El 2020 ha sido terrible en muchos aspectos. Sobre todo por la pandemia, que ha arrastrado consigo un manto de problemas y tristezas por el mundo.
Ha sido tan malo este año, que la revista Time le dedicó un ensayo tipo crítica de cine como para decirle que se vaya y no regrese. Pero también con miras al futuro. A un horizonte con pinceladas de optimismo, porque a ver: ¿no nos puede tocar un peor año que este, cierto?
En Costa Rica, el año cerrará con aproximadamente 2.000 personas fallecidas por la covid-19, de más de 150.000 casos de infecciones. La enfermedad también ha traído desempleo (22% entre agosto y octubre), un aumento en los niveles de pobreza (26,2% de los ticos) y una crisis financiera que será uno de los mayores retos para el Gobierno y para el país en 2021.
Si lo negativo del año sobre estos temas te resulta nuevo o te interesa, podés consultar más información en los siguientes enlaces:
--Homenaje a las vidas que la covid-19 nos arrancó
Pero si nos ponemos a hablar de lo malo que deja el 2020, no terminamos nunca. Además, no es esa la razón de existir de este texto.
A pesar de la tormenta, y quizás como prueba de la adaptabilidad de la naturaleza humana y la de nuestro planeta, el 2020 también ha sido hogar de cosas buenas. Muchas de ellas tal vez no habrían ocurrido de no ser por lo negativo, es cierto, pero lamentablemente no existe el “hubiera”. No existe la posibilidad de saber cómo hubiera sido el 2020 sin el coronavirus.
Está claro que no hay balance entre las pocas cosas buenas y las muchas malas, pero a continuación queremos recordar lo positivo y/o los aprendizajes que fueron engendrados este año. En Costa Rica y el mundo.
Establecimiento del teletrabajo
Trabajar desde casa no es nuevo, pero legalmente y sobre todo en la práctica, es algo muy reciente en Costa Rica (la ley se aprobó recién en la segunda mitad de 2019).
La pandemia nos obligó a tener distanciamiento social y ‘medidas barrera’ para no infectarnos. Casi de la noche a la mañana, en marzo, cientos de empresas enviaron a sus trabajadores con sus computadoras para la casa.
Este año ha sido la prueba de que sí se puede trabajar y ser productivos haciendo las cosas desde nuestra sala, nuestro cuarto o nuestro escritorio casero. La tecnología funciona y no es difícil de usar. Y los trabajadores no desatienden sus quehaceres.
De hecho, tampoco es que todo haya sido de color rosa, pues hay fenómenos como el burnout laboral o el mismo aislamiento.
En el 2020 se estableció el work from home (WFH, como se lo conoce en inglés), pero quizás en un futuro lo ideal sería tener algunos días de la semana con teletrabajo y otros yendo a la oficina, para no dejar de conectar con otras personas, porque en muchos casos se siente que eso hace falta este año.
Veremos en 2021 si el teletrabajo y las conferencias a través de la pantalla, o las simples videollamadas entre colegas disminuirán o se establecerán definitivamente.
Desarrollo científico de récord
En la historia reciente, el más rápido desarrollo de una vacuna había tardado cuatro años. Fue la vacuna contra las paperas, y se dio en 1967. Pero el 2020 remató ese récord.
La humanidad no sufría una pandemia tan devastadora desde la Gripe Española de 1918. En casi un siglo, no había existido la necesidad de que todo el mundo científico uniera esfuerzos para la búsqueda de una vacuna.
En diciembre de 2020, 19 vacunas contra la covid-19, de distintas tecnologías -algunas que son un hito para la historia de la ciencia- están en fase 3; la última fase de evaluación antes de ser aprobadas. Y ya hay siete vacunas autorizadas para usos limitados o aprobadas para uso amplificado en varios países, como la de Pfizer y BioNTech, que ya se usa en Costa Rica, Estados Unidos y Europa. O la de CanSino BIO, que se usa en China.
La Real Academia de las Ciencias de Suecia la tendrá difícil en 2021 para determinar a los ganadores del Premio Nobel de Fisiología y Medicina, porque el desarrollo científico para la elaboración de vacunas fue paradigmático.
Las mascarillas y el lavado de manos son medidas muuuy efectivas
Esta es información que puede ser vital para futuras enfermedades [jinx protector 🍗].
El Ministerio de Salud nos envío datos que podrían evidenciar que en 2020, gracias al lavado de manos y a las medidas de distanciamiento social y de protección, como el uso de mascarillas, algunos males de salud ligados a la higiene disminuyeron grandemente en comparación con el 2019.
Hicimos esta pregunta al ministerio:
“Buscamos saber si el lavado de manos y las medidas de distanciamiento para prevenir la covid-19 han tenido un impacto positivo en otras enfermedades o males de salud ligados a la higiene. ¿Tienen estadísticas oficiales de alguna reducción en esta materia?”
Y estos son los datos que nos pasó Salud:
Casos notificados de algunas enfermedades infectocontagiosas según evento y año, 2018-2020, a la semana epidemiológica #47 del presente año:
--Varicela: 67,5% menos casos en 2020 en comparación con 2019
--Hepatitis: 44,2% menos casos en 2020 en comparación con 2019
--Diarreas: 52,2% menos casos en 2020 en comparación 2019
Ojo: el Ministerio de Salud no precisó las razones de estos decrecimientos, sin embargo, enviaron los datos por la pregunta que indicamos arriba.
Además, un estudio realizado en Estados Unidos encontró que los estados con medidas obligatorias de uso de mascarillas, detectan y atienden menos casos de covid-19 que estados donde el uso de la mascarilla es opcional.
Siguiendo esta línea, según estadísticas oficiales de la Organización Mundial de la Salud, en países de Asia como China, Japón, Corea del Sur o Taiwán, el coronavirus no ha impactado a las poblaciones en proporciones tan grandes como en Europa o en América, donde el uso de la mascarilla incluso se llegó a politizar.
En parte, esto se debe a que el uso de mascarillas y otras medidas de higiene son mucho más normales y aceptados por la gente en esas naciones. En algunas ciudades de China, por ejemplo, ya era común el uso de mascarillas desde antes de la aparición del nuevo coronavirus.
En Costa Rica, el Ministerio de Salud reportó en abril un 28% de reducción de diarreas en comparación con el mismo período en 2019. Y sugirió que este bajón se debió a las medidas anticovid.
Destacados ejemplos de solidaridad, made in Costa Rica
La pandemia no discrimina regiones, etnias, géneros ni edades. Y en muchos lugares aumentaron las respuestas de solidaridad y empatía para encontrar solución a las diferentes aristas del problema.
En la provincia de Guanacaste, distintos sectores comunitarios desarrollaron respuestas para contrarrestar el aislamiento físico con arte y mejor salud mental; emprendimientos para distribuir productos alimenticios; ayudas para los pescadores, que ya no sabían cómo vender sus productos; trueques estratégicos en un momento delicado para las finanzas; activación de la telemedicina, cuando los pacientes de otros males de salud temían asistir a centros médicos por el coronavirus; apoyo psicológico, entre otros.
El sistema de trueques en pandemia también ocurrió en las montañas de Colombia. Y redes de cuido para la adecuada apertura de negocios también se dieron en grandes ciudades de Argentina.
De hecho, la Red de Periodismo de Soluciones, con sede en Nueva York, ha curado casi 700 historias periodísticas sobre respuestas a la pandemia.
Este año, las muestras de cariño como abrazos y besos, tan naturales para la humanidad, también se vieron impedidas por la pandemia. Pero más y más personas se animaron a trasladar el amor a través de pantallas. Incluso las personas mayores que quizás antes de la pandemia eran más reticentes a usar la tecnología. El medio Red/Acción, de Argentina, realizó este empático ejercicio:
--Tutoriales caseros: historias de cómo podemos enseñarles a usar la tecnología a las personas mayores
En 2020, millones de personas en el mundo ayudamos a nuestros seres queridos para despejar dudas sobre cómo lograr las mejores videollamadas múltiples, cómo tomar clases de yoga por Zoom, y un montón de etcéteras.
Respiro para la naturaleza, al fin
Esto lo vimos casi de inmediato cuando se dieron los confinamientos por la pandemia. El agua en Venecia se tornó más limpia y clara (los sedimentos se fueron al fondo por el cese del tráfico marítimo en sus canales); los animales comenzaron a visitar las ciudades desiertas y, durante los primeros meses, la emisión de gases a efectos invernadero se redujo ampliamente en todo el mundo.
En Costa Rica, los meses entre marzo y mayo fueron testigos de ese respeto a la enfermedad por temor a contagiarse, que generó las más estrictas medidas de resguardo. Naturalmente, esto fue un reto enorme para miles de personas, quienes vieron su economía duramente golpeada.
Para el planeta, el parón de actividades económicas en todo el mundo tuvo su más grande impacto en la primera mitad del año. Y vaya si lo sintió positivamente, como podés atestiguar en estas imágenes de la NASA.
Reinvención y digitalización de negocios
Por las diferentes medidas sanitarias, miles de empresarios debieron reinventarse rápidamente para sobrevivir a la crisis. Por ejemplo, restaurantes que no hacían servicio express, lo implementaron para no pagar las comisiones que cobran plataformas como Uber Eats. O le pidieron a sus saloneros usar sus vehículos para hacer las entregas. Así lo hicieron lugares como Casa Dominga y El Novillo Alegre.
A su vez, los bares se transformaron en restaurantes mientras las medidas de sanidad así lo mandaban. Este fue un sector fuertemente golpeado, ya que mandaron a cerrarlos en marzo y reabrieron hasta octubre. Entre tanto, eso sí, cientos de bares se pudieron reconvertir en restaurantes con aforo limitado. También aquí se vio la adaptabilidad de algunos negocios.
Miles de negocios también se digitalizaron. En 2020, las transacciones por la plataforma Sinpe Móvil crecieron a pasos agigantados. Hasta julio de este año, se alcanzó una cifra récord de ¢4,5 millones de transferencias. El monto promedio por cada transferencia fue de ¢17.400.
Este servicio permite transferir dinero utilizando el número telefónico, sin la necesidad de pedir el número de cuenta bancaria cada vez. Los pagos y transacciones se simplifican mucho y son seguros. Por eso, muchos más negocios lo usaron en 2020, cuando el uso de dinero en efectivo se redujo grandemente por las medidas de salud.
Costa Rica entró a la OCDE
Sipi. A un patio de países desarrollados.
En mayo de este año, los 37 países integrantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), aprobaron por unanimidad el ingreso de Costa Rica a la entidad.
Es el primer país de Centroamérica que entra a este selecto grupo de menos de 40 naciones. Los miembros comenzaron la evaluación a Costa Rica en 2015. Con la entrada de nuestro país, hay un total de cuatro naciones latinas en el grupo.
Entre algunos beneficios que puede obtener Costa Rica por este ingreso, están sistemáticas evaluaciones y mejoramientos en servicios estatales como:
--Educación
--Salud
--Sistema financiero
--Seguridad jurídica
--Control de sobornos
Dyalá Jiménez, ministra de Comercio Exterior cuando se supo la noticia, explicó el ingreso de Costa Rica de esta forma:
“Hacia afuera nos va a hacer un país más atractivo para invertir, un país con más renombre en los foros internacionales, un país con una voz en un foro importante, en un foro de peso, donde se discuten los desafíos más grandes de la humanidad, globales”.
Costa Rica entró en un patio de equipos grandes. Claro, la entrada hubiera sido mucho más vitoreada y con impactos visibles más rápidos en otro año, pero vaya si es un logro para un país centroamericano de tan solo cinco millones de personas.
Ciao, 2020
Stephanie Zacharek, autora del ensayo en la revista Time, termina su crítica cinematográfica de este año que parece de ciencia ficción, diciendo que los estadounidenses son optimistas casi por herencia. “Nuestro optimismo es nuestra característica más ridícula y también nuestra característica más importante”, escribe ella. Pero quizás no sea un aspecto exclusivo de sus conciudadanos.
Los humanos somos resilientes. No pedimos nacer, pero tampoco queremos morir, y en medio de esa dicotomía vamos descubriendo que en el mundo y la vida hay motivaciones variopintas para todos y todas. Y, a pesar del dolor, no es el 2020 el que nos quitará las metas y los sueños.
Dichosos los bebés y los niños más pequeños, para quienes la pandemia será solo una anécdota, pero quienes podrán decir en el futuro: “Ah, sí, yo nací en ese año tan raro. Mis papás cuentan que en Semana Santa la capital se parecía a Silent Hill”... (#IfYouKnowYouKnow).
Pero dichosos nosotros también, que superamos no pocos obstáculos -unos más; otros menos- para despedir al innombrable 2020.
No es gratuito estar ‘bien’ o medianamente ‘bien’ en este mes de diciembre. Claro, la pandemia sigue, pero ya algunos países están vacunando a sus poblaciones, y parece que estamos más cerca de la salida del túnel que de la entrada [otra vez, jinx protector 🍗]
A la pandemia también le podemos aplicar el más viejo de los clichés, pero quizás es el más bonito, y en todo caso el más real: mañana será otro día. Mañana saldrá el sol, otra vez. Y así lo hará después de mañana. Antes de que nos demos cuenta, la covid-19 será un recuerdo.
Ciao, 2020. Te dejamos casi todo, pero nos llevamos algunas cosas útiles que enumeramos aquí, y que nos servirán en el futuro.
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Otras fotografías icónicas que deja el 2020. Resumen de un año de ciencia ficción.