Con un brazo robótico, paneles solares y materiales originarios de la comunidad: así se construirá la primera escuela impresa en 3D, en Madagascar, África.
El proyecto, cuyo lanzamiento está previsto para diciembre de este año, tiene el propósito de dar acceso a la educación a niñas y niños en situación vulnerable, mediante una infraestructura que se adapte al contexto de su comunidad.
A la fecha, hay unos 262 millones de niños, niñas y adolescentes alrededor del mundo (uno de cada cinco) que no pueden asistir a la escuela o recibir una educación completa, debido a factores como la falta de infraestructura, la pobreza, la discriminación, los conflictos armados, los desplazamientos, el cambio climático, según datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
El proyecto para crear la primera escuela impresa en 3D es una alianza entre la organización sin fines de lucro Thinking Huts, la agencia de diseño Studio Mortazavi y la empresa Hyperion Robotics, una compañía de tecnología 3D con sede en Finlandia.
La impresión en 3D promete mucho más rapidez que cualquier otro método de construcción: levantar esta primera escuela impresa en 3D demoraría un plazo de 22 días, afirman sus creadores.
Esta escuela impresa en 3D integrará un diseño tipo colmena, para conectar aulas, bibliotecas y estructuras para música y artes. Maggie Grout, una joven de 21 años, es la autora de este proyecto que combina innovación, creatividad e infraestructura educativa. La escuela contará con recolección de agua de lluvia, ventilación natural y paneles solares para dotar de electricidad al centro educativo.
“Es un proyecto que combina tecnología con objetivos humanitarios para respaldar una educación de calidad. La educación es la clave para prevenir epidemias, impulsar las economías, abordar los problemas ambientales y empoderar a las comunidades. Todo comienza con brindarles a los estudiantes un lugar donde puedan aprender con comodidad y seguridad”, afirma Grout.
La impresión en 3D es una tendencia que cada año cobra más fuerza. Por ejemplo, en Dubai se creó un plan para que una cuarta parte de los nuevos edificios de la ciudad sean impresos en 3D hasta el 2025. Sin embargo, una de las limitantes de este tipo de proyectos es el costo de materiales: esta obra tiene un costo aproximado de unos $2,000 el metro cuadrado.
El proyecto apunta a la reducción en el tiempo de construcción de meses a días y en la minimizar la huella de carbono, con la consigna: “más escuelas, en menos tiempo”.
Ante el tiempo perdido por la pandemia, urgen respuestas de infraestructura educativa rápidas y eficaces que garanticen el acceso a la educación a los más de 260 millones de personas menores de edad que están fuera de un aula. A menos días de educación, mayor el costo social que tendremos que pagar todos.
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