Sin importar los colores que se tengan, ¿había realmente una posibilidad para Saprissa en esta serie de Concacaf?
El sector más morado del país se nubló por la victoria de la semana anterior, una que definitivamente engaña. Podría decirse que el Monstruo jugó un gran partido y aún así los mexicanos pudieron golear. Enner Valencia tiró a todo lado menos hacia donde vale. Eso no pasó en el partido de vuelta.
Entonces, ¿de verdad había algún chance objetivo ante un equipo como Tigres, líder del fútbol mexicano, con una planilla que vale más de 70 millones de dólares?
Yo creo que no. Para ningún equipo costarricense. Justamente ese argumento es el que me tiene debatiéndome entre si hay que arrancarse el pelo de la cabeza o simplemente meterse entre las cobijas y aceptarlo con calma.
Los de Tigres fueron más rápidos, más potentes, más hábiles y más experimentados con sus movimientos. Todos. Eso no es culpa ni de Paté, ni de los propios jugadores morados. Simplemente las diferencias a nivel de clubes son enormes. Tendrían que nacer todos de nuevo.
El presidente de Saprissa, Juan Carlos Rojas, habla de reducir la brecha… Bueno, pues habrá que comenzar por tener una economía de primer mundo, 130 millones de habitantes para distribuir aficionados entre todos los equipos y políticas de atracción e inyección de inversión extranjera ultra hípermillonaria. Es decir, chao. Ese barco ya zarpó.
La brecha que no hay que dejar que se alargue es la de selecciones, que tal vez con unos 12 o 13 jugadores que triunfen como legionarios podemos competir por 90 minutos con los de ellos. De hecho, así hemos sobrevivido futbolísticamente en los últimos años en este ámbito.
Los milagros. Sin duda, creo en los milagros en el deporte, eso es lo que lo hace increíble. Eso es lo que me hace ir a mejenguear y ver a muchos (muchos, muchos, muchos) jugadores mejores que yo y querer ganar. Entonces, sí, quizás sin el desastroso error de Aaron Cruz y Aubrey David, el cual liquidó a Saprissa mentalmente, el conjunto tico pudo haber hecho un partido perfecto y seguir vivo en el torneo.
El problema es que si el Monstruo lograba la gesta de eliminar a Tigres, aún no era campeón, solo habría clasificado a los cuartos de final del certamen. Es decir, necesitaba de otros tres milagros para regresar a Japón. Ahí radica la gravedad del asunto.
Sé que saltarán unos cuantos heredianos puteando y reclamando la mención de su propia serie, en la que van arriba, producto de un marcador más holgado y un juego en el que sí fueron superiores.
Y, definitivamente, lo único que me genera cierta duda de esta postura personal de este post es que aunque los equipos de Estados Unidos también tienen estructuras deportivas similares a las de los mexicanos, no se les tiene tanto pánico y usualmente se les hacen mejores enfrentamientos. ¿Por qué será? Ahí lo dejo para que me instruyan.
No obstante, para esos florenses enojados, habrá que ver el desenlace de la serie ante Atlanta United y si el Team realmente avanza, ver cómo enfrentarían a Monterrey. Monterrey de MÉXICO, casualmente el segundo lugar de la tabla de ese país, detrás de Tigres.