Durante cinco años fue parte del equipo de Canal 7, primero como asistente de producción y luego como periodista audiovisual en Teletica Formatos.
Apenas terminaba sus estudios superiores en periodismo en la Universidad San Judas Tadeo cuando llegó al canal de La Sabana para cumplir con su práctica profesional.
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Pocos estudiantes logran el añorado contrato laboral al hacer sus prácticas, debido a la saturación del mercado en periodismo, pero ella puede incluir en su currículo que se ganó el puesto por su forma de trabajar.
Luego, Lilliana Quesada, conocida por muchos como Lily Quesada, dejó la televisión, pues además de periodista, tiene una maestría en Mercadeo y Administración Comercial, la cual obtuvo en Madrid, España.

Por eso, esta sancarleña obtuvo un mejor puesto en Costa Rica, en publicidad y mercadeo, que primero la llevó a ser parte de la planillas de agencias y luego de la empresa 3M, donde se desempeñaba como Digital Marketing Lead.
“Era un buen puesto, una buena empresa, llevaba casi dos años ahí, liderando un equipo”, afirmó Quesada, de 32 años.
Sin embargo, cuando sus familiares y amigos estaban admirados de ver el puesto que Lily alcanzó, quizás anhelado por muchos, la joven tomó una decisión trascendental y arriesgada, pero que la satisface como persona.
“Desde que tenía 19 años me imaginaba estudiando y viviendo en otro país. Todos los años, desde los 19, aplicaba por becas, siempre estaba pendiente de convocatorias, pero nunca se daba. Hasta que desistí un poco de la idea”.
“Pero en el 2022, sentía que un cambio en mi vida era bueno, no quería trabajar más en horario de oficina, sentía que debía comenzar de nuevo, cerrar ciclos que tenía pendientes, aprender nuevas cosas, otros idiomas, tenía hambre de conocer más allá de Costa Rica”, resaltó.
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Recién acababa de pasar la pandemia, las restricciones de viaje prácticamente se habían acabado y Quesada empezó a planificar su futuro y, de paso, a ahorrar todo lo que pudiera. Era el 2022.
Fue en ese momento cuando le entregó a sus superiores en 3M esa carta en la que explicaba que ponía fin a su trabajo, sin tener alguna otra opción para ganar dinero. ¡Y Europa le abrió las puertas!

Es imposible adelantarse al futuro, los planes no siempre salen como uno espera o visualiza; no obstante, en el caso de Quesada, todo se alinea para que sus sueños se cumplan contra cualquier pronóstico, sin importar las barreras.
“En el tiempo de preaviso apareció una oportunidad laboral 100% remota, para una empresa de tecnología de Canadá, y la tomé, y ya llevo 3 años trabajando para la misma empresa”.
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Ese impulso facilitó todo. En ese momento, ella no lo sabía, pero la suerte estaba de su lado.
Cuando la periodista decidió salir de Costa Rica, optó por contarle solo a su núcleo familiar cercano. Estaba segura que si le compartía la noticia a más personas, algunas podrían cultivar en ella inseguridades y miedos.

Para facilitar el proceso de dejar su país, a su familia y amigos, Quesada tomó terapias que fueron su soporte para afrontar los cambios y asumir decisiones sin miedo.
“Estaba bastante preparada en temas de ahorro y en el tema emocional. Así que vendí mi carro, el menaje de mi casa y me fui a vivir un tiempo con mis papás a San Carlos para ahorrar y planear más”, confiesa.
El calendario estaba en el mes de octubre, año 2022. En Canal 7, donde trabajó, las noticias informaban de lo ocurrido en el día, y los programas de Teletica Formatos seguían entreteniendo al público.
Ella, por su parte, tomaba un vuelo hacia Lisboa, Portugal. Sí, optó por estudiar portugués como la forma de llegar a Europa de manera legal.
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Era imposible no pensar en cómo saldría todo. Su apuesta fue mudarse mediante un programa con una duración máxima de seis meses, y en ese lapso estar muy atenta a oportunidades.
“Vendí todo, renuncié a un trabajo ‘formal’ y empecé un trabajo freelance, que en ese momento creía que no era tan estable, solamente por tener una experiencia de unos meses en Europa, pero era lo que deseaba”, recuerda Quesada.

Las bellezas de Europa parecen estar destinadas para esta sancarleña. Tenía poco tiempo en Portugal cuando España aprobó una ley que parecía hecha a su medida.
Ese país derribó las fronteras para los nómadas digitales (personas con trabajo remoto), quienes pueden obtener residencia temporal bajo ciertos requisitos. ¡Ella los cumple!
Entonces su nuevo hogar fue Madrid, pues su caso fue aceptado.
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Lo curioso es que la vida también la ha llevado a pasar temporadas en Viena, Austria, donde aprende alemán.
“En Portugal aprendí el idioma, amé su comida, su gente, su clima y sus paisajes. Siento que algún día podría volver a vivir ahí. Gracias a España, ya llevo dos años y medio en Europa. Creo que en España es donde me estableceré; me encanta su playa y buen vino.
“Viena me gusta mucho, aunque sufro en el invierno (por el intenso frío), como buena tica. La cultura es muy diferente y eso me gusta, me gusta salirme del área de confort”, enumera Quesada.

Han sido dos años y medio frenéticos en Europa, en los que ha aprendido idiomas, descubierto lugares impresionantes que ni siquiera sabía que existían, donde comprobó que se puede viajar sola y saborear comidas exquisitas.
Quesada atesora cada minuto en el Viejo Continente, no sabe cuánto tiempo más podrá vivir ahí, pero tampoco se mortifica por eso.
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Acepta que el temor a lo incierto siempre está presente, pero se siente orgullosa por lo que ha logrado. Al romper con muchas barreras, disfruta de una vida de ensueño, aunque también sacrificada al estar lejos de sus seres queridos.
“Sí, a veces me he cuestionado si debo seguir por Europa, porque tampoco tendría una mala vida en Costa Rica, pues tenemos la bendición de poder volver a un buen país; no salí por necesidad, pero siento que aún tengo más para vivir aquí; al final todo vale la pena”.

Quesada continúa con su trabajo remoto para una compañía de software de Canadá, en el área de mercadeo.
Con algo de nostalgia, admite que le gustaba mucho el trabajo de detrás de cámaras en Teletica Formatos. Todo ese aprendizaje lo pone en práctica en los proyectos que realiza. Pese a ello, es consciente que su mayor anhelo era vivir en Europa, por eso no se arrepiente de las decisiones tomadas.
Le lanzo a Quesada una interrogante por simple curiosidad. ¿Qué tiene de bueno vivir en Europa?
La respuesta fue directa: “Como mujer, algo invaluable es la seguridad. Acá me siento muchísimo más segura. Hay ciudades donde se debe tener más cuidado, pero en general es muy seguro. La paz de caminar por las noches, de tomar el bus o el metro a cualquier hora, la paz de usar tu teléfono y dejar la computadora en la mesa de un café, eso no lo cambio.
“El sistema de transporte es algo que me hace muy feliz. Para los que somos de Costa Rica, es invaluable llegar a un lugar en cuatro minutos sin presas, y sin esperar 45 minutos a que llegue el próximo bus.
“La facilidad de conocer nuevas culturas y países en cuestión de un par de horas y a un precio muy económico. Para una viajera como yo, eso es lo mejor. Tener amigos de todas las nacionales y enriquecerse de ellos”.
Por esas y otras razones, Quesada afirma que ahora es otra persona. Resalta sus cambios emocionales, vivenciales y personales.

Como cualquier migrante, se ha perdido fechas especiales con su familia, las “emergencias” familiares las ha afrontado por videollamadas o mensajes de WhatsApp y ha tenido que hacer nuevos amigos.
Lo curioso es que cuando visita Costa Rica, siente que su hogar está en Europa, aunque tiene muy claro que no es así.
Lo cierto es que las experiencias han sido invaluables.
En Marruecos se perdió y terminó acampando sola en el desierto, donde conoció a un grupo de españoles. El viaje se volvió en una emocionante aventura.
En Andorra llevó clases de esquí, mientras que los Alpes suizos los vivió desde un tren, en uno de esos viajes que se vuelven asombrosos.
Sus experiencias las comparte en su Instagram @lilyqg17, así como algunas sugerencias para quienes desean descubrir Europa.
“Hoy puedo decir que volver a Costa Rica aún no está en mis planes, pero no se qué vaya a suceder en el futuro. Por ahora me sigo preparando con cursos de idiomas y de mercadeo digital, para aplicar a puestos acá en Europa algún día. Ahora estoy en proceso de aplicar para obtener el pasaporte español, tengo la fe de que todo sea positivo y me pueda quedar por más tiempo. Hasta el momento tengo residencia hasta el 2026″.
Al hacer una rápida revisión de lo que ha pasado en este tiempo, Quesada le demuestra a otros ticos que sí es posible cumplir los sueños.
A ellos les dice que no se queden pensando en el qué habría pasado si…
“Es importante planificar con tiempo, empezar a ahorrar y buscar la asesoría adecuada, especialmente en temas legales y migratorios, pero sobre todo les diría que no dejen que el miedo o la incertidumbre los detenga.
“Afuera hay oportunidades reales, solo hace falta informarse bien y atreverse a dar el primer paso. El ‘no’ ya lo tenemos garantizado; ¿qué es lo peor que podría pasar?”, reflexionó.

Esta es la historia número 82 sobre costarricenses que dejaron su país por diferentes circunstancias, se adaptaron a otra tierra, pero guardan el cariño por sus raíces.