Santo Domingo, República Dominicana. La noche está fresca, aunque no es necesario usar abrigo. Por algunos momentos caen ligeros chubascos, nada de qué preocuparse.
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Estoy en Santo Domingo, la vibrante capital de la República Dominicana. El reloj apenas marca las 8 de la noche y camino hacia migración en el Aeropuerto Internacional Las Américas.
Al llegar al mostrador, presento mi pasaporte. La oficial me hace un par de preguntas de rigor y paso. Solo quería saber el motivo de mi visita, a lo que respondí que iba a tomar un crucero.
Aquí está el primer requisito que se debe cumplir para visitar este hermoso país. República Dominicana es de las pocas naciones que exigen llenar un formulario en línea, tanto para entrar como para salir.
Algunas personas lo buscan en Google y caen en la trampa de estafadores o, en el mejor de los casos, de agencias que cobran por algo que los mismos viajeros pueden hacer gratuitamente. Aquí dejo el link oficial: https://eticket.migracion.gob.do. Recuerde que los ticos no necesitamos visa para visitar ese país.
El formulario tiene campos cuyas respuestas son obligatorias y otros que no. Sugiero llenar solo los requeridos, identificados por un asterisco (*). Si viaja con amigos o familiares, puede agregarlos en una sola boleta.
Trasladarse en algún autobús o microbús público desde el aeropuerto a la ciudad parece una misión complicada. Los taxis o Uber pueden ser una mejor opción. En teoría, un taxi debería cobrar unos $30 hasta la ciudad colonial, aunque inicialmente le cobrarán $40, así que pida descuento.
Si usa la aplicación para pedir un auto, el precio puede oscilar entre $20 y $25 según la disponibilidad de vehículos. Tenga cuidado si viaja con mucho equipaje, ya que algunos autos son pequeños.
Hablando de la ciudad colonial, es la mejor zona para hospedarse si desea descubrir sus encantos. Puede encontrar habitación de hotel para dos personas, por noche, a partir de $30.
Esta parte histórica de la capital es muy segura. Caminé incluso cerca de la medianoche sin problema alguno. Tiene restaurantes con comida tradicional que cierran tarde.
Eso sí, durante el día el sol es intenso, a veces insoportable. Así que use bloqueador, póngase una gorra o sombrero e incluso considere cubrirse los brazos.
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La comida es deliciosa. Probé un asopado de camarón, que es como un caldito con arroz, camarones y verduras; por lo general le agregan patacones y es un poco espeso. También disfruté de un mofongo, que es plátano majado con chicharrón.
Me encantó el sancocho. Es una sopa, también algo espesa, con verduras y carne, acompañada de arroz.
Comer en los restaurantes de la zona colonial no es tan económico, los precios rondan los $20 o $30, según lo que pida. Una de las ventajas es que algunos permanecen abiertos las 24 horas.
¿Pesos dominicanos? Ni los conocí, no cambié dinero. Prácticamente en todos los comercios aceptan tarjeta de crédito o débito, mientras que en los puestos callejeros reciben dólares y euros.
Si desea hacer el viaje por su cuenta, puede visitar algún lugar cercano a la capital, como por ejemplo el Parque Nacional Los Tres Ojos, caracterizado por cuevas subterráneas con tres lagos de agua dulce color turquesa. Ahí puede tomar un bote y cruzar a Los Zaramagullones, que es otro lago, pero al aire libre.
Si decide contratar a algunos de los guías que ofrecen su servicio en la calle, tome previsiones para asegurarse de que es confiable. Otra opción es que el propio hotel le ayude a adquirir algún tour.
Vale la pena visitar Santo Domingo, recorrer sus calles coloniales, probar su deliciosa comida y compartir con su gente. En este artículo les comparto un video sobre algunos puntos de interés que visitar.