El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, se conmemora un acontecimiento histórico, que tuvo lugar en New York, en el año 1857, donde mujeres trabajadores del área textil, deciden iniciar una marcha, para reclamar por primera vez en la historia la desigualdad salarial frente a los hombres, es así como se configura el primer sindicado de mujeres.
A partir de ese momento, se han generado luchas incansables, para que la mujer tenga igualdad con el hombre no solo a nivel social, si no también en su desarrollo integral como persona y profesional.
Con el fin de alcanzar tal igualdad de genero y un posicionamiento real en el mundo, se han implementado, leyes, reglamentos, convenios, tratados internacionales.
Propiamente en Costa Rica, contamos con la Ley de Promoción de la Igualdad Social de la Mujer, la cual tiene como objetivo primordial, promover y garantizar la igualdad de derechos entre hombres y mujeres en los campos político, económico, social y cultural.
También se han venido creando nuevas leyes que tienen como fin el avance y reconocimiento de los derechos de las mujeres, enfocados en ejes tales como: crédito y microempresa, salud, trabajo, educación, violencia de género, niñez y adolescencia, género y pobreza, etc.
El Instituto Nacional de la Mujer (INAMU) ha implementado la Política Nacional para la Igualdad Efectiva entre Mujeres y Hombres (PIEG), la cual contiene los compromisos asumidos por el Estado Costarricense, para el cierre de brechas de género, con la intención que se convierta en una herramienta para la toma de decisiones, la definición de estrategias y acciones institucionales entre el Estado Costarricense, la Sociedad Civil e instancias privadas, actores claves para el cambio cultural y el logro de medidas a favor de la igualdad efectiva entre mujeres y hombres.
Por su parte el Código de Trabajo, en su artículo 404 establece una prohibición expresa de discriminar por el sexo de la persona.
A nivel jurisprudencial, se entiende como discriminación por sexo, el trato desigual en el empleo por ser mujer, desigualdad salarial, desigualdad de puestos frente a atestados iguales entre hombres y mujeres, discriminación por embarazo o en periodo de lactancia, y cualquier situación que coloque a la mujer en una posición de vulnerabilidad por su mera condición de mujer.
Aunado a los instrumentos legales para regular el tema de la desigualdad entre hombres y mujeres, hay un aspecto social que juega un papel importante, ya que el cambio no depende solamente de victorias legales y acuerdos internacionales, la manera en que nos dirigimos, dentro y fuera de nuestra casa, la forma en como pensamos y actuamos todos los días, es lo que puede contribuir a generar un cambio verdadero y perdurable.
Pero la brecha sigue...
Si bien, existe normativa que regula temas concernientes a la mujer, actualmente nos topamos con grandes brechas entre hombres y mujeres, no solo en el ámbito social sino también en el laboral y profesional; siendo que después del hogar, el lugar donde pasamos la mayor cantidad de tiempo, es en el trabajo.
Para nosotras, es evidente que la brecha persiste, voy a citar algunos ejemplos con los cuales, estoy segura, algunas mujeres se sentirán aludidas:
¿Has sentido que tu aspecto físico vale mas que tu inteligencia o tus criterios?
¿Has estado en la situación donde debes convencer que sí tienes mucho conocimiento?
¿Has estado en una reunión para la cual te has preparado mucho, y sientes que la atención se fija en alguna parte de tu cuerpo?
¿Tienes los mismos atestados académicos que tu compañero, pero por alguna razón, no tienen la misma oportunidad para ostentar un puesto?
¿Te prueban para ver si eres capaz de ostentar algún puesto, pero a tu compañero no lo sometieron a la prueba?
¿Aun y cuando eres profesional y buena en lo que haces, te han vuelto a ver con desconfianza?
¿Te interrumpen mientras estás dando tu opinión, pero a tu compañero no?
¿Diste el mismo criterio que tu compañero, pero no fue tomado en cuenta?
¿Te has ganado un puesto importante y te preguntan, con quien te acostaste?
¿Haces el trabajo de tu jefe, pero es él quien se lleva el crédito?
¿Tu jefe no te llama por tu nombre, sino por algún calificativo o incluso, de forma despectiva?
¿Sientes miedo de quedar embarazada por las consecuencias que podría traerte en tu trabajo?
¿Te sientes culpable, por no tener el suficiente tiempo para tu familia, por las jornadas laborales?
¿Cuál es el común denominador en todas estas situaciones? Ser mujer.
Por supuesto que muchos hombres pasan por este tipo de circunstancias también, pero las estadísticas, siempre reflejan que son las mujeres las que en mayor medida sufren discriminación por su genero. Si bien, la lucha de muchas mujeres ha dado frutos, falta mucho por mejorar, y tomar verdadera conciencia de que el talento no tiene género.
Por tal motivo, es importante que los centros de trabajo promuevan la igualdad de oportunidades, acceso real a mujeres a puestos de dirección y liderazgo, respeto en el trato, aplicación de políticas contra el acoso sexual, acoso laboral, igualdad salarial, entre otras acciones que poco a poco deben ir acortando la brecha que separa a ambos géneros.
Lo más importante es comprender y concientizar a nivel del hogar y las organizaciones patronales, que tener ovarios no es una contingencia, debilidad u oportunidad para minimizar nuestros derechos.
Para nadie es un secreto que algunas empresas, se formaron en la época donde las mujeres permanecían en la casa, mientras los hombres trabajaban, hace un tiempo, el rol social de la mujer era totalmente diferente, y aunque han existido cambios paulatinos en ese sentido, permanecen algunos hábitos, creencias e incluso mitos que impiden un desarrollo equilibrado de las mujeres a nivel laboral.
Muchas empresas a nivel mundial, se han comprometido por reducir la brecha de género, se han implementado planes de acción para generar un sano equilibrio entre hombres y mujeres.
Además, se crean políticas de rendimiento laboral, se han creado comisiones que verifiquen el cumplimiento de la igualdad de género, teletrabajo, horarios flexibles, flexibilidad en licencias de maternidad, sin perder la antigüedad, intervención por medio de políticas que permitan conciliar la vida familiar con la laboral.
Este tipo de cambios influyen no solo en disminuir la brecha de genero existente, sino también en un ambiente sano de trabajo, bajan los índices de acoso laboral y reincide directamente en los niveles de rotación de personal lo cual genera un impacto favorable en los costos de la organización.
Esta fecha, debe servir a nivel de las organizaciones patronales para analizar si se están implementando las políticas correctas, no solo para evitar posibles reclamos laborales, sino también con el objetivo de promover la igualdad de condiciones entre hombres y mujeres, de esta forma podemos ir saldando la deuda que tenemos como sociedad y además cambiar los números que demuestran como las mujeres estamos en una situación de desventaja a nivel de oportunidades laborales.