Los estudiantes costarricenses se creen algo que no son: buenos lectores. Pese a que dos terceras partes de los estudiantes tienen pobres habilidades de lectura, no comprenden lo que leen ni logran articular párrafos, el 64% de ellos se creen buenos lectores.
Así lo revela el más reciente informe del Estado de la Educación (2021). Ese dato refleja una “actitud de autocomplacencia con las pobres competencias”, afirma el informe.
“Estamos frente a la peor crisis educativa. La situación es de tal complejidad, que necesitamos de un gran acuerdo nacional para la educación. Pero que no sean como esos acuerdos de firmar papeles para una foto (…) Es necesario definir los compromisos y mecanismos que van a asumir cada uno de los actores”, afirmó Isabel Román, directora del Estado de la Educación.
La investigación señala que el fortalecimiento de la competencia lectora es un desafío impostergable para mejorar los aprendizajes de los estudiantes en los próximos años. El estudio señala que la competencia lectora es clave para mejorar los rendimientos en Ciencias y Matemáticas, así como para reducir las desigualdades socioeconómicas y por género que se han acentuado en los últimos años.
Pese a que el rezago en habilidades lectoras no es nuevo, la pandemia por la Covid-19 empeoró la situación. En el 2020, las áreas de expresión y comprensión oral sufrieron las mayores reducciones de contenidos durante el 2020: solo se incluyó un 38% del plan de estudios de primer y segundo grado, mientras que a partir de tercer grado, estuvo prácticamente ausente, dice el Octavo Informe del Estado de la Educación.
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Malos hábitos lectores
Uno de los principales problemas que revela el informe es que en Costa Rica no se lee por placer. La lectura está asociada a una práctica académica o que se asume por obligación. Nueve de cada diez estudiante leen obligados o, si no, leen muy poco. Casi la mitad de las personas estudiantes (45%) indicó que muy rara vez o nunca leen libros y un 47% reportó no practicar la lectura por placer.
“La teoría señala que la motivación y la metacognición de la lectura son factores claves no solo para predecir los logros de aprendizaje, sino también para incentivar y procurar procesos permanentes de aprendizaje”, dice el informe.
Otro de los problemas es que la mayoría de los estudiantes no utiliza estrategias de lectura adecuadas, aunque piensan que las que emplean son útiles para comprender, memorizar y resumir textos o para detectar correos falsos o spam. “Ejecutan prácticas no pertinentes, como escribir un resumen y verificar que cada párrafo del texto esté mencionado en él e intentar copiar con exactitud la mayor cantidad de frases posibles”, agrega la investigación.
Esas deficiencias también son el resultado de la forma en cómo se está enseñando a leer en las aulas. Si no hay diálogo y motivación durante el proceso, los resultados seguirán siendo muy pobres. En las aulas también hay una serie de deficiencias por corregir sobre cómo enseñar a leer para aprender.
El Informe (2021) dice que “la competencia literaria demanda implementar estrategias didácticas acompañadas de un buen modelaje docente, es decir, de la proyección del docente como lector activo”. Entre los errores actuales están:
- Las personas docentes rara vez piden a sus alumnos leer textos complejos y largos.
- Se sigue enseñando para cumplir con una prueba, no para motivar la lectura como una práctica estimulante: los docentes emplean prácticas asociadas al enfoque tradicional en la enseñanza del Español. En Costa Rica prevalecen las prácticas relacionadas con contestar preguntas sobre textos leídos (90%), enumerar y describir personajes principales (77%) y la escritura de resúmenes (70%), y textos (59%) a partir de lo leído.
- Se le otorga menor importancia a las prácticas relacionadas con el enfoque comunicativo de la enseñanza, en especial las que se vinculan con la expresión oral, fomentar la discusión y comparar información.
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Como dice el Informe, el enfoque tradicional no es una mala práctica de enseñanza; sin embargo, no debe tener mayor énfasis que el enfoque comunicativo, debido a que esto impide alcanzar el desarrollo de la competencia comunicativa: una de las habilidades fundamentales del siglo XXI.
La comprensión lectora es una habilidad necesaria para conseguir más y mejores oportunidades en este siglo. Es urgente articular acciones en favor del fomento lector, que eviten que más estudiantes se crean lo que no son. La ignorancia es atrevida y también el punto de partida de serios males que afectan hoy nuestras democracias.
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