Aunque advierte que todavía es incierto el impacto final que tendrá la crisis de contenedores durante el fin de año, el ministro de Comercio Exterior, Andrés Valenciano, sí tiene claro que las expectativas son pesimistas.
“Lo que sí sabemos es que varios sectores productivos, tanto en Costa Rica como en el mundo, han mencionado que lo más probable es que para esta época navideña va a existir un potencial desabastecimiento. Es decir, no va a haber la posibilidad de encontrar la diversidad de productos que usualmente se encuentran en esta época”, aseveró.
Pero, antes de ahondar en cómo repercutirá este fenómeno en los precios, los cuales podrían aumentar de 5% hasta 40%, es oportuno entender cuáles son las causas de la crisis. De hecho, no se trata de un único problema con una sola consecuencia, sino que es una sumatoria de desajustes en la cadena de comercio marítimo mundial, que termina afectando al mundo entero, en mayor y menor intensidad, según el país y los bienes que se busca comprar.
El origen de este trastorno data del 2020, pero se ha vuelto más sensible y notable a finales de 2021, en época de regalos, y es totalmente atribuible a la pandemia de covid-19. En resumen, todo comenzó con el fuerte golpe económico y logístico provococado por la crisis sanitaria, el cual afectó a grandes fabricantes de productos alrededor del mundo, pero sobre todo en China, país que posee ocho de los diez puertos más importantes del mundo por tonelaje anual.
Debido a la pandemia, algunas fábricas cerraron disminuyeron su producción en forma drástica o se vieron incapaces de sacar sus productos de las ciudades como antes, debido a los cierres de emergencia que se aplicaron en diversas partes del planeta. A comienzos del 2020 y durante todo ese año, empresas de transporte terrestre y empresas navieras de acarreo de mercancías experimentaron recortes de personal, choferes y marineros enfermos, cancelaciones abruptas de pedidos, entre otros.
Como respuesta a las medidas mundiales de confinamiento para evitar los contagios, grandes navieras que llevan sus portacontenedores a los cinco continentes, cortaron sus agendas anticipando una caída en la demanda de bienes en el mundo. Este cálculo, a la larga, resultó ser un error. Aunque muchas personas vieron sus economías afectadas, poco a poco el teletrabajo se volvió rutina y el consumo de todo tipo de productos importados regresó a los presupuestos familiares. Pero encontró un sistema logístico dañado.
En 2021, la pandemia ha dejado puertos colapsados con contenedores varados que nadie recoge por falta de camioneros; compañías de transporte marítimo que venden el poco espacio que les queda a quien pague más; parones en no pocas fábricas de Asia por contagios de covid-19; y una demanda desenfrenada, principalmente en Estados Unidos y Europa, donde las personas dejaron de gastar dinero en restaurantes y viajes, y se enfocaron en artículos para el hogar o bienes digitales, entre otros.
Se puede decir, a modo de ejemplo, que el camino invisible de manufactura, transporte y logística de comercio internacional para que un producto hecho en China con partes de Pakistán y con un chip electrónico de Corea del Sur llegue a nuestra mano, está enfermo. Y algunos expertos estiman que la situación, con suerte, podría normalizarse hasta el 2023.
Este caos lo resumió The New York Times en una publicación del pasado 22 de octubre, sobre el impacto en los consumidores en Estados Unidos: “En una era en la que nos acostumbramos a cliquear y esperar para que cualquier cosa que deseamos llegue a nuestra puerta, estamos experimentando con sorpresa la imposibilidad de comprar papel higiénico, tener que esperar meses por cortinas nuevas o ver comprometido el color del vehículo nuevo que queremos adquirir”.
Claramente, una escasez del papel higiénico es alarmante, pero la noticia a la que se refiere el artículo data de marzo de 2020, en plena crisis sanitaria, cuando incluso en los grandes supermercados costarricenses escaseó este bien, más por histeria colectiva que por desabastecimiento real.
Sin embargo, esperar para cambiar de cortinas en la sala o tener que adquirir un vehículo negro en vez de uno gris, no suena como el fin del mundo. En cambio, Costa Rica sí podría verse afectada duramente: la crisis mundial de contenedores amenaza incluso el abastecimiento de hospitales de la Caja Costarricense de Seguro Social.
Por esto, a continuación detallamos, con la ayuda de voces expertas, cómo nos veríamos afectados los consumidores del país. Spoiler: se prevé escasez de algunos productos y precios más elevados.
¿Habrá regalos, electrodomésticos y otros artículos para Navidad?
Sí los habrá, pero es posible que haya desabastecimiento en algunos sectores y sobreprecios en otros. Estamos a mediados de noviembre y todavía hay incertidumbre para el final de este mes y para diciembre, mes de compras por excelencia.
El ministro Andrés Valenciano ve probable un incremento en el costo de algunos de productos, pero sostiene que un posible sobrecosto “dependerá de variables internacionales”.
Rodney Salazar, vocero de la Cámara de Comercio Exterior (Crecex), vaticinó un incremento hasta de un 40% en algunos artículos de aquí a la época navideña. “Las afectaciones finales para los consumidores serán desabastecimiento de algunos productos y aumento de precios. ¿Cuánto aumento? Depende del tipo de producto, pero podría oscilar entre un 5% y un 40%”, aseveró Salazar.
Lo anterior obedece principalmente a que ahora, por la crisis, está resultando mucho más caro que antes importar mercancías. Los impuestos aduaneros se calculan hoy sobre el valor de los productos más el costo del acarreo marino, y este costo está alcanzando montos inéditos. Acarreos que valían $1.000 cuestan en este momento $10.000 (10 veces más que antes de la pandemia) por llevar los mismos productos.
Con un aumento del 5%, estos serían los cambios de precios según productos:
— Televisor de 50 pulgadas UHD en ¢350.000 = ¢367.500
— Lavadora semiautomática doble tina de 16 kg en ¢100.000 = ¢105.000
— Bolsa de 70 pañales importados para niños de 3 años, en ¢7.500 = ¢7.875
Y estos serían los cambios con un aumento del 40%:
— Televisor de 50 pulgadas UHD en ¢350.000 = ¢490.000
— Lavadora semi automática doble tina de 16 kg en ¢100.000 = ¢140.000
— Bolsa de 70 pañales importados para niños de 3 años, en ¢7.500 = ¢10.500
Dyalá Jiménez, coordinadora de la Comisión de Comercio Internacional de la Cámara de Comercio, declaró que, efectivamente, es probable que los consumidores vayan a sentir aumentos de precios en productos importados.
“Las compras que realizan los comercios en el exterior para la época navideña ya se hicieron”, explicó Jiménez. “Dependiendo del origen y del bien, el aumento será mayor o menor. Ahora bien, si las empresas contaban con inventario o con contratos que aseguran precios más estables, pues el impacto será menor. En resumen, va a haber impactos en los precios, pero no será parejo”, aseveró.
En cuanto a un posible desabastecimiento, Jiménez comentó que también hay posibilidades de que falten productos, pero señaló que lo normal es que haya alternativas.
“Realmente será variado el asunto del abastecimiento. Lo bueno de tener un mercado con tantas opciones de dónde importar la mercadería, es que se pueden encontrar alternativas, pero esto en el mediano plazo, puesto que muchas empresas tienen contratos y relaciones comerciales ya establecidas”, añadió la exministra de Comercio Exterior.
Sobre la posible escasez, Rodney Salazar, de Crecex, aseguró lo siguiente: “Sí habrá desabastecimiento. Muchos de los productos para la temporada aún están en los puertos o en tránsito y su salida y llegada es incierta”.
Ojo: La crisis no solo afecta a quienes importan mercancías para distribuirlas a lo interno, sino también a los exportadores. Estos se ven afectados principalmente por la difícil importación de materias primas e insumos, por precios más elevados, carencias y tiempos tardíos de llegada; y también hay afectaciones porque los fletes de contenedores marítimos son más elevados y hay menos disponibles.
Los exportadores más golpeados de Costa Rica son los de productos alimenticios, según Laura Bonilla, presidenta de la Cámara de Exportadores de Costa Rica (Cadexco).
“El sector más afectado es el de productos perecederos. Esto debido a que las mercancías tienen plazos cerrados tanto por la caducidad del producto como por la estacionalidad de las cosechas. Esto implica sacrificar el precio de cara a los mercados internacionales para asumir este costo y no comprometer la competitividad. La mayoría de los sectores han tratado de asumir y mitigar la subida de precios; sin embargo, esta medida no es sostenible en el mediano plazo”, aseguró Bonilla.
Plan en la corriente legislativa
Ante el impacto que podría tener esta crisis en el mercado local, la administración de Carlos Alvarado presentó un proyecto de ley para aliviar la situación, al menos, hasta el primer semestre del 2022.
El pasado lunes 8 de noviembre, el Poder Ejecutivo presentó ante la Asamblea Legislativa la iniciativa denominada ‘Valor del flete de mercancías contenerizadas que se transporten por vía marítima’ (expediente 22.770).
Dicho plan establece un congelamiento del impuesto sobre el flete marítimo, para que este no corresponda a los precios provocados por la actual crisis, sino a los montos en que se transaban antes de la pandemia.
Según el Índice Global de Carga de Contenedores (conocido como FBX), en noviembre de 2019 el costo por un flete de un contenedor de 12 metros era de $1.362, mientras que en octubre del 2021 era de $10.321, es decir, un 658% más.
Con el proyecto, los costos fijos serían entonces calculados con base en los costos promedio de los fletes puerto a puerto del 2019, un año previo a la pandemia. Este plan está pensado para aplicar la medida de alivio hasta el 30 de junio de 2022, pero con la posibilidad de ser prorrogada un año más.
“Se habla de que potencialmente se podría ver afectado el 2023 por esta crisis”, mencionó Andrés Valenciano, ministro de Comercio Exterior (Comex). “El proyecto de ley permite tener un horizonte de largo plazo. El proyecto fue construido de la mano con el sector productivo y cuenta con mucho apoyo en la Asamblea Legislativa”, sostuvo.