Este domingo 7 de julio la décima edición de la Correcaminos tuvo a su habitual grupo de corredores pacers o conejos tanto en 10 como en 21 kilómetros. Identificados con un tiempo específico cada uno, los pacers tienen a cargo marcar un ritmo de carrera con el objetivo de que otros corredores puedan alcanzar su meta de tiempo.
Entre el grupo de pacers estuvo José Pablo González, especialista en movimiento humano y con muchísima experiencia en el atletismo: ha corrido cinco ultramaratones, cinco maratones y más de 80 medias maratones.
Su misión: llevar a la meta a los corredores que querían hacer 1 hora y 40 minutos en media maratón.
¿Cómo es correr en función de los objetivos de los demás? “Es chivísima, es super interesante porque estamos trabajando en función de un grupo que se preparó durante muchos meses o semanas. Ellos se prepararon para cumplir un objetivo, que en este caso era 1:40:00, entonces hay que ir a un ritmo por kilómetro para que ellos puedan cumplirlo (...) En todo el trayecto los vamos monitoreando, que vayan bien hidratados, que lleven un ritmo que puedan cumplir, que no se quemen”, explica José Pablo.
Ese tiempo, de 1:40:00, realmente no representa ninguna dificultad para José Pablo, pues los pacers dominan a la perfección el tiempo asignado. Sus tiempos personales pueden ser entre 15 y 25 minutos más rápido, por ejemplo, por lo que en carrera su única preocupación son los demás corredores.
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Además de la parte deportiva, en la que los pacers administran el paso, los cambios de ritmo necesarios y la hidratación del grupo que va con ellos, hay una parte emotiva que cobra demasiada importancia.
Marvin Enrique Montalván es un corredor de 40 años que ayer logró su mejor tiempo en media maratón al correr con el grupo de José Pablo. Su tiempo oficial fue 1:40:39 en los 21 kilómetros. Es la primera vez que corre junto a un líder y su experiencia fue bastante positiva.
“Nos decía en qué tiempo teníamos que aflojar, bajar, subir. Fue muy motivador para mí, fue un tiempo incréible, jamás había hecho 1:40 en una media maratón. Y lo más bonito fue el cierre, fue una experiencia super increíble, un super trabajo el de los pacers”, afirma.
La experiencia en la meta termina así: gratitud, abrazos y besos entre corredores que hasta ayer eran desconocidos.
“Es lindísimo ver esto, que las personas se te acerquen, te abracen todas sudadas, uno no conoce a la mayoría, o a ninguno, y te abrazan, te dan besos, llenos de sudor y realmente es super gratificante ver a estas personas que terminan tan felices, tan contentos”, dice José Pablo.