Después de afirmar que nunca daría su apoyo a un partido político tradicional, el exministro de Obras Públicas y Transportes, Luis Amador, envió una solicitud de afiliación a la Unidad Social Cristiana (PUSC) con el objetivo de convertirse en el candidato presidencial de esta agrupación, para el 2026.
Es evidente que, para dar este paso, Amador tiene un buen contacto en un sector de la dirigencia socialcristiana, aunque esta contraparte procure el anonimato por ahora (hay mucho recelo en la Unidad). El propio exministro dijo, sin mencionar nombres, que algunos dirigentes le mostraron apertura.
Sin embargo, es casi imposible que las palabras del exjerarca no molesten a otros sectores del partido que se oponen a que el PUSC se convierta en un “partido taxi”.
Amador dijo que optó por la Unidad porque carece de recursos para financiar una campaña electoral, aunque habría preferido hacer su propio camino. Sostuvo que la decisión fue difícil.
Alegó que, si bien el PUSC cometió errores que decepcionaron a la ciudadanía en el pasado, existe derecho a renovarse. Desde antes de ser destituido en marzo pasado, según publicó La Nación, Amador había expresado su interés por el PUSC en una conversación privada con el exdiputado y expresidente de esta agrupación, Gerardo Vargas Rojas.
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La contradicción política es clara, tomando en cuenta que el exministro proviene de una administración que ha dedicado buena parte de su discurso a atacar al establishment.
Inconforme, el expresidente de la República, Miguel Ángel Rodríguez, advirtió de que se equivoca quien crea que puede usar al PUSC como un taxi. “No somos vehículo de nadie”, dijo el exmandatario socialcristiano. Asimismo, enfatizó que la Unidad no es un partido para crear odio y división en la sociedad.
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Hay dos detalles importantes. El estatuto de la Unidad exige al menos cuatro años de militancia para ser candidato presidencial. Este requisito solo se puede variar con el apoyo de dos terceras partes de la Asamblea Nacional del partido.
En tanto, Amador parece tener cerrada la puerta en las tiendas afines al gobierno. El presidente Rodrigo Chaves, quien lo destituyó por un presunto contrato a la medida para MECO, declaró esta semana que ya no piensa en el exministro y que los comentarios en redes sociales son “apabullantes” en torno a su incursión en el PUSC.
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Por su parte, la fracción legislativa de la Unidad reaccionó con cierta dosis de neutralidad, mientras que el presidente del partido, Juan Carlos Hidalgo, dijo que la llegada de Amador responde al éxito de las reformas partidarias que él impulsó.
Los vientos de campaña empezaron a correr en el PUSC, a un año y ocho meses de las elecciones nacionales de febrero del 2026. Recientemente, la cúpula anunció al equipo que preparará el plan de gobierno para los próximos comicios, al tiempo que el diputado Leslye Bojorges atacó al jerarca partidario, Juan Carlos Hidalgo, achacándole aspiraciones electorales.
En el 2026, el PUSC cumplirá 24 años de no gobernar (su último periodo terminó con Abel Pacheco en el 2002). Sin embargo, en los últimos diez años, ha sabido colocar figuras en altos cargos de los gobiernos del PAC y Rodrigo Chaves (por ejemplo, en el periodo actual, están los exdiputados Erwen Masís y Pablo Heriberto Abarca como director del BCIE y embajador en México, respectivamente). Además, ha recuperado terreno en curules legislativas y alcaldías.
Me despido dejándoles un dato electoral: los ministros que deseen postularse a la Presidencia de la República deben renunciar, a más tardar, el 1.° de febrero del 2025, según el artículo 132 de la Constitución Política. En tanto, los que deseen competir por una diputación deben dimitir antes del 1.° de agosto del 2025.