Eran alrededor de las 6 a. m. en Alemania (2 p. m. en Costa Rica) cuando desperté e inevitablemente lo primero que hice fue tomar mi teléfono celular. Tenía mensajes de un gran amigo desde la época del colegio.
Me preguntó si estábamos bien, si habíamos tenido algún problema, si en verdad necesitábamos ayuda. De inmediato supe que lo estaban intentando estafar.
Nosotros disfrutábamos de los últimos días en Europa luego de recorrer otros nueve países y me embargó un sentimiento de dolor y rabia de saber que alguien podía intentar lucrar a nuestro nombre.
Cada vez que salimos, advertimos a nuestros familiares cercanos para que no caigan en engaños, pero nunca nos había ocurrido con amigos. Hasta ese día.
De inmediato le respondí que estábamos bien, que tuviera cuidado y que no necesitábamos nada. El problema es que el intento de estafa suele ser creíble. ¿Cómo es?
Los delincuentes bajaron la foto de perfil y de portada de Facebook de mi esposa, se abrieron una cuenta en esa red social a nombre de ella, utilizaron la misma imagen y enviaron solicitudes de amistad a familiares y amigos.
A la vez, les enviaron mensajes privados a varios de ellos, en los que les decían que estábamos en Polonia, que tuvimos problemas con el equipaje y que nos urgía dinero. También, les pedía el número de WhatsApp bajo el argumento de que perdimos sus números.
El detalle es que suelen hacer esto en la madrugada europea (si el destino es ese), lo que dificulta a la víctima verificar con celeridad que realmente uno enfrenta alguna dificultad.
Si da el número de WhatsApp seguirán presionando en busca de dinero. Le dirán que perdimos un vuelo o que me quedé sin dinero para pagarle a Hacienda impuestos por unas maletas… en fin, las excusas pueden ser variadas.
Incluso, Facebook en ocasiones lanza advertencias, indicando que puede tratarse de una estafa.
Para el viajero es imposible advertir a todos sus contactos de que no caigan en este tipo de estafas, por eso, dude de cualquier solicitud de dinero, sobre todo cuando lo presionan para que envíe la ayuda económica lo antes posible, bajo escenarios que parecen de vida o muerte.