En las elecciones municipales del 4 de febrero, los votantes reconfiguraron el mapa político cantonal, tanto en la designación de alcaldes como en la de regidores.
El PLN fue el principal perdedor, al bajar de 43 a 29 alcaldías y de 173 a 145 ediles. En alcaldes, bajó a una cifra similar a la que obtuvo en el 2002, cuando nacieron los comicios de alcaldes.
En regidores, esta es la cifra más reducida de Liberación en al menos 14 años.
Aunque el PLN sigue siendo la mayor fuerza política en las municipalidades, su caída en las preferencias de los electores abrió espacio a otras agrupaciones.
El PUSC subió de 15 a 20 alcaldías y, entre sus triunfos, ganó 8 gobiernos locales que estaban en manos del PLN. Además, los socialcristianos crecieron de 98 a 117 regidores.
Esta es la cifra más alta de alcaldes de la Unidad desde el escándalo de los expresidentes.
Unidos Podemos (UP), partido que no tiene diputados, creció de 1 a 9 alcaldías y subió de 10 a 38 regidores, convirtiéndose en la tercera fuerza política a nivel municipal.
De estas nueve alcaldías, 2 corresponden a alcaldes que llegaron a los ayuntamientos en el 2020 con otros partidos (los de Pococí y Limón) y que ahora se pasaron a UP. Los otros 7 empiezan sus carreras municipales con esta agrupación.
Tres partidos entran por primera vez a las alcaldías:
-El Liberal Progresista (PLP), liderado por Eliécer Feinzaig, con 3.
-Nueva República (PNR), de Fabricio Alvarado, con 2.
-Progreso Social Democrático (PPSD), de la diputada Luz Mary Alpízar, con 2.
En regidores, el PLP fue el más favorecido, con 30 sillas, mientras que el PNR y el PPSD obtuvieron 20 cada uno.
Nueva Generación conservó la cifra de cuatro alcaldías y el Repúblicano Social Cristiano (PRSC) se mantuvo en dos.
El Frente Amplio ganó un gobierno local y los partidos cantonales o provinciales bajaron de 13 a 12. Por último, el PAC desapareció tanto de las alcaldías como de las regidurías.
Crecimiento del PUSC rebate argumento de la no reelección
En las elecciones nacionales del 2022, el PLN creció de 17 a 19 diputados, pero en las municipales sufrió esta debacle.
Un mapa elaborado por la periodista Michelle Campos, de La Nación, muestra cómo la agrupación verdiblanca perdió casi toda la costa del Pacífico.
Solo en este litoral, el PLN perdió nueve cantones que, ahora, se repartirán entre el PUSC, Nueva República, UP, PPSD y Pueblo Garabito.
PLN pierde terreno en municipalidades
Aunque algunos políticos sugieren que la debacle de Liberación se debe a la ley que prohibió la reelección indefinida de alcaldes, los resultados del PUSC cuestionan esta hipótesis.
La Unidad creció a pesar de que 7 de sus 15 alcaldes actuales no se podían reelegir. Mantuvo 9 ayuntamientos donde ya gobernaba, incluso en 4 donde no tenía la opción de la reelección (ahora solo se permite un periodo adicional). Y, por si fuera poco, el PUSC se impuso en 11 cantones nuevos.
El PLN, en cambio, perdió el poder en 20 cantones, incluidos cinco donde sí tenía posibilidad de reelección. Por otra parte, conservó el poder en 23 y ganó 6 que antes no tenía.
El límite a la reelección de alcaldes era una reforma democrática necesaria, en pos de la alternancia del poder. Había muchas figuras, tanto del PLN como del PUSC, que tenían más de 20 años al mando de municipalidades.
¿Es posible ganar con solo el 5% del padrón?
Otro dato relevante de esta elección es la baja cantidad de votos en buena parte de los cantones, amén de que el abstencionismo cambió su tendencia y subió en estos comicios.
Un reportaje de la periodista Paula Córdoba nos expone cómo el alcalde electo de San José, Diego Miranda, de Juntos San José, ganó la capital con solo 13.000 votos, un 5% del padrón, poco menos de la mitad de lo que obtuvo Johnny Araya hace cuatro años (22.301 sufragios).
La mezcla de abstencionismo y abundancia de candidatos (13 en San José, por ejemplo) provocó que, en las cabeceras de provincia, ningún alcalde ganara con más del 15% de apoyo del padrón.
El que más respaldo obtuvo fue Mario Redondo, de Actuemos Ya, en Cartago, con 18.846 votos, equivalentes al 14,4% del electorado, aunque representaron un 43% de los sufragios válidos.
El abstencionismo general fue de un 68%, pero en cantones como Desamparados solo votaron 2 de cada 10 personas.
Con estas condiciones y con el hecho de que ningún partido obtuvo mayoría de regidores en las cabeceras de provincia, los alcaldes se verán obligados a mucha negociación con rivales y sectores para gobernar.
Por último, es de resaltar la rapidez y precisión con que el TSE anunció los resultados provisionales la noche del domingo 4 de febrero.
Nos contactamos de nuevo en una semana. Se despide su servidor Esteban Oviedo, editor de Política de La Nación.