Este jueves, la clasificadora de riesgo Fitch Ratings anunció que degradó la calificación de riesgo de Costa Rica, de BB+ hasta BB, un movimiento que ya se esperaba desde varios meses atrás debido a la combinación de dos elementos: los amplios déficits fiscales que mantiene el Gobierno (diferencia entre los ingresos menos los gastos totales), aunados a la parálisis institucional que impide aprobar las reformas necesarias para atacar este desequilibrio, principalmente, el trámite de los proyectos de ley de impuesto al valor agregado y el de renta, menciona el informe de esta agencia internacional.
A escasas horas de conocer este anuncio, lanzo tres comentarios cortos sobre lo que significa esta decisión de Fitch y el impacto que puede tener (sola o en combinación con variables externas y locales) para las finanzas públicas y familiares.
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¿Qué significan esas dos letras?
Las letras BB, significan que Fitch considera que Costa Rica, como emisor de valores en el mercado internacional, es un deudor de categoría “especulativa”, con un elevado riesgo de incumplimiento de pago si llegaran a darse cambios negativos en las condiciones económicas o comerciales.
Notemos que en esta BB Fitch no hizo ningún cambio, el país era un emisor en grado especulativo ayer, y lo sigue siendo hoy; el ajuste lo hizo al quitarnos ese “+”, especie de apellido o de “sufijo” que nos permitía un estatus un tanto mejor dentro del grupo de países con similar calificación a nosotros, y esto, a su vez, lo que implica es que en el futuro también nos podrían propinar una BB-, si no se corrigen las debilidades esta y otras compañías de calificación han señalado en reiteradas ocasiones.
¿Cómo puede impactar esto al país?
El impacto inmediato de un castigo en la calidad crediticia de cualquier país emisor debería traducirse en un mayor costo para financiarse en los mercados internacionales de valores, pues los inversionistas podrían exigir tasas de interés más altas debido a la mayor percepción del riesgo. En el caso particular de Costa Rica, esta reducción de Fitch podría haber sido descontada en el precio de los bonos en mercados extranjeros desde tiempo atrás, pues desde abril del 2015, y en los meses posteriores, Fitch, Moody’s y Standard & Poor’s, tres de las principales agencias calificadoras, venían advirtiendo, por diversos vías y con diversas señales, que el deterioro del perfil de riesgo de nuestro país era inminente ante la parálisis de las discusión fiscal. De hecho, Moody's dio la primera campanada de alerta en el 2014, cuando retiró el grado de inversión al país.
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Entonces, se cierra un poquito más la puerta para captar en el exterior. La degradación sostenida de la que ha sido objeto la calidad crediticia de Costa Rica es un problema mayor si el país decide en algún momento financiar su déficit fiscal por medio de una venta de bonos en el extranjero u otro mecanismo, una idea que no ha estado ausente del todo. Explico. El déficit del Gobierno se proyecta al alza y según el Banco Central (BCCR) de Costa Rica pasará de 5,1% del PIB, en el 2016, a 5,9% este año. Para Olivier Castro, presidente del BCCR, sería oportuno buscar recursos en el extranjero pues de lo contrario esa demanda de fondos presionará más al alza las tasas de interés internas, así lo hizo saber don Olivier durante la presentación del Programa Macroeconómico 2017-2018.
¡Qué mal! Esta BB deja a Costa Rica con una carta de presentación menos favorable para atraer financiamiento de inversionistas internacionales.
¿Cómo puede afectar esta "doble B" a los bolsillos?
Las tasas de interés son uno de los mecanismos por medio de los cuales este tipo de noticias puede llegar directo al bolsillo de personas y empresas. Debido a que una emisión de eurobonos por parte de Costa Rica necesita la aprobación de la Asamblea Legislativa, y en vista de las condiciones externas (expectativa de aumento en las tasas en dólares), la opción de financiar el déficit afuera es más complicada; y este mensaje de Fitch lo que hace es poner las cosas aún más cuesta arriba.
Entonces, lo más probable, es que el financiamiento del Gobierno siga siendo en el mercado local, las tasas de interés tendrán un incentivo más para crecer y el crédito privado podría volverse más costoso. El anuncio de Fitch no es lo único que hará que las tasas suban, pero sopla en la misma dirección que otras variables capaces de hacerlo.