En las últimas semanas ha crecido el interés sobre una posible tercera dosis de las vacunas contra el coronavirus. Sobre todo por un reciente anuncio de Pfizer / BioNTech, que prevé aumentar a tres dosis el esquema de vacunación contra la covid-19.
¿Qué es real y qué no al respecto? ¿Necesitamos una dosis adicional a los esquemas completos actuales? ¿Cuánto hay de maniobra comercial en esto? Lo analizamos.
Ojo: Francia e Israel son dos países que ya han comenzado a aplicar terceras dosis de vacunas contra la covid-19. Pero es solamente en casos muy puntuales.
Lo que dice Pfizer sobre la tercera dosis y lo que dicen otras farmacéuticas
--Como prácticamente todo durante la pandemia de la covid-19, ocasionada por el coronavirus SARS-CoV-2, la información disponible es cambiante cada semana. Por ejemplo, ya hay miles de variantes del coronavirus, pero por ahora solamente una decena son de interés para la ciencia y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Y de esta decena, solamente un puñado; cuatro; son de preocupación: las variantes Alpha, Beta, Gamma y Delta.
--Entre este puñado, la variante Delta (B.1.617.2) parece ser la más transmisible de todas. También se ha pensado que podría ser más letal, pero a mediados de julio de 2021, no hay evidencia radical al respecto.
--La compañía estadounidense Pfizer se enfoca sobre todo en la presencia de estas variantes para justificar una nueva dosis.
--La farmacéutica ya está buscando de forma oficial que las autoridades de Salud en Estados Unidos (EE.UU.) aprueben una tercera dosis al esquema primario (dos dosis con 21 días de separación entre cada una). Según Pfizer, ellos poseen estudios propios que demuestran que la respuesta inmune otorgada por su vacuna disminuye a partir de los seis meses de aplicada la segunda dosis, y es entonces cuando es preciso una tercera inyección (plantean una tercera dosis entre seis y doce meses después de recibida la segunda dosis).
--Voceros de Pfizer aseguran que sus números son similares a los hallazgos que divulgó el Ministerio de Salud de Israel el pasado 5 de julio, ante la diseminación masiva de la variante Delta:
--”Hubo una marcada disminución en la efectividad de la vacuna en la prevención de infecciones (64%) y enfermedades sintomáticas (64%). Esta disminución se ha observado simultáneamente con la propagación de la variante Delta en Israel. Sin embargo, la vacuna mantiene una tasa de efectividad de alrededor del 93% en la prevención de enfermedades graves y casos de hospitalización”.
--Recordemos que los resultados estándar de ensayos clínicos de Pfizer son de 95% de efectividad contra enfermarse de covid-19, y de 100% contra hospitalizaciones o muertes.
--Pfizer dice que una tercera dosis aplicada entre seis y 12 meses después de la segunda, robustece la respuesta inmune entre cinco y 10 veces más de cara a variantes como la Delta. Graciela Morales, líder de Asuntos Científicos y Médicos para Mercados Emergentes de la División de Vacunas de Pfizer, lo repitió en entrevista para El Financiero, este 14 de julio.
--Eso sí: ni los estudios de Israel ni los de Pfizer, aún no revelados, han sido revisados por pares. Un paso vital en la ciencia para uniformar y validar el conocimiento (y publicarlo).
--Se puede decir que las autoridades estadounidenses no han tomado a bien la movida de Pfizer. Tanto los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) como la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA), emitieron un comunicado en conjunto afirmando que son los oficiales de salud pública, y no las farmacéuticas, quienes tomarán decisiones sobre refuerzos vacunales. Pero de igual forma estas autoridades analizarán los datos que Pfizer les ha entregado a mediados de julio.
--Por ahora, en el mundo científico parece haber consenso sobre la no necesidad inmediata de terceras dosis, analizando la data disponible. De hecho, a finales de junio, un grupo de científicos encontró que las vacunas de Pfizer y Moderna, con sus esquemas primarios actuales de dos vacunas, deberían ofrecer protección “por años”.
¿Dosis extra para AstraZeneca?
Prácticamente todas las compañías fabricantes de vacunas contra la covid-19 están estudiando la posibilidad de necesitar un refuerzo vacunal. Pero el anuncio de Pfizer llegó como una sorpresa por su prontitud. Y porque los datos actuales que manejan autoridades y demás científicos no justifican una tercera dosis para los países ricos, al tiempo que países como India solo han vacunado al 5% de su población, y países en África apenas cuentan al 1% de sus habitantes inoculados.
Pero, como dijimos, los otros laboratorios también realizan pruebas con terceras dosis. El pasado 28 de junio, AstraZeneca reveló que una tercera inyección de su medicamento genera una respuesta inmune más fuerte.
90 voluntarios que participaron de los ensayos clínicos originales de AstraZeneca, en 2020, recibieron en marzo de 2021 una tercera dosis (30 semanas después de la segunda dosis). La conclusión es que una dosis extra de AstraZeneca sería viable en caso de que sean necesarias y tengan aval de autoridades. (Tener en cuenta que se trata de un estudio pequeño, de solo 90 personas).
El compuesto de la tercera dosis es distinto al de las dos primeras. Esta versión está diseñada para proteger contra la variante Beta, descubierta por primera vez en Sudáfrica.
¿Dosis extra para Johnson & Johnson?
Hay debate entre expertos sobre la necesidad de sumar una segunda dosis a la vacuna monodosis de Janssen, la división belga de Johnson & Johnson a cargo de la vacuna. Porque aunque su eficacia general contra la enfermedad es inferior a las de Pfizer y Moderna, la vacuna de Johnson & Johnson es 100% eficaz contra hospitalizaciones y muertes por covid-19 en EE.UU., según este artículo de ABC News.
No obstante, desde noviembre de 2020 la compañía dijo que conducía pruebas para saber si una segunda dosis de refuerzo será necesaria en el futuro. Se estima que los resultados deberían estar para el último trimestre de 2021.
LEA MÁS: ¿Cómo funciona la vacuna de Johnson & Johnson de una sola dosis?
¿Dosis extra para Moderna?
Moderna está estudiando tres formas de añadir una tercera dosis a su esquema primario de dos dosis. En un comunicado de prensa de mayo de 2021, voceros de Moderna detallaron dos de estos tres ensayos.
--Una de las ideas es administrar una tercera dosis con la misma fórmula que las primeras pero con la cantidad reducida: la mitad que las del esquema primario.
--Otra de las ideas es aplicar una tercera dosis de una versión de la vacuna diseñada contra la variante Beta.
Se esperan resultados en los próximos meses.
Lo que dice la ciencia
Por ahora, como hemos visto, la postura científica se halla en contra de una tercera dosis mientras no haya estudios claros, revisados por pares, y publicados en una revista científica certificada para consultas externas de todo el mundo.
“En mi opinión particular como inmunóloga, me parece que la evidencia para una tercera dosis es aún insuficiente. Desde la ciencia, el hecho de que solo la compañía que manufactura la vacuna tiene evidencia, no es lo deseable. No significa nada sospechoso, pero no es lo deseable”, valora la doctora Olga Arguedas, inmunóloga pediatra y directora del Hospital Nacional de Niños.
Por su parte, Eugenia Corrales-Aguilar, microbióloga del Centro de Investigación de Enfermedades Tropicales (CIET) de la UCR, doctora en Virología y catedrática universitaria, considera que hay dos panoramas según los cuales podría necesitarse una dosis adicional al esquema primario:
1-- Por las mismas razones que lo hacen Francia e Israel: “Para aquellas personas que tenían un problema del sistema inmune. Por haber sido trasplantados, por tener alguna condición médica, tenían el sistema inmune deprimido de alguna manera. Por consecuencias de la enfermedad o por el tratamiento. Como es población de riesgo para sufrir covid severo, entonces decidieron ponerles una tercera dosis”.
2-- Porque el virus cambia tanto que nacen más y más variantes, y se requieren refuerzos vacunales para contrarrestarlas. “Otro panorama es que el virus cambie lo suficiente como para escaparse totalmente de la respuesta inmune producida por las vacunas. Hasta ahora esto no ha sucedido. La variante Delta que ha dado un poco de temor actualmente, sigue siendo controlada por la mayoría de las vacunas que se están usando; que tenemos aprobadas”, dice Corrales-Aguilar.
La viróloga lamenta que tras el anuncio de Pfizer sobre la tercera dosis no haya más información para analizar.
“Lo que muchos científicos estamos pidiendo es que nos den datos de antes y después de esas dosis, a ver cuánto ayuda realmente. Hay un artículo que sí fue publicado, de personas que recibieron trasplante de médula ósea, pero era muy poquitos; eran unos 30. Y sí se dieron cuenta que los niveles que se estaban produciendo de anticuerpos no eran lo suficientemente altos comparados con las personas que no eran trasplantadas”, comenta la viróloga.
“Ahí se abre toda una pregunta de cuál es el valor mínimo de protección. Y eso no se sabe todavía. Eso se llama correlato de protección. Todavía no sabemos si tener poquitos, medianos o altos anticuerpos es lo que nos está dando la protección”, agrega Corrales-Aguilar.
En esos casos, una tercera dosis sí sería necesaria. Pero tiene quizás más lógica seguir vacunando al resto del mundo con más apuro. Si la población está vacunada, razona la experta, va a disminuir la transmisión, y las personas con menos anticuerpos estarían indirectamente protegidas.
¿Es posible que también haya un interés comercial de por medio? Pfizer generó $3.500 millones solo en el primer trimestre de 2021 gracias a su vacuna, y espera generar un total de $26.000 millones al final de este año.
“Muy probablemente haya un interés comercial”, opina Corrales-Aguilar. “Que la farmacéutica quiere ganar más dinero. Los científicos lo critican un poco. Que parece más bien un interés comercial antes que un beneficio real, con pruebas, en salud”.
A esto, la inmunóloga Olga Arguedas que, para ella, el que “algunos países busquen una tercera dosis mientras que hay otros con altísima circulación del virus y una altísima mortalidad, es una gran inequidad mundial y no me parece éticamente correcto”.
María Luisa Ávila Agüero, médica infectóloga pediatra y exministra de Salud (2006-2011), sigue el mismo razonamiento:
“Obviamente es controversial (el tema de una tercera dosis de Pfizer). La posición de la OMS es la adecuada: todavía falta mucha gente en el mundo para ponerle la primera dosis, y ya estamos hablando de una eventual tercera dosis. Y obviamente entre más población mundial de manera equitativa tengamos vacunadas, menos riesgo tenemos de que aparezcan más variantes. Porque si el virus no muta, no hay variantes”.
A la larga, eso sí, es previsible que sean necesarias vacunas de reforzamiento, como las que existen para la influenza y otras enfermedades, por ejemplo. Pero aún no estamos en este capítulo con la información disponible. Y con vacunas aplicándose en tiempos récord que son efectivas contra las variantes.
“Pocas vacunas brindan inmunidad para toda la vida. Las vacunas suelen brindar inmunidad por períodos transitorios y requieren refuerzos”, concluye Arguedas.