En la última jugada maestra del titán de las redes sociales, Meta ha decidido que ahora nuestras fotos del brunch, selfies en el espejo y memes de gatos ya no solo son para divertir a nuestros amigos. Ahora, esas publicaciones aparentemente efímeras están desempeñando un papel crucial en la formación de su inteligencia artificial generativa. Así es, mientras usted comparte su última escapada de fin de semana, Meta está tomando notas y entrenando a sus algoritmos. Pero ¿qué significa realmente esto para usted y su privacidad digital? Spoiler: mucho más de lo que imagina.
¿No es acaso un alivio saber que nuestras fotos embarazosas, subidas en otros perfiles, al fin tienen un propósito noble? Porque, claro, ¿quién no quiere que su vida cotidiana, cuidadosamente filtrada y curada, se convierta en el material didáctico de una Inteligencia Artificial para una empresa privada? La reacción ante este anuncio fue tan poco positiva, que muchas de las noticias se enfocaron en la pregunta (para nada alarmada) de ¿¡CÓMO LO EVITO!?
En resumen. Los datos recopilados por Meta son extensos, son largas listas que miden y analizan las actividades de todos los usuarios en línea. Para algunos, conocer a detalle cuánta información tienen de nosotros puede ser abrumador, sin embargo, cabe resaltar que esta recopilación de datos no es nueva y existen mecanismos para limitar -hasta cierto punto- lo que Meta puede usar para entrenar su IA generativa. Sin embargo, las críticas no apuntan al avance tecnológico acelerado sino a algo más profundo que eso. Lea lo que hay “detrás del click”.
La realidad de la privacidad y la IA
La utilización de nuestras publicaciones para entrenar IA plantea preguntas importantes sobre privacidad, consentimiento y el uso ético de nuestros datos. Estamos contribuyendo a un vasto repositorio de información que las máquinas utilizarán para “aprender” sobre el mundo. Pero ¿a qué costo? ¿Estamos sacrificando nuestra privacidad en nombre del progreso tecnológico? ¿Qué implica que nuestras interacciones diarias, destinadas a ser momentáneas, se conviertan en lecciones permanentes para la IA?
Según la página oficial de Meta, “La IA generativa no es una base de datos ni una colección estática de información, sino modelos informáticos. Estos modelos son una forma de inteligencia artificial que se entrena con miles de millones de diferentes tipos de datos, como texto, imágenes y audio. Al estudiar esta información, puede aprender, por ejemplo, la relación y las asociaciones entre diferentes tipos de contenido. De este modo, los modelos pueden crear contenido nuevo cuando una persona les da instrucciones o les hace una pregunta. La IA generativa se puede usar para crear una variedad de contenido, como texto, imágenes y audio”.
Explicado de forma más sencilla… para que una IA pueda responder de forma clara en un chat tiene que ser entrenada con muchos textos de conversaciones reales, de igual forma, para que una IA pueda generar imágenes primero tiene que estudiar muchas imágenes. Por eso, hay gran debate, sobre todo en el área de artistas que reclaman que su arte está siendo robado para estos fines o de medios de comunicación que reclaman que su contenido fue utilizado sin permiso.
¿Qué pasa si yo no tengo cuenta de Facebook o Instagram?
Si lo que le preocupa es perderse la oportunidad de formar parte de esta innovación, hay buenas noticias: aunque usted no tenga cuenta en ninguna de las redes sociales de Meta, basta con que un conocido suyo postee una foto, un texto o una mención suya para que Meta procese su información. Si lo que le preocupa es su privacidad, probablemente no sean tan buenas noticias.
“Conservamos los datos de entrenamiento todo el tiempo que los necesitamos según cada caso para garantizar que un modelo de IA esté funcionando de forma adecuada, segura y eficiente. También lo hacemos para proteger nuestros intereses o los de otros, o bien para cumplir con obligaciones legales”. Se explica en el portal oficial de Meta, en el apartado de “Centro de privacidad”:
Y mientras nosotros compartimos fotos de gatos, Meta está anotando cada detalle. ¿No es un alivio saber que nuestras fotos embarazosas finalmente tienen un propósito?
La IA generativa necesita muchos datos para aprender. Meta usa nuestras publicaciones, pero ¿qué pasa con nuestra privacidad? Aquí le contamos cómo puede intentar proteger tus datos.
¿Cuáles son los datos que Meta recopila sobre mí y qué productos usa para hacerlo?
Averiguar cuáles son los datos específicos que Meta va a usar para entrenar su IA no es tarea fácil. Su página web cuenta con un sinfín de enlaces detallando muchos aspectos de las políticas de privacidad que se tiene en la empresa y, en la mayoría de los casos, abren con un texto sobre lo muy en serio que se toman la privacidad.
“Disponemos de un robusto proceso interno de revisión de la privacidad que nos ayuda a garantizar que usamos los datos en Meta con responsabilidad para nuestros productos, incluida la IA generativa. Trabajamos para identificar posibles riesgos de privacidad que involucran la recopilación, el uso o la transferencia de información personal, y desarrollamos formas de reducir esos riesgos para la privacidad de las personas”, se lee en la página “actualización progreso de la privacidad”, traducido del inglés al español.
Esta explicación de Meta sobre la privacidad puede darle mayor tranquilidad (probablemente no) sobre el uso de los datos que recopilan de usted. Entre ellos, los más destacados están: información sobre creencias religiosas, orientación sexual, ideologías políticas, salud, raza, origen étnico, creencias filosóficas o pertenencia a sindicatos. También el tiempo, la frecuencia y la duración en plataformas de Meta, los mensajes que envía y recibe (aunque Meta insiste que el contenido de los mensajes cifrados de extremo a extremo, como los de WhatsApp, no los recopila), los hashtags que se utilizan y, claro, lo más importante, anuncios que ve o con los que interactúa, y la manera en que lo hace.
También recopila su “actividad”, la cual puede incluir: reacciones, comentarios, contenido creado, publicaciones, contenido que proporcionó a través de la función de cámara o la configuración de la galería, o mediante funciones de voz. Si desea seguir leyendo la extensa lista, puede ingresar en esta web.
Además, según la plataforma oficial de Meta, estos son los productos desde los cuales Meta obtiene algunos de sus datos para el entrenamiento de la IA: Facebook, Messenger, Instagram, Boomerang, Threads, Productos de Facebook Portal, Los productos de Meta Platforms Technologies, Tiendas, Marketplace, Spark AR, Herramientas empresariales de Meta, Meta Audience Network, Facebook View, Meta Pay y experiencias de finalización de compra de Meta.
Inteligencia Artificial en Meta: ¿Cómo evitar el uso de mis datos por parte de esta empresa?
Antes de entrar en pánico, existen varios mecanismos para dar un consentimiento sobre esta información, siendo uno de los más populares en los noticieros llenar algunos formularios o administrar los datos proporcionados en el pasado. Revíselo aquí. Eliminar la cuenta, eliminar los datos y hacer esfuerzos proactivos que recaen en el usuario son algunas de las acciones para tener un poco de control sobre el uso de nuestro contenido. Tenga en cuenta que no todas las opciones de Meta para usar o limitar el uso de nuestros datos están disponibles en Costa Rica.
A pesar de todo, cabe recalcar que estas acciones no garantizan del todo que la IA no se interponga en nuestras redes sociales. De hecho, muchos han tenido ya varios acercamientos con Inteligencias Artificiales y no se han dado cuenta. A pesar de las dudas y cuestionamientos, muy válidos, que surjan por las acciones de Facebook, dentro de la web no tenemos realmente mucho control sobre la información de nuestra actividad en plataformas digitales, pero, que se recolecte no es del todo malo.
La información que suministramos sirve para mejorar nuestra experiencia en las webs, agilizar procesos ineficientes y recomendarnos opciones personalizadas. Recopilar datos es algo normal que sucede en las webs que visitamos diariamente porque con estos datos las empresas pueden tomar decisiones basadas en las necesidades del usuario.
Incluso cuando hablamos de Inteligencia Artificial, los tratos personalizados, las recomendaciones y más aplicaciones pueden ser en extremo positivas. Sin embargo, la pregunta en este ecosistema digital que requiere que el usuario tome decisiones incómodas y proactivas para proteger su privacidad es, ¿hasta dónde nuestro consentimiento sobre los datos es respetado?
Hace poco, la Comisión Irlandesa de Protección de Datos, celebró la decisión de Meta de dar una pausa en Europa para entrenar su modelo de lenguaje tras conversaciones agitadas y dudas sobre el respeto a la privacidad. Este territorio ha sido uno de los más activos en buscar regulaciones legales a las acciones de grandes empresas tecnológicas, al menos 11 países europeos se opusieron a las medidas de Meta y esto importa porque su protección de datos es estricta y tiene como enfoque la privacidad de los usuarios dándoles herramientas para decidir. Con su ejemplo, Estados Unidos también está cuestionando si debe seguir o no este cambio de regulaciones.
Cabe destacar la otra versión también: En un comunicado en su blog oficial, Meta aseguró que estas limitaciones pueden interferir con el avance tecnológico y dejar atrás a los territorios que se opongan a sus decisiones, además que evitará que los productos funcionen efectivamente según los han planeado y por último recalcan que su accionar ha sido más “transparente” que el de Google o el de OpenAI (empresa creadora de ChatGPT).
Es hora de aceptar que la IA es cosa del presente, no una discusión para el futuro, y lleva bastantes años involucrada con las redes sociales. ¿Cómo cree que se personaliza su feed de Instagram o de Facebook? ¿Cómo deciden las apps qué es lo primero que usted ve cuando se conecta? La discusión nunca fue sobre la implementación, sino sobre nuestro consentimiento… ¿tendrá un límite la privacidad que estamos regalando a cambio del confort y la dopamina que nos dan estas plataformas a las que ya les dedicamos una gran cantidad de horas de nuestras vidas?
La solución no es simple. Exigir mayor transparencia y control sobre cómo se utilizan nuestros datos es un reto pendiente. Meta asegura que sus prácticas se basan en valores como la privacidad y la seguridad, pero como usuarios, necesitamos asegurarnos de que estos compromisos no sean palabras vacías. Además, una mayor regulación y una discusión pública sobre estos temas son esenciales para proteger nuestros derechos en el ámbito digital. ¿Conocemos nuestros derechos sobre nuestra privacidad? Probablemente no.