Oranjestad, Aruba. Con los primeros pasos por las calles de esta ciudad capital se hace evidente su colorido. Sus edificaciones, algunas históricas, están recubiertas por colores pastel.
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Las palmeras abundan en diferentes partes, lo que da un toque de frescura, impulsado por la deliciosa brisa que llega desde el mar turquesa.
Oranjestad, la capital de Aruba, es una combinación de ingredientes que generan unas buenas vacaciones. Tiene historia reflejada en sus edificaciones, cuenta con centros comerciales para realizar compras y muy cerca (media hora caminando por un lindo pasaje junto al mar), hay playas para disfrutar con tranquilidad de sus refrescantes aguas.
Aunque muchos visitan Aruba solo por algunas horas en crucero, las buenas conexiones aéreas permiten permanecer por más tiempo en esta pequeña isla, ubicada frente a las costas venezolanas y con poco más de 100.000 habitantes.
Además del papiamento, neerlandés e inglés, el español es un idioma muy común en este exótico lugar.
En Aruba, no olvide visitar sus lugares más icónicos, que, por suerte, están en el centro. Algunos los verá desde el tranvía gratuito que sale cerca del muelle de cruceros.
Las plazas Daniel Leo y Padu exhiben una gran hermosura, con casas de estilo tradicional y tonalidades pastel.
Caminar por la Main Street es una buena idea, pues tiene palmares a ambos lados que le dan una belleza única.
Aproveche para mirar el edificio del ayuntamiento, con su color verde profundo, así como el fuerte Zoutman, donde está la Torre del Reloj Willem III. La iglesia protestante también es un edificio que vale la pena ver.
Puede caminar por el Linear Park, que es un paseo costero que va desde la ciudad al aeropuerto y cuenta con ciclovía. Uno de los dos rótulos con la palabra Aruba se localiza en ese trayecto; el otro está muy cerca de la terminal de cruceros.
En Aruba estará inmerso en el hermoso Caribe, con su clima seco y sol radiante.