A veces la mejor sorpresa es la que no llega. Esta podría ser la frase que sirve de epílogo a la reunión de la Reserva Federal (la Fed) que concluyó este miércoles con el anuncio de que la tasa de política monetaria permanecerá en un rango de 0,25%-0,50% durante unos meses más.
El Comité Federal de Mercado Abierto, encargado de definir la política de tasas de interés en los Estados Unidos ratificó, otra vez, su compromiso de aumentar las tasas de interés de manera paulatina, en un entorno donde la actividad económica de Estados Unidos se ha desacelerado un poco, el gasto de los hogares se moderó y la inflación viaja todavía por debajo de la meta del 2%.
Así, sin grandes revelaciones, uno podría decir que la reunión fue sosa. Claro, eso es relativo, pues destacan al menos dos de esas “no-sorpresas” muy pertinentes de anotar para quienes vivimos más hacia el sur.
En Costa Rica, el Banco Central reiteró hace algunas semanas su preocupación en relación con el aumento de los créditos en moneda extranjera, que siguen ganando participación dentro del monto total de préstamos.
La Nación publicó una información sobre esto la semana pasada. Los créditos bancarios en dólares eran, en marzo del 2016, el 50,7% del total (equivalentes a ¢6,6 billones), cuando un año atrás esta participación fue del 49,1%. La Fed está emitiendo señales consistentes de que los cambios abruptos en tasas no están en su libreto, así que las personas o empresas que están (o se sientan) en una posición vulnerable en cuanto al riesgo de un aumento en tasas, combinado con una revaluación del dólar, podrían experimentar todavía algunos meses de tranquilidad.
En el Banco Central de Costa Rica advierten: no se confíen, no tenemos compromiso de mantener el tipo de cambio en tal o cual nivel; sin embargo, en la práctica, la estabilidad en el precio del dólar es un hecho desde hace casi dos años y el hábito prolongado crea costumbre.
El otro punto que menciona la Fed, que parece digno de destacarse, es que la inflación permanecerá baja en el corto plazo ayudada por las recientes caídas en los precios de la energía en Estados Unidos (y el abaratamiento de las importaciones no energéticas, muy probablemente también por consecuencia de los menores precios del petróleo y las materias primas).
Lo cierto es que la Fed también recuerda que el efecto de los precios bajos de la energía es transitorio y que en el mediano plazo este se va a disipar, lo que permitirá alcanzar el objetivo de una inflación del 2%. Si los precios de la energía y en particular los del petróleo dejan de caer…, es más, comienzan a subir, el fin del paraíso de los combustibles bajos y de las importaciones más baratas también afectarán a Costa Rica y se podría frenar el consumo interno, que ciertamente en uno de los sectores que están sosteniendo el crecimiento económico del país. El acertijo de la Fed: ¿qué significa mediano plazo?
La siguiente reunión del Comité será el próximo mes de junio y se espera que sea más sustanciosa que la que culminó este miércoles. En primer lugar, porque de acuerdo con la estimación de la mayoría de los miembros que participan en este cónclave (documento publicado en marzo pasado), al final del 2016 las tasas de interés deberían estar en un nivel entre 0,75% y 1%; eso significan al menos dos incrementos más en lo que resta del año por lo que el tiempo comienza a apremiar si lo que se quiere es hacer dichos ajustes en forma distanciada, sin desestabilizar las expectativas en los mercados de que el endurecimiento de la política monetaria será un proceso gradual y meticuloso.
Además, porque en esta reunión de junio se tiene prevista la entrega de las proyecciones económicas de la Reserva Federal sobre inflación, empleo, crecimiento económicos y el camino de las tasas de interés, de manera que se podrá tener una actualización de lo que el banco central estadounidense avizora para el cierre del 2016, todo lo anterior aderezado con la conferencia de prensa a cargo de la presidenta de la Fed, Janet Yellen.