
Tania Cordero tiene 25 años, es de Cartago y hace un mes regresó de Londres, Inglaterra, donde permaneció durante dos períodos de seis meses cada uno.
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A ella le apasiona la posibilidad de vivir fuera de Costa Rica, aunque adora el país que la vio nacer y a su familia.
Para Tania no es difícil explicar las razones que alimentan ese deseo, sobre todo ahora que tuvo la experiencia de estar en otro lugar.
“Es un estilo de vida. Costa Rica me encanta, es precioso, presumía de mi país todos los días en Inglaterra, pero una de las cosas que extraño es el transporte público, aquí tengo que pasar hora y media y allá, para recorrer esa misma distancia, eran 30 minutos”.
“Siento que allá hay que trabajar mucho, pero obtenés bastante, la calidad de vida, porque aunque son tantos impuestos, se ven reflejados en calidad de vida. Eso hace que quiera regresar”.
Con tal de vivir un tiempo fuera, Tania se inscribió en un programa de niñeras. Se fue a vivir con una familia londinense y se encargaba de tres menores, de 3, 10 y 11 años, aunque no a tiempo completo. Su labor era ser como una hermana mayor.
“Desayunábamos juntos, les ayudaba a alistar lo de la escuela y a veces los iba a dejar. Al bebé a veces lo llevaba a la guardería. En la noche cenábamos todos y salíamos a un parque. Las familias lo hacen porque las niñeras son muy caras, en cambio, a los del programa nos dan una mesada para salir el fin de semana. Para mí era bueno porque podía aprender inglés”, describió.

Confiesa que antes de irse, se sentía estancada en Costa Rica, al punto de congelar las dos carreras universitarias que lleva: Filosofía y Estadística, en la Universidad de Costa Rica (UCR).
El anhelo de Tania es volverse a ir, no como niñera, pero sí vivir en el exterior.
“Si usted no lo experimenta, no sabe la buena experiencia que es; abre la mente, la gente que conocés, conoces gente de todo el mundo. Era mi primera vez en Europa”, señala.

Otro caso. Estefanía Valverde también tiene 25 años y vive en Moravia. Ella y Tania no se conocen, pero tienen algo en común; esta joven que estudia Psicología en la Universidad Nacional y Trabajo Social en la UCR también tiene entre sus planes irse de Costa Rica, a estudiar o trabajar.
“Me llama mucho la atención tener la experiencia de vivir en otro país y conocer otras culturas. Estoy esperando a terminar mis estudios para empezar a averiguar sobre becas y demás opciones”.
Estefanía considera que la experiencia de viajar ayuda en el crecimiento de cada persona. Entre sus países preferidos para irse están México, Chile y Colombia.

Conversando con otros millennials para esta nota, puedo resumir que varios quieren irse porque desean conocer otros países y mezclarse con sus culturas, en Costa Rica se sienten inseguros, sobre todo durante las noches, el sistema de transporte público tico los agobia, por las largas horas para cualquier recorrido pequeño… en fin, añoran esa libertad de salir sin preocuparse por un asalto, aprender de otros y compartir con personas de otras nacionalidades. En todo momento externan su amor hacia nuestro país.
Cristina Cubero es directora de Consultoría de Deloitte. Le hice varias preguntas porque ella es especialista en este tema, con estudios que lidera para dicha firma.
“Millennials no se van de un país, recorren su mundo y buscan ampliar su visión de la realidad y con ella llevar al máximo el sentido de diversidad”, dice.
Esta es la entrevista.
¿Qué son los millennials? ¿Qué edades tienen ahora?
Millennials es el nombre de una generación que nace entre enero de 1983 y diciembre de 1994. Posteriormente nace la Generación Z entre enero de 1995 y diciembre del 2002. Por tanto, la generación millennials tiene en el 2020, entre 26 y 37 años.
Se identifican bajo una serie de rasgos comunes en sus perfiles, creencias y valores, producto del contexto socio económico y político en el que nacen y han socializado.
¿Por qué entre sus aspiraciones está irse a otro país?
La generación millennials nace en un contexto donde cada vez es más real la concepción de “aldea global” de McLuhan, sin fronteras. Así, totalmente interconectado digitalmente, pero también alcanzando la movilidad física, el mundo se convierte en su ciudad y limitarse a un país no es viable, es reduccionista.
Viajar es también una expresión máxima de apertura cultural y diversidad. El vivir o conocer solamente un país les parece una visión limitada, reducida de la realidad, y les genera desventaja.
A muchos X les cuesta derribar esas murallas geográficas que impactan desde las relaciones hasta las dinámicas comerciales. El pensamiento de las nuevas generaciones, en cambio, funciona como una red, abierto y conectado, “en línea” con el mundo entero.
Tienen mucha más exposición a imágenes, información y relación con otras geografías, por ejemplo, algunos de ellos al trabajar en una transnacional comparten tareas con compañeros de países europeos o asiáticos, o en su vida social. Conocen y viven en tiempo real el acontecer del mundo.
Ellos valoran “las experiencias” sobre lo “material” y tienen una fuerte visión del “ahora”.

Tengo la idea de que desean viajar, pero como apenas están estudiando o acomodándose en sus trabajos, aún no pueden hacerlo.
El estudio de Deloitte específico de millennials para el 2019 descubrió que es una generación “interrumpida”, pero en relación a las metas tradicionales de estudiar, casarse, tener casa propia e hijos, porque esas no son sus prioridades. Esos pilares bajo los cuales se construye una “vida” se han derribado y no es la lógica actual.
El 63% de los jóvenes de América Latina colocó “el viajar y conocer el mundo” como su prioridad uno. Tener un hijo, por ejemplo, no llega a ubicarse en la lista de las cinco prioridades.
Los jóvenes de América Latina valoran más que nada en la vida salir, conocer y conectarse con su mundo… y mostrarles a otros ese mundo, en Instagram.
Es importante que “viajar” para un millennial tiene su propio significado. Para ellos el concepto va mucho más allá de “vacacionar” o “poder salir del país”, es una forma de aprender y crecer.
Las “experiencias” de viaje tienen un valor superior a la compra de “bienes”, de esta forma es mucho más importante viajar que comprar una casa. El viaje les genera aprendizaje, la casa podría representar, según sus percepciones, “una alta deuda a largo plazo y una barrera a la movilidad”.
Por tanto, los jóvenes, en su mayoría, trabajan para viajar y conocer el mundo. Muchos de ellos condicionan iniciar o continuar un trabajo en atención a la flexibilidad que se les dé para lograrlo.
El dinero efectivamente es un obstáculo que en muchos casos tratan de resolver con opciones de viaje económicas, alternativas que ofrecen las plataformas digitales y, en general, están rediseñando la forma de comprar y vivir un viaje.
Si para la generación X significaba vacacionar bajo ciertas comodidades, para los Y significa conectarse con la forma de vida autóctona, ver la dinámica real de cada país sus costumbres, y no la fachada construida para el turista.
Si se pueden seleccionar entre dos recorridos, uno para el turista y otro para el local, el millennial seleccionará la ruta del local. Ellos quieren conocer realmente la cultura, qué comen, en qué trabajan, cómo viven…
¿Qué tanto están dispuestos a hacer los millennials para cumplir sus aspiraciones de vivir en otro país?
Vivir en otro país es un hito para muchos millennials y muchas empresas valoran esa experiencia transcultural. Están dispuestos a reorganizar sus vidas, poner en pausa sus planes de estudio o empezar por posiciones diferentes en el campo laboral.
Recordemos que sus hitos de vida cambian, ya no deben comprar casa o tener un hijo, deben primero viajar.
Una de las mayores ventajas para los jóvenes que trabajan en transnacionales es la posibilidad de acelerar o beneficiar esa movilidad.
¿Más que viajar, lo que ellos quieren es estar fuera de Costa Rica?
Existen aspiraciones diversas, unos quieren tener experiencias e intercambio cultural (viajes), otros quieren tener experiencias de aprendizaje, pasantías, experiencia laboral en otro país temporalmente y otros efectivamente quieren expatriarse. No obstante, se vuelve a la idea, no quieren vivir en otro país, quieren vivir en el mundo.
¿Significa que no tienen apego a sus familiares y a su país o simplemente es para vivir nuevas experiencias?
Significa que han ampliado el apego al mundo, a nuevas experiencias y más personas. Ampliar su visión de mundo y diversidad de ideas y pensamientos.
En alguna medida son más individualistas y valoran sus sueños y planes antes que sus familias y tienen la idea de que puedan estar cerca “virtualmente”.
También, en línea con el ciudadano global, consideran que puedan ampliar sus lazos de confianza y seguridad con las personas con las que viven y comparten diariamente, sean o no familia.
