El 15 de abril del 2018 le pregunté por WhatsApp a un tico que vive en el exterior, hace cuánto no habla con un costarricense frente a frente.
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Su respuesta fue difícil de digerir, porque quizás para uno es impensable escucharla.
“Hace cinco años no hablo con un tico en persona, porque creo que soy el único que vive acá en Mozambique”.
De inmediato le escribí: “Adivine, hay una tica que tiene como 20 años de vivir en ese país. Ella es misionera y los pondré en contacto”.
La reacción de este compatriota no la puedo olvidar. Manifestó estar muy feliz, me agradeció demasiado. Al día siguiente, me dijo que ya había hablado con la costarricense, por teléfono, pues ella vive en un lugar llamado Napula, a unas dos o tres horas en avión desde la capital de ese país, Maputo, donde él reside.
En realidad, la misionera está acompañada de tres ticos más.
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Esta es la historia de Edwin Alberto Barrantes Montiel, de 42 años, quien vivía con tranquilidad en El Coyol de Alajuela, pero luego su vida tomó un rumbo muy distinto.
En nuestro país trabajaba como guarda de seguridad, estaba cerca de sus padres y disfrutaba cada día con sus amigos y otros familiares.
No obstante, sin pensarlo el amor lo flechó, pero de una forma singular y hasta impensable.
Edwin conoció por Internet a quien hoy es su pareja. Durante casi un año, todas las conversaciones entre ellos fueron por esa herramienta, mediante videollamadas.
Luego, llegó el momento de tomar una decisión difícil, de esas que suelen pensarse mucho. Hace seis años, Edwin llegó a esa nación del sur de África y para establecer una relación formal con quien hoy es su compañera sentimental.
“Fue por ella que viajé. Ella es de Mozambique, 100% africana. Ella habla español bastante bien”, contó Alberto.
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En ese país gigante país, en el que Costa Rica cabe 15 veces, existen dos idiomas oficiales: portugués y algunas lenguas nativas, cuya dificultad le ha impedido aprender.
Incluso, Edwin afirma que algunos ni siquiera hablan portugués.
¿Qué hace este tico en Mozambique?
“Aquí tengo un pequeño emprendedurismo. Trabajo en carpintería por mi cuenta, en casas. Lo que hago es que envío fotos de mis trabajos a los clientes y me llaman para que les haga un sofá o un ropero; así es como trabajo. Puedo decir que el 100% de mis clientes son mozambiqueños, solo alguno que otro es un portugués”, resaltó Edwin, quien bastante tiempo atrás vivió en Canadá durante cinco años.
Dice sentirse muy a gusto en esa nación africana, la cual califica como “bonita para vivir”.
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Revela que Mozambique es un epicentro turístico, sobre todo para europeos, atraídos por sus hermosas playas del norte.
“Turísticamente es un país muy bonito para venir de vacaciones, una cultura totalmente diferente a la nuestra. Las comidas son diferentes, en verano el calor es muy elevado, pues las temperaturas pasan los 40 grados Celsius”.
“Ahora que está el invierno, hace mucho frío. Pueden decir, cómo que hace frío en África. No es un frío como el de Estados Unidos o Canadá, pero para salir hay que abrigarse un poco, ponerse un suéter para mantenerse caliente”, comenta Edwin.
La comida no ha sido un obstáculo para Edwin. En esa nación, asegura, acostumbran a consumir carne de res, cerdo, pescado y pollo. También arroz, aunque con una diferencia en cuanto a Costa Rica.
“Aquí se acompaña con una ensalada de verduras o ensalada fría, porque no se acostumbra a comer frijoles. Los frijoles, como feijoada (platillo portugués), es el acompañamiento para el arroz, pero si vas a comer arroz con pollo, se acompaña con ensalada fría”, detalló.
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Edwin comenta que en ese país consumen muchas verduras, algunas que para nosotros pueden resultar exóticas. Además, tienen un delicioso platillo que es una especie de harina hecha con maíz, que queda como un puré y se come con carne, pollo o pescado y ensalada.
Califica como “exquisito” algunos platos hechos a base de maní. “Las comidas son muy buenas, muy ricas”.
A Edwin le hace mucha falta mucho nuestro país.
“Tengo seis años aquí y no he viajado a Costa Rica, pero este año me estoy organizando para ir. Se extraña mucho el país; mi familia tampoco ha podido venir”.
“Extraño mucho a mi familia, el barrio, los amigos, ir a ver un partido de Alajuelense; eso se extraña mucho, igual que el café”, agrega.
Con los otros ticos de ese país habla ocasionalmente. En medio de su humildad, Edwin dice que le da pena incomodarlos, pues sabe que están en un convento como misioneros, con mucho trabajo.
“Fue muy emotivo contactarlos, porque aquí me he encontrado cubanos, un chileno, un argentino… pero un tico, la verdad nunca”, resalta.
Aunque Mozambique es un país con bajo nivel económico, Edwin resalta que hay personas que viven muy bien. Dicha nación es rica en gas natural, carbón, piedras preciosas y madera.
“Aquí no me puedo quejar, me va bien. Es parecido a Costa Rica, pues tenemos que trabajar, empezar desde temprano porque si no trabajamos, no comemos”, indicó.
¿A cuál costumbre le ha costado más adaptarse?
La respuesta es muy curiosa: “Aquí se desayuna entre 9 a. m. y 11 a. m., un poco tarde; se almuerza a las 2 p. m. y en la noche lo que se acostumbra es a tomarse una pequeña reflexión, un té o un café con unas galletitas o un sándwich. Se desayuna tarde y se almuerza tarde”.
Si cree que Mozambique es un lugar barato para vivir, está equivocado. Edwin dice que los precios han subido en los últimos tres años.
Eso sí, si se anima a ir a Mozambique, tenga presente los siguientes apuntes de Edwin.
El país es muy seguro.
Las playas del norte son preciosas, con aguas cristalinas y arena blanca.
En algunos sectores, las playas están desoladas.
En el mercado de artesanía hacen muchas esculturas, muchos trabajos en madera.
De la capital, Maputo, hay playas a 20 minutos en auto.
En la playa cercana a la capital hay un mercado de mariscos. El visitante compra el pescado o camarones frescos y los lleva a uno de los restaurantes, donde se los preparan.
Desde esa misma playa se toma un ferry para ir a la Isla de Mozambique.
El verano es de setiembre a abril, y es el mejor momento para visitar esa nación.
Datos de Mozambique
Capital: Maputo.
Población: 27 millones de habitantes (cinco veces más que Costa Rica).
Extensión territorial: 801.590 kilómetros cuadrados (casi 16 veces más que Costa Rica).
Moneda: Metical mozambiqueño (1 metical mozambiqueño equivale a ¢9,34).
Idioma: Portugués.
Visa para costarricenses: Se solicita a la llegada a Mozambique
Esta es la quincuagésima tercera historia sobre costarricenses que dejaron su país por diferentes circunstancias, se adaptaron a otra tierra, pero guardan el cariño por sus raíces.
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