Las familias costarricenses ni siquiera se habían despertado el 31 de diciembre anterior, pero los habitantes del archipiélago de Fiyi se abrazaban porque llegó el Año Nuevo.
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Era la medianoche en esa diminuta nación, casi tres veces más pequeña que Costa Rica, cuando el reloj apenas daba las 5 de la mañana en nuestro país; la diferencia son 19 horas.
Allá, en medio de la lejanía, sobresale el acento tico. Salvador Miranda Guzmán, de 49 años, vive en Suva, la capital de Fiyi. Le era imposible rechazar una oportunidad laboral que le llegó hace dos años, pese a la melancolía que puede apoderarse de él por dejar su país.
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“Soy el gerente técnico de una empresa australiana que tiene la división avícola aquí en Fiyi. Me encargo de los aspectos técnicos del manejo de las aves y además tengo un programa de capacitación del personal, para mejorar el conocimiento técnico sobre la producción de reproductoras, incubadoras, pollos de engorde y planta de procesos”, relata este ingeniero agrónomo, quien tiene una maestría en Administración.
En Costa Rica fue profesor de Avicultura en la Universidad Técnica Nacional (UTN). Durante 28 años trabajó acá en esa rama, en compañías como Pipasa, Pollo Rey y Granja Roble Alto.
Vivir en el extranjero no es nuevo para él, pues estudió esa especialidad relacionada con las aves en Holanda, hace 21 años.
Cuenta que residir en Fiyi “es genial”. Como muchos otros ticos en el extranjero, alaba de primero la seguridad de la patria donde se ubica su nueva casa.
“No hay robo de vehículos, la gente es muy amable en todos los pueblos y comercios. El país tiene un clima tropical caluroso, pero en el invierno del polo sur las temperaturas descienden a los 20 grados”, señaló.
Allá vive solo, en medio de esa paz que dan las olas del mar turquesa de uno de los mayores paraísos naturales del mundo, en el que sobresalen sus paisajes escabrosos, playas repletas de palmeras, lagunas cristalinas y arrecifes de coral.
Esta nación insular, sin fronteras terrestres, fue colonia británica hasta 1970, cuando le fue concedida la independencia, aunque solo en el papel, pues la reina Isabel II seguía gobernando. No obstante, en 1987 hubo un golpe de estado que desembocó en la promulgación de república y la redacción de una constitución.
“No creo que haya habido otro tico en la historia de Fiyi”, responde de manera jocosa luego de que le pregunto si sabe sobre otros compatriotas por allá, con quienes pueda reunirse para conversar y sentirse acompañado.
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“Luego de llegar, contacté a un amigo venezolano y ahora él trabaja con nosotros aquí. Me he encontrado cubanos que laboran en un call center, una peruana, unos mexicanos, un paraguayo y una hondureña”.
Aunque su vida transcurre en un edén terrenal ubicado en el Pacífico sur, en el que disfruta de las actividades el mar y del sol, Salvador no puede apaciguar los recuerdos de su país.
“Extraño la familia, el idioma, los amigos y el fútbol”. En nuestro país viven sus tres hijas, Eilyn quien es farmacéutica; Marianela, criminóloga; y Annethe, quien este año empieza a estudiar Biotecnología.
Una vez al año visita el otro paraíso, el que lo vio nacer en Puerto Viejo de Sarapiquí, aunque durante los últimos 15 años residió en Poás. Aquí recarga energías, recuerdos y sentimientos para regresar a Fiyi, ese conjunto de 333 islas cercanas a Nueva Zelanda y Australia.
“Hay 10 islas mayores y las demás son muy pequeñas. En la mayoría (de las grandes) se localizan los hoteles de cinco y seis estrellas”, describió.
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Su contrato laboral vence en el 2020; después de eso, el destino dirá qué sucederá.
Otra coincidencia de Salvador con compatriotas que viven fuera de Costa Rica, es que encuentra barato el lugar donde reside.
Por ejemplo, dice que una bebida gaseosa vale ¢570, un almuerzo en un lugar similar a una soda tiene un costo de ¢2.450 y para una consulta en un hospital privado se debe desembolsar ¢11.520, aproximadamente.
“La mayoría de personas no conoce dónde queda Costa Rica, aunque algunos recuerdan nuestro país por el Mundial de Brasil. Aproximadamente el 60% de la población fiyiana es negra y el restante 40% corresponde a hindúes, que llegaron con la colonización inglesa, hace más de 100 años. Se habla fiyiano e hindú, pero el idioma oficial es el inglés”, resalta Salvador.
Precisamente, el idioma fue uno de los obstáculos que tuvo para adaptarse, pese a que él habla inglés, pero no es tan sencillo para el oído de un latino procesar el acento de los hindúes. “Ya les entiendo bien”, dice.
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Otro reto para Salvador fue manejar por la izquierda, como lo hacen allá, contrario a Costa Rica donde se conduce por la derecha.
“En los primeros días invadí el carril contrario y las rotondas fueron un dolor de cabeza, pero ya pasó y ahora lo hago con normalidad. Lo que sucede es que me pasa lo mismo cuando llego a Costa Rica”, confesó.
Debido a los migrantes que llegaron de India, el curry es uno de los ingredientes principales en la comida de Fiyi.
“Hay mucha carne de cordero, la cual es muy rica. El pollo es la carne que más se consume en todo el país, pero también hay res, cerdo, pato y otras. La comida fiyiana es más tradicional, con mucho mariscos y pescado. En general encuentro aquí de todo para hacer platillos ticos”.
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De Fiyi le encanta la organización que tiene. “Más que en Costa Rica, en todo sentido. Me cuesta creer que nosotros no podamos vivir mejor. La gente respeta los semáforos, nadie usa el pito excepto los taxistas. Las personas siempre están sonriendo y no se preocupan mucho por la moda, aunque aquí se consigue de todo lo que usted quiere”.
“Fiyi es un país pobre, pero muy tranquilo. La vida corre más lenta y hay mucha influencia de Nueva Zelanda y Australia”.
El sol sale en Fiyi; en Costa Rica apenas son las 11 a. m. del día anterior. Un tico se levanta y se prepara para trabajar en lo que ama, a miles de kilómetros de la tierra que es dueña de su corazón.
Datos de Fiyi
Capital: Suva, aunque la ciudad más poblada e importante es Nadi.
Población: 909.000 personas (5 ticos por cada ciudadano de Fiyi).
Extensión territorial: 18.274 kilómetros cuadrados (casi tres veces más pequeño que Costa Rica)
Moneda: Dólar fiyiano (cada uno equivale a ¢278).
Idioma: Inglés.
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Los datos anteriores corresponden a los costarricenses que reportaron a la Cancillería vivir en otra nación. No necesariamente todos los que migraron están incluidos, porque el proceso es voluntario y en algunas naciones no existen consulados de Costa Rica. Los datos de Puerto Rico corresponden a antes del paso de los huracanes Irma y María, por lo que ahora la cifra puede ser menor.
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Esta es la decimocuarta historia sobre costarricenses que dejaron su país por diferentes circunstancias, se adaptaron a otra tierra, pero guardan el cariño por sus raíces.