Sebastián Castro es un corredor amateur de alto rendimiento. Nació el 5 de enero de 1986, es administrador de negocios, está casado, tiene dos hijos y una empresa de fumigación. Empezó a correr en el 2005, es el cofundador del equipo Umbali Running (Costa Rica, Colombia, México, Estados Unidos), trabaja para la organización de la maratón de Chicago y este 2019 fue el mejor costarricense de la maratón de Boston (2:39:11) y de la maratón de Nueva York (2:37:58).
No es el mejor maratonista costarricense del año, tampoco de la historia del atletismo del país, pero sí es un corredor y un entrenador destacado.
La planificación le ha permitido llevar una carrera deportiva con muchísimo éxito, aunque aclara, cada vez que puede, que ni es profesional, ni sueña con serlo.
Su éxito es palpable además en sus atletas. Una de sus pupilas es Diana Bogantes, la mejor maratonista costarricense del año con 2:42:42 en Chicago.
En esta entrevista Castro habla de su historia, su filosofía y sus tiempos.
¿Cómo inició su relación con el atletismo, siempre corrió?
No, no corrí desde pequeño. Siempre fui activo, de jugar en el barrio. Fui malito en el fútbol, entonces mis deportes eran los individuales, andar en patineta, bicicleta, surfear, cuadraciclos.
Cuando estaba en karate, me di cuenta que en el calentamiento era el mejor, porque era correr. En todos los deportes me defendía porque me desplazaba muy bien, pero nunca le presté atención.
Hasta que un día decidí hacer una carrera, en 2005. Tenía 18 o 19 años. Era la carrera Bursátil, de 10 kilómetros, en Momentum Lindora. Hice como 51 minutos.
¿Entonces siempre fue deportista?
No, no siempre. No era vago, siempre he sido activo, pero también tuve mi época de fiesta. Hasta ahora es que me tomo tan en serio un deporte.
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Sus inicios en el atletismo
Se lo toma en serio desde el 2007, más o menos. En ese año corrió la media maratón de Tamarindo y meses después, en el 2008, corrió su primera maratón, la de Miami.
“Para Miami yo estaba inscrito en media maratón, pero cambié por maratón porque hice la media de Tamarindo y me gustó”, cuenta.
En su primera media maratón, en Tamarindo, hizo 1:39, y en su primera vez en 42 km, en Miami, 3:28:59 horas.
Desde entonces ha corrido 14 maratones, entre muchas otras carreras.
“Nunca he tenido una carrera suficientemente mala como para dejar de correr, he caminado, me he caído, pero ninguna ha sido tan mala”, afirma Castro.
¿Ha caminado, se ha caído? “Sí, en Chicago 2011, caminé y me caí dos veces, ya no me daba la energía”.
El primer entrenador que tuvo Sebastián fue Víctor López, con él corrió del 2008 al 2011. Del 2011 al 2013 corrió solo. Del 2013 al 2014 con Adrián Romero y a partir del 2014 con Umbali Running, el equipo que cofundó con Adrián Romero.
A partir de ese momento inició también su formación como entrenador en USA Track & Field (USATF), el organismo rector del atletismo en Estados Unidos, en Road Runners Club of America y en la FECOA.
¿Por qué corre?
Es parte de. Mis hijos creen que correr es lo que hace una persona.
¿Y siempre corre con el mismo entusiasmo, o hay días que no tiene ganas?
Hay días buenos, malos, con motivación, cero motivación. Cuando estoy sin motivación analizo muy bien si es que estoy cansado, o desmotivado, y si estoy bien, es que tengo pereza nada más, entonces salgo, esos son los días que más cabeza le dan a uno.
¿Por qué no buscó o busca ser un corredor élite y dedicarse a esto exclusivamente?
Yo me considero un amateur de alto rendimiento, no tengo ni esperanzas de ser profesional, ni me veo siendo pro. Me encanta hacerlo como lo hago. Me encanta la libertad de elegir las carreras que quiero cuando yo quiero. Soy papá, esposo, entrenador y eso te quita mucha parte emocional.
Aún así usted es un corredor muy competitivo.
Sí. Me encantaría ver mi límite, ver hasta dónde puede llegar mi cuerpo, pero no por ser el mejor corredor.
Vivo explorando, aprendiendo, no me importa perder, ni tostarme, ni nada. Las maratones sí las respeto mucho.
En general me cuido bastante, pero tomo cerveza y como de todo, excepto dulce.
Voy una vez a la semana a masaje y si estoy en pico a un mes o mes y medio de la competencia incluso voy dos veces por semana a terapia.
Creo que la clave está en hacer un balance, en dejar de pensar que hay que correr rápido siempre. A los atletas les debería dar pena correr rápido todos los días, eso solo dice que no tienen control, que no tienen disciplina. Se necesita ser inteligente y paciente. No es glamoroso correr 10 kilómetros en 1:15 horas, pero las ganancias sí son glamorosas.
¿Cuál es su entrenamiento favorito?
Tempos largos. Intervalos largos en los que que trabajas entre 10 y 15 segundos por debajo del ritmo de maratón. No soy una persona explosiva, entonces todo lo que es abajo de 1000 metros me cuesta mucho.
Y obviamente los fondos, los fondos también me gustan mucho.
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Hablemos del 2019 (y del 2020)
¿Cuál fue carrera más difícil del año?
La media que corrí en México a 2.200 m.s.n.m fue la más difícil. La carrera del día del padre, me encantó, pero fue muy dura.
¿Y cuál fue su carrera favorita del 2019?
La maratón de Boston. Era un tiempo que tenía tres años de estar pulseando bajar de 2:40. Nueva York fue un chuzo, fue mi mejor tiempo, pero me quedo con Boston.
¿Qué pasó este año para lograr esos tiempos y ser el tico más rápido en Boston y en Nueva York?
Este año reviví mi yo atleta competitivo, corrí 14 carreras, simplemente todo fluyó. Me concentré en fortalecimiento y en volumen. Ya no me preocupo tanto por ser tan rápido, por tener calidades perfectas, aprendí que puedo tener días malos. Si un día estoy cansado y no puedo entrenar tan rápido, no importa.
La clave no es ser tan rápido, es ser consistente. Nueva York fue un claro ejemplo de eso. Yo no entrené como entrené para Boston, pero mantuve el volumen y el fortalecimiento.
Hoy corrí a 5:40 - 5:30, tengo sesiones de descanso, lo disfruto y no me frustro.
Mi teoría es que si hay energía entreno muy duro, pero si no hay, entreno muy muy suave. Si no me siento con energía no voy a entrenar pesado. Para la parte emocional y mental sí puede ser positivo, pero para la parte deportiva no.
¿Cómo terminó la maratón de Nueva York, llegó muerto?
No, para nada. Estaba en shock, porque yo nunca vi el tiempo, tenía una idea, sabía que estaba corriendo rápido, pero no sabía bien. Hay un video en el que se ve donde paso la meta, veo el reloj, me agarro la cabeza y vuelvo a ver el reloj. Ya no me gusta ver el reloj, solo voy viendo milla por milla y haciendo cálculos mentales.
¿En qué piensa cuando corre?
En todo. Voy viendo el paisaje, trato de hablar con corredores, y cuando ya estoy muy cansado, voy con un punto a la vez, viendo cosas y pensando de aquí al árbol, de aquí al rótulo.
¿Ha sentido el muro en alguna maratón?
En ninguna. Para mí el muro no es normal. Para mí el muro es nutricional, por fallar en hidratación o nutrición. O bueno, lo pueden llegar a sentir si corren más rápido de lo que deberían, con una mala estrategia.
¿Cuáles son sus metas para el 2020?
Estoy trabajando en romper mi mejor tiempo en media maratón en febrero, en Miami. Y quiero bajarlo considerablemente. Mi mejor marca es 1:16:41. Tengo 1:15, pero no lo cuento porque fue en la media maratón La Sele.
¿Y cuál es su plan para Boston?
Esta vez no tengo tanta presión, porque voy con mi esposa, Adriana, es su primera vez en Boston y quiero que sea la maratón de ella. Sé lo intenso que me pongo cuando quiero lograr algo, y quiero que ella tenga su maratón. Puede ser que sí haga mi mejor tiempo, pero quiero que sea la maratón de ella.
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De corredor a entrenador
¿Cómo es usted como entrenador?
Soy muy detallista, me encanta ver qué hace la gente, no soy bravo, no soy pesado, me encanta entender, porque no entreno profesionales, entreno mamás, papás, novios, novias… Primero son personas, luego atletas. Me gusta entender a las personas y saber qué es lo que las hace felices. No soy de los entrenadores que les dice que no pueden tomar, o que no pueden salir.
Adrián y yo somos coentrenadores. Y a los dos nos gusta conocer a cada persona, por eso entrenamos a un grupo de personas limitado.
¿Y qué tipo de corredores entrena?
Tengo gente que camina-corre, y es la que más me apasiona. Y podrán dar fe cuando lean esto. Me encanta entrenar mujeres que están regresando de un embarazo, personas que vienen de una lesión, eso me apasiona.
Obviamente es chivísima ver a Diana Bogantes volar y ver tiempos espectaculares, pero ver a gente que está empezando alcanzar metas me apasiona.
¿Usted tiene restricciones de tiempos o marcas para entrenar a alguien?
Negarle a una persona el entrenamiento porque no corre en equis tiempo me parece una grosería. Y no es algo que yo haría, o que haríamos nosotros.
Lo primero es saber que la persona está bien y que está en la capacidad de entrenar, nada más.
Esa parte social es complicada, a muchas personas les da vergüenza si corren lento o si tienen peso de más que deben perder. No debería ser así.
Hay corredores o entrenadores que son reservados y no les gusta compartir información en redes sociales. Usted es todo lo contrario, en sus perfiles podemos ver todos sus entrenamientos.
Yo tengo la teoría de que hay espacio para todos. Al tico en general le da miedo perder clientes, es muy reservado con lo que hace, yo soy de la teoría de que si la marea sube, todos los barcos suben. Yo no tengo espacio para entrenar a todo Costa Rica, pero si la gente ve la información y eso ayuda (…) Si la marea sube, todos los barcos suben.
Si alguien quiere ver cómo entrené para Boston, pueden ver todos los entrenamientos que hice.
¿Qué opina del atletismo costarricense?
Mi opinión es que el atletismo amateur de Costa Rica es de los más competitivos del mundo, es muy alto. Ver los tiempos de corredores como Aurelio, como Lazo. Son tiempos de alguien que trabaja, tiene familia. Eso es cansado.
Y creo que es una bendición el tiempo que hizo Sanabria en Chicago. Es como meter un tiburón a una piscina de atunes.
Muchos critican a los élites, que son turneros, que van a todas las carreras, pero si no lo hacen, ¿cómo van a vivir?
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Sebastián Castro ya tiene agendadas tres fechas para el primer semestre del 2020: la media maratón de Miami (9 de febrero), la media maratón de Medellín (8 de marzo) y la maratón de Boston (20 de abril).
Para el segundo semestre todavía no tiene definida cuál maratón hará, pero piensa en Berlín o Toronto como una posibilidad.
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