser jugador profesional. Desde la escuela de fútbol era el goleador y lo tomaban en cuenta en varias categorías por su buen desempeño.
Que Fernando Lesme se fuera abriendo camino en dentro de la cancha no fue sorpresa para ella, ni para los que lo conocen, porque desde muy niño ama el fútbol.
Eso acarreó un momento duro para doña Hilda. Fue justo cuando surgió la opción de que él saliera de Paraguay, lejos de la familia, para emprender la aventura como legionario.
Tampoco quedaba sola, porque están sus otros hijos: Fanny (17 años), Fabrizio (14 años) y Jesús (3 años); pero es que ellos siempre habían estado juntos y son muy unidos.
“Para mí fue muy difícil. Él ya era mayor de edad cuando vino a hablar conmigo Fabián Bobadilla, el señor que lo ayudó a cumplir su sueño. Él vino a mi casa a comentarme que había proyectos para mi hijo en Panamá”, recordó.
La mamá de Fernando Lesme estaba entre la espada y la pared. Sentía una gran alegría y un orgullo inmenso porque el sueño de su hijo mayor empezaba a convertirse en realidad, pero a la vez tenía esa tristeza de saber que lo tendría lejos.
“Ahí comprendí lo sacrificada que es la vida de un futbolista. Como familia éramos uña y mugre, nunca nos separábamos y me tocó soltarlo a sus 19 añitos. Su viaje en serio que fue muy difícil para mí. En mis oraciones siempre pedía verlo jugar por la televisión”.
Esa era y es en la actualidad la manera de sentirlo más cerca, a pesar de que siempre están en contacto.
“Somos de muy humilde familia, yo nunca pedí riquezas, lujos, nada, solo verlo triunfar a mi hijo y yo creo que por eso está donde está, aparte de que nunca tuvo su papá. Él pasó muchas calamidades antes de estar donde está”.
Aquel niño apasionado por el fútbol siempre le decía a su mamá que lo único que quería era luchar por su familia para sacarlos adelante.
“Y cumplió, mi hijo Fernando es el orgullo de la familia y de la gente que nos conoce aquí. Lo admiran todos porque perseveró y cumplió su sueño. Sé que esto es el principio recién de su carrera y me va tocar verlo recorrer varios países más”.
Al pensarlo más, insiste en que para ella fue muy difícil separarse de él y está segura de que el propio jugador quisiera tener a su gente a su lado.
“Hasta ahora él me dice: ‘Mi reina, ¿cuándo viene a visitarme?’. No se despega de mí, es muy mamitis (ríe...). Yo sé que también para él fue muy difícil despegarse de mí, pero desde niño él fue un guerrero. Y como le dije, es solo el comienzo de su carrera. Hoy día es difícil estar tan lejos de él como mamá, pero un orgullo inmenso. Y siento felicidad porque llegó a la Liga”.
El pasado 28 de enero, doña Hilda estaba muy emocionada, porque vería jugar por primera vez a Fernando Lesme con Alajuelense. En ese partido, Cartaginés se dejó el triunfo (0-1) en el Estadio Alejandro Morera Soto.
“Pese al resultado, son cosas que pasan, cosas del fútbol y en el debut de mi hijo parecía que mi corazón iba a estallar. Estaba demasiado emocionada, feliz, más con el recibimiento de los aficionados, fue muy emotivo cuando él entró”, expresó la mamá del portador del dorsal 33 de la Liga.
Tras ese encuentro, ella sostuvo una conversación con el futbolista y él le manifestó sentirse con un sinsabor, pero sí estaba contento porque cuando ingresó de cambio, el liguismo prácticamente lo ovacionó.
“Me dijo: ‘Lástima que no se pudo, mamá, pero entré con todo, motivado, muy emocionado con el recibimiento que me dieron los aficionados’. Yo le respondí que eran cosas del fútbol, cosas que pasaban y que él demostró amor a la camiseta, que sudó, que corrió como todo un león”.
Hilda Lesme reiteró que ella está más que feliz de ver a su hijo en Alajuelense. Además, se siente muy agradecida con los aficionados por el cariño inmenso que le tienen a su hijo.
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